Preguntad a las gentes del recuerdo si vosotros no sabéis
En el Nombre de Allah, el Misericordioso, que muestra Su Misericordia
Y la plegaria y la paz sobre el sello y corona de los enviados, Sidi Muhammad
El título de este escrito es una aleya del Corán que aparece en dos ocasiones en el Libro sagrado de los musulmanes.
Hoy por hoy faltan las referencias, tanto las de la doctrina, como las de la práctica de un Islam verdadero y conforme a sus principios universales. Las opulentas cadenas de distribución comandadas por países que han convertido el Islam en un arma de expansión económica han deteriorado la práctica del Islam a nivel mundial, y en ocasiones, lo han convertido en una caricatura totalmente deformada y apartada de su doctrina original.
Es por este motivo que las referencias verídicas se hacen obligatorias, ya que es la única manera, no solamente de poder llegar a encontrarse con una doctrina y práctica convenientes, sino de revertir una situación en extremo delicada y sensible.
Preguntar a las gentes del recuerdo es un mandato divino, no hay duda, expresado por Allah Mismo en Su Libro. Con ello Allah nos quiere hacer comprender dos cosas:
Primeramente que no se puede avanzar sin un maestro que nos enseñe cual es el camino de la Verdad y cómo marchar y dirigir nuestros pasos en él.
Y además, que la ciencia se encuentra en las “Gentes del recuerdo”.
¿Quiénes son entonces estas gentes del recuerdo y cómo localizarles?
A esta pregunta, de nuevo el Libro de Allah se apresura en nuestro socorro; y no solamente el Libro de Allah sino la Sunna de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz-. Tanto las aleyas del Corán como los hadices nos ayudan a localizar a estas personas quienes gozan de unas características y cualidades bien definidas. He aquí ambos, Corán y Sunna, de los que exponemos solamente algunas aleyas y hadices los cuales nos serán de utilidad para localizar a estas gentes del recuerdo tan codiciadas y necesarias en una época como esta:
Aquellos que recuerdan a Allah de pie, sentados o recostados sobre sus costados y constantemente reflexionan sobre la creación de los cielos y la Tierra, y dicen: ¡Señor nuestro! No creaste esto sino con una sabia razón ¡Glorificado seas! ¡Sálvanos del castigo del Fuego!» (3:190-191).
que es una Recitación noble(77)en un Libro oculto(78)que no tocan sino los purificados(79) – surat 56
“hombres a quienes ni el negocio ni el comercio distraen del Recuerdo de Allah” 24-37
“En verdad los creyentes son aquellos quienes cuyos corazones tiemblan a la mención del Nombre de Allah” 27-226
«Los siervos del Misericordioso son aquéllos que caminan por la tierra humildemente y que cuando los ignorantes les dirigen la palabra, dicen: Paz.
Y los que pasan la noche postrados y en pie, por su Señor. 25- 63 y 64
En casas que Allah ha permitido que se levanten y se recuerde en ellas Su nombre y en las que Le glorifican mañana y tarde. Hombres a los que ni el negocio ni el comercio les distraen del recuerdo de Allah, de establecer el salat y de entregar el zakat. Temen un día en el que los corazones y la vista se desencajen (24 – 36 y 37)
Según Abu Hurayra – que Allah esté satisfecho de él -, el Enviado de Allah – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho: “Allah dispone de ángeles nobles quienes recorren la tierra en busca de las asambleas del Recuerdo (dikr); cuando encuentran una de ellas, la rodean y se colocan unos por encima de los otros, cubriéndolas con sus alas superpuestas hasta el cielo. Allah – ta’ala – se dirige entonces a ellos: – ¿De dónde venís?
– Venimos de la compañía de Tus siervos quienes Te glorifican, Te magnifican, Te alaban, afirman Tu Unicidad, Te suplican y buscan Tu protección, responden los ángeles.
– ¿Que me piden? (y él lo conoce mejor que ellos)
-Te piden el Paraíso
-¿Lo han visto?
-No, ¡oh Señor!
– ¡Que dirían si lo vieran! ¿De qué quieren que Yo les proteja? -Del fuego
-¿Lo han visto?
-No. -¡Que dirían si lo vieran!
Después El añade:
– Sed testigos de que Yo les he perdonado, les he concedido lo que Me piden y les he protegido de aquello de lo cual temen. Los ángeles intervienen entonces:
– Señor nuestro, un siervo tuyo pecador se encuentra entre ellos. Pasaba simplemente por allí y se ha sentado con ellos. Entonces Allah les responde:
– Yo le perdono también, pues forma parte de un grupo cuyos componentes no serán nunca desdichados.” (Muslim y Hakim)
Bayhaqi relata de Anas – que Allah esté satisfecho de él – como el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho: “Invocar a Allah – exaltado sea – en compañía de un grupo de gentes, de la plegaria del alba hasta la salida del sol, me es más agradable que todo éste bajo mundo y cuanto él contiene. Invocar a Allah – exaltado sea – en compañía de un grupo de gentes, de la plegaria del ‘Asr hasta la puesta del sol, me es más agradable que todo éste bajo mundo y cuanto él contiene”
El Profeta ha dicho igualmente – sobre él la plegaria y la paz – : “He aquí que Allah – exaltado sea – proclama: «El día de la Resurrección, se sabrá distinguir a los nobles de aquellos quienes amasan» Alguien dijo entonces: “¿Quiénes son los nobles, Enviado de Allah? – Las gentes de las asambleas de Recuerdo, respondió el Profeta”- Kanz al Ummal 1931
El ha dicho – sobre él la plegaria y la paz -:
“A la derecha del Misericordioso – en realidad Sus dos Manos son diestras -, se encuentran hombres quienes no son ni profetas ni mártires, y cuya claridad de rostro deslumbra a todo quien les mira. Los profetas y los mártires les envidian a causa de su plaza y de su proximidad a Allah – exaltado sea. Alguien le preguntó: – ¿Quiénes son ellos? – El Profeta respondió: “Es una asamblea de personas pertenecientes a clanes diferentes, quienes se reúnen en vista del Recuerdo de Allah, escogiendo decir las mejores palabras, así como un goloso no selecciona sino los mejores dátiles” Hakim y Kanz al Ummal
El ha dicho – sobre él la plegaria y la paz – : “Multiplicad la invocación de Allah hasta que los hipócritas digan: Es un loco”; o de aquellos quienes han sido tratados de falsos devotos porque han seguido su consejo: “Multiplicad la invocación de Allah hasta que los hipócritas digan: Eso es ostentación” – Ibn Hanbal y Tabarani
Así pues, tanto el Libro de Allah y la Sunna del profeta, como no podía ser de otra manera, nos han aclarado sobre quiénes son esa “gente del recuerdo” a quienes Allah nos ordena preguntar en caso de no saber. Ellos son pues los maestros por excelencia, investidos por el Mismo Señor del Universo, Quien les ha honrado mencionando sus cualidades en Su Libro noble.
La proliferación de falsos guías avalados por grandes cantidades de dinero, procedentes de ganancias más que sospechosas de ser ilícitas, ha dificultado a las gentes poder localizar a estos siervos del Misericordioso. Pero asimismo hemos de decir que, aún a despecho de aquellos que buscan presentarse como falsos guías, muchos no les localizan debido a su propia pereza y pasividad; a causa, en resumen, de que para ellos reviste más importancia este bajo mundo con sus riquezas y quehaceres que el mundo real donde se encuentra la Sabiduría al alcance de aquellos suficientemente laboriosos para querer acercarse a ella, convirtiéndola en el primer objetivo de sus vidas.
Como dice el Corán, recuerdo y negocio son antagonistas, ya que a las gentes del recuerdo ni el negocio ni el trueque les distraen ni apartan de su amor por el Señor de todos los mundos.
Al final, El estará satisfecho de ellos y ellos de El.
Estas gentes del recuerdo existen en este mundo. No es necesario ir hasta la Luna para encontrarlos. Ahora bien, nunca les encontraréis en la plaza pública, exponiéndose a la vista de todos, sino que pudorosos y temerosos de su Señor, en lugar de ir a buscar a las gentes para ser seguidos, ellos esperan que Allah le traiga a las gentes que El ha elegido para aproximárseles y aprender de ellos.
Porque siempre, y en todo momento, para aproximarse a Allah hay que dar el primer paso, pudiendo, si se persiste, que un día El se apresure hacia nosotros, tal y como dice el hadiz qudsi.
La Ciencia goza de honor, merece un respeto, porque procede de Allah, y no puede ser presentada ni ofrecida en los mercados en los que se venden los productos perecederos. Se precisa que demos el primer paso en su búsqueda y que alberguemos en nuestro interior la consciencia de la gran importancia y el gran peso que tiene, y que por ende puede llegar un día a tener en nuestras vidas. La desidia, la pereza y la indolencia no pueden ofrecer nada bueno. Y el perezoso y el indolente nunca podrán aproximarse de Allah ni tan siquiera un palmo.
Para terminar expongamos unas palabras del Chayj al Alawi sobre los falsos guías que tanto daño hacen a los musulmanes en estos tiempos:
Guárdate del que pretende poseer un estado excepcional junto a Allâh sin aportar prueba alguna.
Es decir: guárdate de quien pretende una condición privilegiada ante Allâh sin ninguna prueba manifiesta de ello. El trato causa afinidad y el mal que una persona así padece puede que se te contagie. ¿Cómo puede pretender alguien tener algo excepcional con Allâh sin que se refleje en ningún signo en su exterior? Se dice que el exterior es la rúbrica del interior; lo que hay dentro de ti se refleja en ti; las vasijas rezuman su contenido. Por este motivo dicen que no hay que tener en cuenta las palabras del faqir, sino su estado.
El faqir puede embellecerse al hablar de los sufís y utilizar sus expresiones, pero si comparas su comportamiento y sus palabras, se pone en evidencia su estado. ¡Ten cuidado!, la gente con conocimiento de lo Divino tienen unas características exteriores que revelan lo que hay en su interior.
Allâh – Altísimo – dice: “Un testigo procedente de El, lo anuncia” (11-17). Los miembros del auténtico ‘arif[1] dan testimonio de la sinceridad de su estado de servidumbre. Le reconocen y le ratifican con la lengua del estado (ilsan al ḥal), de la misma manera que en el Día de la Resurrección hablarán y le ratificarán con la palabra: “El día en el que sus propias lenguas, sus manos y sus pies den testimonio de lo que ellos hicieron” (24-24)
El ‘arif, todo él, es acto sin palabras, a no ser que se vea forzado a ejercer la función de hablar. Puede decirse también que es un corazón sin lengua, y, en todo caso, corazón y lengua a la vez. La prueba de su contemplación de la Verdad es su respeto de las prescripciones religiosas; la prueba de su desvelamiento es su forma de guardar el comportamiento oportuno (al-qiyam bi-l-‘adab).
Aquel cuyo exterior no se corresponde con lo que afirma que hay en su interior, su compañía no aporta beneficio alguno.
Han dicho:
Mis amigos me acusan de pretensión
Dije ante el juez del amor
Pero aquí están los testigos de mi pasión
Que mis palabras confirman
Mi insomnio, mi aflicción, mi congoja, mi deseo
Mi añoranza, mi enfermedad, mi delgadez y mi llanto[2]
Toda verdad tiene su realidad y quien habla en nombre de la realidad tiene sus evidencias. Si alguien pretende interiormente algo que no concuerda con lo que muestra su exterior es un iluso y un mal presagio para sus seguidores. En la vía existe gente con este comportamiento: hablan como si fueran a abrir los cielos y a allanar las montañas, pero su parecido con la gente de la vía no va más allá de las meras palabras. Sus pretensiones son las de al Ḥallaŷ[3] y sus actos los de al Ḥaŷŷaŷ[4]: “Es grave ante Allâh que digáis lo que no hacéis” (61-3).
El chayj de esta comunidad al ‘Arabi A-d-Darqawi – que Allâh esté satisfecho de él – dijo: “Nuestra vía (tariqa) es la vía de los leones, pero también hay en ella cerdos y simios”.
Toda precaución es poca contra quien se expresa como la gente elegida, pero su estado es el de los condenados. ¡Que Allâh nos preserve a nosotros y a esta comunidad de la degeneración y el extravío!
[1] Dícese de aquel a quien Allâh le ha confiado Su Conocimiento y Secretos. El estado del ‘arif (ma’rifa) es el objetivo de la Vía espiritual y por consiguiente del Tasawwuf.
[2] Diwan Sidi Abu Madiam de Cantillana.
[3] Santo musulmán conocido por ser condenado a muerte cuando realizó afirmaciones sobre la Unidad Divina que los ‘ulama de la época no comprendían. Discípulo de Ŷunayd al Bagdadi. Cuando estaba siendo ajusticiado su sangre al caer dibujaba en tierra en Nombre de Allâh.
[4] Al Ḥaŷŷaŷ Ben Yusuf; ministro del jalifa Omeya Abdul Makik Ibn Mar’wan, jalifa conocido por lo desequilibrado y malvado de su carácter. Al Ḥaŷŷaŷ asesinó a todos aquellos quienes ayudaron a los familiares del profeta –‘alayhi-s-salatu wa-s-salam en los gobiernos de las ciudades donde se encontraban. Demolió la Ka’aba con catapultas y llegó a colgar en su patio el despojo de Abdu-l-Lâh Ibn Zubayr después de haberle asesinado. Algunos historiadores dicen que asesinó a Ŷa’far Sadiq a quien cortó la cabeza y se la trajo a su palacio. A los tres días de entrar la cabeza de Ŷa’far Sadiq en palacio murió presa de enormes sufrimientos.