Un gran Favor de Allâh

Abdul Karim Mullor

Él es Quien, con Sus ángeles, os bendice para sacaros de las tinieblas a la luz. Es misericordioso con los creyentes.  44. El día que Le encuentren, serán saludados con: « ¡Paz!» Les habrá preparado una recompensa generosa.  45. ¡Profeta! Te hemos enviado como testigo, como nuncio de buenas nuevas, como monitor,  46. Como voz que llama a Allâh con Su permiso, como antorcha luminosa.  47. Anuncia a los creyentes que recibirán un gran favor de Allâh.  Surat 33

La palabra utilizada en el Corán en la primera de estas aleyas para significar bendición es el verbo ṣallî, (sad+doble lam+ya) es decir, el utilizado para significar que Allâh hace la plegaria por el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -. Esto significa un estatus mayor que el de otorgar una bendición preconizada  por el verbo “baraka”. No vamos a extendernos sobre el significado de lo uno y lo otro. Sí he querido significar, no obstante, que existe entre ellas una diferencia en materia de intensidad.

Es así. Sacar de las tinieblas a la luz es un hecho mayor. Un hecho de un significado extenso y profundo. Y para ello es necesario algo más que una bendición. Además de ésta, se precisa una impregnación de sabiduría y de ciencia, que es lo que indica el término ṣallî completando el sentido de “bendición”.

En la segunda aleya se habla de un “encuentro con Allâh”. Desde aquí quisiera significar que dicho encuentro no se refiere únicamente a la Presencia divina durante el Día de la rendición de cuentas. Si se es inteligente y suficientemente abierto de espíritu, siguiendo la lectura, uno podrá ver que se trata de un encuentro únicamente destinado a aquellos que han salido de las tinieblas a la luz. A la luz del Conocimiento, del Discernimiento y de la Verdad.

Es en función de este encuentro que ellos encontrarán la Paz. Palabra esta que incluye en su ámbito la ausencia de tensiones internas, y por consecuencia, implica de manera directa la plena satisfacción.

Tenemos entonces que para salir de las tinieblas a la luz es necesario que Allâh con Sus ángeles nos transmitan bendiciones y conocimiento. Una vez en la Luz, y gracias a la Misericordia divina encontramos a Allâh, y Él nos procura la Paz duradera y una generosa recompensa.

Y para que esto ocurra, Allâh nos ha enviado un profeta quien nos anuncia el Bien que nos espera, y que a la vez  actúa como maestro inigualable, a fin de que nos preparemos para todo ello.

Y que además es una voz que llama a los hombres a Allâh con Su permiso. Es así como lo hace una antorcha luminosa. Y una antorcha no puede ser utilizada sino allá donde hay tinieblas. Las tinieblas y la oscuridad propias a este mundo material, sensual y mental en el que todos nos movemos y vivimos.

Y esa antorcha nos guía hacia la obtención de esa gran luz de Allâh, a la que, una vez llegamos, le seguirá la Paz y la satisfacción.

Es así que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – es designado como una luz viviente. Una luz que no se ha extinguido con su muerte corporal y que continúa siempre vigente durante las vidas de los verdaderos creyentes.

Aquellos que argumentan que el Profeta ha muerto, son ellos los que han muerto para él y para la luz que enarbola y la que él representa. Es esa luz que se alumbra con el aceite luminoso de un olivo que no es del Oriente ni del Occidente, tal y como vemos en el versículo de la luz (ayat a-n-Nûr).

Allâh es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay una lámpara encendida. La lámpara está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Allâh dirige a Su Luz a quien Él quiere. Allâh propone parábolas a los hombres. Allâh es omnisciente. (24-35)

Así pues, una vez puesto de manifiesto que saliendo de las tinieblas a la luz mediante la enseñanza del Profeta y la de los que en ellos él delega, así como por las bendiciones de Allâh y de Sus ángeles, al igual que por el Conocimiento y el Amor, los verdaderos creyentes alcanzan la Paz. Una Paz que les deja satisfechos para siempre; pues si no fuera así no podríamos hablar de Paz. No se puede hablar de ella si se desea algo más.

Ella se anuncia mediante la amonestación del Profeta, que antes preparará a sus destinatarios sabiendo que pueden recibir un gran favor de Allâh.

Y esto es el Favor de Allâh; sean para Él las alabanzas más preciadas y las eternas gracias, de aquellos quienes no cesarán de glorificarle desde la Paz en la que moran y lo harán por toda una eternidad.

Y Allâh es el más Sabio.