Un hadiz para reflexionar sobre la vida
Dijo el Profeta- sobre él la plegaria y la paz – En efecto, el bajo mundo es, seguramente, reverdeciente y hermoso. Allâh os ha hecho sus lugartenientes y os observa como obráis. En cuanto a ello, preservaos de él y temed a las mujeres, ya que ellas fueron la primera cosa por la que fueron tentados los judíos. ¡Cuidado! Los hijos de Adam han sido creados en diversos rangos; hay entre ellos quienes nacen, viven y mueren creyentes. Los hay, asimismo quienes nacen, viven y mueren descreídos. Seguidamente existen aquellos quienes nacen y viven creyentes y mueren incrédulos. Y finalmente, aquellos quienes nacen y viven incrédulos y mueren creyentes. ¡Cuidado! La cólera es una brasa atizada en el fuero interno de los hijos de Adam. ¿Cómo pues, no observar las brasas en sus ojos y la congestión de su vena yugular? Si uno de vosotros cae presa de un sentimiento semejante, que se apacigüe, pues el mejor hombre es aquel quien tarda en encolerizarse y seguidamente se apacigua rápidamente, mientras que el peor hombre es aquel quien se pone rápidamente en cólera y tarda en apaciguarse. Ahora bien, si el hombre tarda en ponerse en cólera y en apaciguarse, o se pone rápidamente en cólera y rápidamente se apacigua, estas dos especies se asemejan. ¡Cuidado! El mejor comerciante es aquel quien trata sus asuntos convenientemente, así como el que pide de manera conveniente por un encargo, mientras que el peor es aquel quien actúa en sentido opuesto. Si uno lleva a cabo convenientemente sus asuntos y no realiza bien sus encargos; o al contrario, si no se ocupa convenientemente sus asuntos y realiza bien sus encargos, estas dos clases de personas se asemejan. ¡Prestad atención! Toda persona pérfida se distinguirá el Día de la Resurrección, tanto más cuanto mayor haya sido la perfidia cometida; ¡Prestad atención! La perfidia más grande es aquella cometida contra el Príncipe de la Comunidad musulmana. ¡Prestad atención! Que el miedo de las gentes no impida a un hombre el decir la verdad si la conoce. Ahora, el mejor ŷihad es una palabra verídica dirigida a un sultán injusto. ¡Prestad atención! El resto de los días a pasar en este bajo mundo, en comparación al tiempo que ya ha pasado, es semejante al tiempo que falta para acabar el día en comparación con el que ya ha transcurrido.
(De Abu Sa’id, recopilado por A-t-Tirmidi)
COMENTARIO
En este extenso hadiz podemos extraer varias recomendaciones, de cada una de las cuales existen aleyas y hadices del Corán al respecto. Más parece que estas palabras del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – hayan sido pronunciadas en el curso de un sermón dirigido a los musulmanes o en una reunión en la cual se trataba de temas generales concernientes al Imân. Sea como fuere, este hadiz contiene unas recomendaciones dirigidas a aquellos quienes, no solamente se preocupan por guardar un comportamiento dentro de los límites de Allâh, sino que, antes bien, se trata de consejos tendentes a mejorar el fuero interno de los creyentes, sus disposiciones externas y su carácter.
Las recomendaciones son claras y las podemos resumir en los principios siguientes, siguiendo el orden del texto:
Allâh ha hecho el mundo atractivo para ser vivido; por lo cual es necesario ser consecuente con la responsabilidad que hemos recibido en él y no dejarnos llevar por sus reclamos inmediatos.
Por otra parte, los hombres no somos iguales, con lo cual no formamos propiamente una comunidad unida. En otros hadices se expresa que los creyentes hemos sido divididos en rangos y que cada uno de nosotros nos aproximamos a aquellos que se nos asemejan.
El Profeta nos previene contra la cólera, ya que, al igual que el consumo de las bebidas alcohólicas o de drogas, se puede apoderar de nosotros, cambiar nuestra personalidad, hasta el punto de poder hacer cualquier acto del que nos podamos arrepentir durante un largo periodo de tiempo. Al perder los estribos, perdemos la nobleza, la apostura y la fiabilidad.
Dice un hadiz sobre los comerciantes:
«Allâh se sorprende del comerciante que actúa con honradez«
La perfidia es el cáncer de la Comunidad. El pérfido miente, trama, actúa de manera cobarde e innoble, y no solamente busca él mismo sacar ventaja de sus actos, sino que, por envidia y maldad, desea que todos sean como él; pues él no soporta el Bien lo mismo que no lo soporta su dueño el Chaytan, al que sirve con agrado y total obediencia.
El mu’min, el verdadero creyente, ha de decir la verdad, cueste lo que cueste, duela a quien duela, pues Allâh lo ha escogido precisamente para ello. Denunciar la perfidia, la mentira, el vicio y la perversión es un deber sagrado que debe tomar en sus manos aquél a quien Allâh haya dado suficientemente clarividencia y sinceridad.
Pues, como dijo el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – :
“El mejor luchador (muŷahid) es aquél que lucha por que la Palabra de Allâh sea la más alta”.
Es decir: aquél que, conociendo la Verdad, la defiende, la proclama, denunciando la mentira, pues, como dice otro hadiz:
“La Verdad es la espada de Allâh en este mundo”.
Casi nadie presta hoy atención a la liviandad y lo efímero de la vida, creyendo que va a tener tiempo para todo. Hoy es como ayer, mañana será como hoy; el tiempo pasa, pero si tu pasas con él habrás perdido la oportunidad de pararlo, de hacerlo tuyo, siendo en ese caso un servidor del tiempo que, como el agua, irás sin pararte al mar. Habrás malgastado tu vida, por no haberte aprovechado de ese presente veraz en el cual, si te hubieras detenido, podrías haber hecho tuyo el instante real y absoluto. ¡Ay de mí! Dirás, cuando ya sea demasiado tarde.