Significado de la palabra Ramadân – Ra-ma-d-â-n

A-s-salamu ˤalaykum – La paz sobre vosotros

Ramadân. Si desglosamos este nombre en cada una de sus letras y escribiéramos el significado de todas y cada una de ellas en una frase, leeríamos lo que sigue:

La Misericordia (Rahma) reflejada en Muḥammad nos llegó con el Din de Allâh, Quien reveló lo que el Cálamo escribió.

Ra, de Rahma (Misericordia)

Min, de Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz -.

Dad, de Din

Alif de Allâh

Nun – Nun Wal qalam – Nun – Juro por el Cálamo

La Misericordia de Allâh se hace patente en Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz; pues él ha sido, como dice el Corán, enviando como una misericordia para los mundos (Rahma li-l-ˤalamin), y así nos llegó nuestro Din (religión) a través de él, como depósito puro de las Verdades sagradas que Allâh nos envió en el Corán, el cual, siendo Palabra increada de Allâh, fue impreso a través del Cálamo en la Tabla bien guardada (Lawuḥu-l-maḥfuz) que se encuentra más allá del séptimo cielo, y cuya forma y significado muy pocos conocen.

Y no te hemos enviado sino como una misericordia para los mundos (21-107)

Y no te hemos enviado sino como anunciador de buenas noticias y advertidor para todos los hombres; sin embargo la mayor parte de los hombres no sabe. (34/28)

No resultará difícil convencer a nadie si decimos que Ramadân es el mes de la Misericordia. La que Allâh nos hace a través de una incesante purificación física e interna en un periodo ininterrumpido de 30 días. La misericordia que hacemos a los necesitados y que los musulmanes se prodigan entre ellos mismos. Todo ello gracias a una luz especial que tiene este mes bendito en el cual Allâh decidió regalarnos un Camino seguro y firme a través de la Revelación, que es una guía apropiada y adaptada para los seres humanos. Por eso, como culmen y expresión clara de esta misericordia estamos obligados al final de Ramadan a dar algo de lo que es legítimamente nuestro a los necesitados y a los indigentes.

El receptáculo seguro de las Verdades celestiales en nuestro Muḥammad, creado para guiar a la Humanidad por el camino seguro de la disciplina externa e interior que nos acerca a Allâh (La Verdad), teniéndole a él como guía seguro en el desierto de las penalidades, las dificultades y sinsabores de la vida.

Si amamos a Allâh a quien más debemos amar de la creación es a Muhammad, pues él es la luz en la que Allâh depositó Su Sabiduría, Guía y Misericordia para que así nos lo enseñara al resto de la Humanidad. Por eso la fe no es segura sino amamos a Muhammad más que a nuestras familias y posesiones.

De ahí llegó el Din, el camino; un camino angosto, pero extremadamente perfumado con los más exquisitos aromas de las fragancias del Firdaws. Un camino al que no se le puede ver defecto alguno; un camino para amar y ser amado; para gozar de las dificultades mientras otros sufren; para transformarnos en hacedores de bien y transmisores de impolutas costumbres que sacan lo mejor que albergan nuestras almas. Un Din glorioso, pleno de bien; de conocimientos tan vastos que no pueden ser contenidos por los siete cielos.

Y para terminar:

Nun, ¡Juro por el Cálamo y lo que escriben! (68-1)

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