¿Qué es preparar el Ramadán? – El mes de la Umma se convierte en el mes de la desunión
A-s-salamu ‘alaykum – La paz sobre vosotros
Se habla mucho en estos días de «preparar el Ramadán». Como siempre, quienes estos hacen, tratan de dar una serie de consejos standard, traídos y escuchados de acá y de allá. Como si todos fuéramos a pasar el Ramadán cual rebaño bien guiado por el pastor; siendo el pastor o los pastores, los señores que, por su capacidad económica para transmitir, se presentan como guías de la comunidad, sin el pudor ni la vergüenza que deben rendir homenaje a algo tan sagrado como es la transmisión del Islam.
Curiosamente, estos que tratan de decir a todo el rebaño como deben actuar, qué deben sentir, cómo han de comportarse, son los que delinquen no siguiendo lo que dice el Corán y la Sunna sobre cómo se debe establecer el comienzo y el fin del mes sagrado; cargando con ello sobre sus hombros con las culpas propias y las ajenas.
No es correcto preguntarse ¿cómo debo preparar el Ramadán? Porque antes habría que preguntarse a uno mismo ¿qué es lo que yo espero del Ramadán? Y es entonces, en función de la respuesta a esta última pregunta, que deberíamos contestar a la primera, que, repito, no es igual para todos.
Algunos dirán que el ayuno sí es una norma para todos, y que todos debemos hacerlo de igual manera; evidentemente, esto es lo que es común a todos los creyentes, ya sean hombres o mujeres, que se encuentren en buen estado de salud para emprender tan memorable acto. Ahora bien, hermanos, aunque esta es la base del ayuno: no comer, no beber, no tener relaciones, no fumar, etc. ; y lo es para todo el mundo; no obstante, y ello suponiendo que nuestro ayuno sea válido, no todos tenemos la misma consciencia de lo que es este mes sagrado.
Porque el Ramadán, hermanos, contiene el Siyam (ayuno); pero también contiene el Sawm (abstinencia o contención). El Siyam es obligatorio, y por lo tanto mediante él obtenemos las gracias divinas; pero la continencia no lo es; ya que ella en un estadio superior al del ayuno legal.
El Sawm es prescindir de lo que en nuestro interior nos sobra; es decir, abstenerse de las envidias, de las intrigas, del odio, de mirar lo qué y cómo no debemos, de los juegos, de las palabras vanas, de los vicios internos que nos separan de la Presencia y de la complacencia divina. El Sawm es ayunar por Allâh, en y con Allâh. Es apartarse asimismo de las malas compañías e influencias, del orgullo, de la falsa humildad y fingida afectación; es esperar a Allâh en cada acto, tenerle en cuenta en cada decisión.
Otros hermanos no cejan de instigar al resto, de meterles presión para que vayan al salat del Tarawih. Resulta curioso ver como, quienes hacen esto último, son precisamente quienes no han de levantarse temprano al día siguiente para ir a trabajar. Presionan tanto a los hermanos que les hacen llegar a pensar que dicha salat del Tarawih es obligatoria, cuando ni tan siquiera es Sunna reforzada. Todo por teneros a todos en las mezquitas, y desde ellas controlaros inoculándoos sus falsas doctrinas. Porque, hoy por hoy, las mezquitas, al menos la mayor parte, son centros desde los cuales se combate al Islam verdadero.
Por si fuera poco, los responsables de las grandes mezquitas establecen un calendario de rezos totalmente falsificado; poniendo el último salat (El Iša) a más de dos horas después de la puesta del Sol, cuando en realidad basta con una hora y media. Así irás a rezar el Tarawih muerto de sueño y de cansancio y estrás de pie a la mañana siguiente para ir a trabajar, mientras ellos hacen lasrga la mañana en sus camas. Curiosamente, los mismos que os ponen dicho calendario en las aplicaciones y publicaciones, rezan el Iša en Arabia Saudita 1 hora y veinte minutos después de la puesta del Sol. Y es que, lo que buscan es que te doblegues, que obedezcas, que te inclines ante ellos. Que sientas culpa sino vas a rezar “su” Tarawih; estandarizando así aquello en lo que Allâh ha dado libertad, que son las obras voluntarias, en un claro acto de bida’ (innovación reprensible).
Y lo peor, es la manera de establecer el principio y el fin del mes sagrado, desobedeciendo la Orden divina en el Corán de ver el creciente; haciendo trampas a Allâh; comenzando mediante cálculos astronómicos a los que aludió el mismo Profeta – sobre él la plegaria y la paz – diciendo:
“Somos una comunidad que no lee ni calcula; el mes es así o asá; tiene 29 o 30 días”.
En 1996, en Madrid, un servidor y unos amigos salimos al campo a ver el creciente de Šawal; lo vimos y dejamos de ayunar. Mientras, en la mezquita de la M30, estaban ayunando. Fuimos a decir que habíamos visto el creciente y que estaban obligados a dejar de ayunar. Siguieron ayunando porque desde Arabia se lo dijeron. Otros años pasó lo mismo.
Y es que hermanos, los que anuncian cuando empieza y termina el Ramadán antes de ver el creciente, no buscan complacer a Allâh y obedecerle. Al contrario, eso les da igual, porque lo que buscan, lo que quieren, es tener un ejército de personas detrás que peleen, batiéndose el cobre por ellos, contra todos los que hacemos las cosas bien, siguiendo a Allâh y a Su enviado.
Entonces ¿el ayuno de los que así amañan durante este mes bendito, será válido?
Permitidme que lo dude.