Una mezquita en cada esquina – un «sabio» en cada puerta

Assalamu alaykum – La paz con vosotros

La verdadera Sabiduría no se obtiene solamente mediante la lectura y la memorización de los libros, aunque se trate del Corán y de la Sunna. La Sabiduría, con mayúsculas, se obtiene mediante la realización en nuestra propia persona de los mensajes y prescripciones de la Revelación. Si dicho Mensaje no entra en nosotros, si no se funde con nuestras almas y cuerpos, será letra vacía. Si lo hace, puede ser que, con la ayuda de Allah, nosotros mismos nos convirtamos en el Mensaje.

Es cuando el Ser Humano se impregna de la Verdad, cuando las realidades han entrado en él y han tomado posesión de su ser; es cuando ha anulado su querer en la Voluntad divina que un hombre puede ser llamado Sabio.

Es entonces que un Ser humano tal se convierte en uno de esas “gentes del recuerdo”, en uno de esos “aproximados”, “purificados”, “amados por Allah”, “verídicos”, “salihin”, “que reflexionan”, “próximos a Allah”, de los que habla tanto el Corán como la Sunna.

El ser humano es precipitado”, dice el Corán; y lo es tanto, que por unos pocos estudios algunos ya se creen sabios. De ignorantes es hacerse pasar por sabios; de pretenciosos es presentarse ante las gentes como “chayj”, habiendo tantos y tantos que son mejores, más sabios, sinceros y verídicos que tú.

¿Qué os pasa, oh “sabios”, o “chuyuj”? ¿Habéis perdido la razón? ¿Pensáis que nadie se apercibe de vuestra triste condición? A causa de gente como vosotros la Umma musulmana está dividida. A causa de gente como vosotros la gente encuentra el camino del extravío antes que el de la Verdad y el Bien. ¿Acaso habéis caído en un absurdo tal que habéis llegado a pensar que los sabios, los salihin, aquellos que miran con la luz de Allah, los purificados, no existen y no se aperciben de la penuria de vuestra condición?

El término chayj en el Islam siempre tuvo un valor superior, pero hoy da vergüenza ajena observar cómo vosotros os habéis apoderado del nombre estando tan lejos como estáis de lo que ese nombre significa. Sois chumberas y pretendéis dar manzanas, avispas y pretendéis dar miel; sois un sucedáneo mal envasado y queréis haceros pasar por auténticos. Pero cuando uno mira la realidad que os habita solamente puede ver codicia. Codicia al ocupar el lugar que pertenece a los sabios, a las gentes del Recuerdo, mientras vosotros sois la gente de la gafla (olvido de Allah) y de la dunya, de esa dunya que importa a Allah menos que el ala de un mosquito.

Pretendéis, adornándoos con el título de chayj, pescar a los incautos, convencer a los ignorantes de que sois algo o alguien, cuando en realidad sois una calamidad de la que hay que apartar a los musulmanes.

La avispa pidió permiso a la abeja para construir panales como los suyos; cuando terminó, toda orgullosa se presentó ante ella mostrando su arte. Pero la abeja, mirando la obra, se limitó a decir: “Están bien construidos; pero aquí falta la miel.” Moscas, hermanos, hay a millones, pero abejas hay pocas; y son ellas las que hacen la miel. La mosca solamente zumba y molesta.

Del huevo de la serpiente no puede salir un gallo; la chumbera no puede dar manzanas.

Una vez, alguien que conozco soñó que era sayyidina Yúsuf – sobre él la paz -. Su madre vino a verle en la prisión.

Hoy, hermanos, los 10 cananeos, hijos de Ya’qub – sobre él la paz – han enterrado la voz y la sabiduría de Yúsuf en el pozo del olvido. La voz de la Verdad no se sabe distinguir, tal es la ignorancia, tal es el triste estado en el que se encuentra la Umma con respecto a la verdadera guía. El materialismo real, las aspiraciones mundanales, el amor al dinero y al prestigio, todos ellos proscritos por Allah, han ocupado el lugar del amor, de la compasión, de la humildad, de considerarse un simple servidor de Allah. Lo bajo ha subido al púlpito; lo elevado ha bajado al pozo del olvido.

Una mezquita en cada esquina, un “sabio” en cada portal. Así es el Islam en español y en todas las lenguas y lugares

Hoy, quien hace un proyecto, cuando no se usurpa y se trafica, le pone su sello. Es “su proyecto”; un plan que no se encuentra integrado en un plan superior; porque “yo soy yo, y el proyecto es mío”.

Transmite An Nuaman Ibn Bashir – que Allah esté satisfecho de él – como el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dijo:

El ejemplo de los creyentes en su amor mutuo, ternura y colaboración es como el cuerpo humano, que si se duele en él un órgano se resiente el resto del cuerpo por la fiebre y el insomnio.»

Cualquiera, sin mucho esfuerzo, podrá comprender que a los musulmanes se nos pide unidad; y esta Unidad forma parte del Tawhid, la Unicidad de Allah, siendo un reflejo Suyo. Pero hoy hemos cambiado el Tawhid por el Tawhil (bloqueo).

Los musulmanes nunca podremos ser nadie si no trabajamos y colaboramos por un proyecto único y cada uno ocupa el lugar que le corresponde. Y aun así, para ello, cada uno debe reconocer cuál es su lugar, sin sobrevalorarse, sin creer que es el centro del Universo. Si uno no sabe cuál es el lugar que le corresponde, el cuerpo de los creyentes seguirá estando enfermo. La mano no puede ser el cerebro y un dedo del pie no puede ser el corazón. Cada miembro ha de estar en el lugar que le corresponde a fin de que el cuerpo se encuentre en perfecta salud y que así pueda realizar las tareas que les son propias.

El corazón de la Comunidad ha de ser aquellas “gentes del recuerdo” de las que habla el Corán; aquellos mutahharun que han limpiado su interior; aquellos verdaderos creyentes que miran con la luz de Allah; aquellos que recuerdan a Allah mañana, tarde y noche, de pie o echados sobre sus costados.

Tenemos grandes proyectos en la cabeza, pero todos queremos ser los directores, los dirigentes. Eso, hermanos/as, sinceramente no puede ser, ya que el Enviado de Allah – sobre él la plegaria y la paz – dijo:

Maldita es la comunidad que no tiene un dirigente

¿Qué habría ocurrido en la época del Profeta si todos hubieran querido ser los enviados de Allah? ¿Qué habría ocurrido en tiempos de Abu Bakr, Omar, Uzman o Ali si todos hubieran querido ser califas? ¿Qué mosca nos ha picado que todos queremos mandar sin saber siquiera dónde están esas “gentes del recuerdo” y mucho menos pedirles consejo y dejarnos guiar por ellos?

Una mezquita en cada esquina, hermanos/as, eso es lo que tenemos hoy.

Es el tiempo de concienciarse; es el tiempo de despertar de este sopor que nos tiene atados de pies y manos.

Si nosotros somos para Allah, El estará con nosotros. Si somos para nosotros mismos, Él nos dejará en la cautividad de nuestras almas.

A nosotros de elegir.

Que Allah proteja a la Umma de Muhammad.