¿Por qué el Islam es la religión del Amor?

Islam – La religión del Amor

Abu Bakr Muhiyyu-d-Din Ibn ˤArabi, el célebre sabio murciano, Umar Ibn al Fariḍ, conocido como el Sultán de los enamorados, así como Ŷalaluddin Rumi y otros hombres insignes de conocimiento han calificado al ‘Islâm como “La religión del Amor”. ¿Por qué no como “la religión de la Verdad”? Simplemente porque la Verdad se encuentra sobreentendida cuando se habla del Amor verdadero. No podemos experimentar verdadero Amor sino por algo que es verdadero y Real; al contrario, ya no se trataría de Amor, sino de pasión.

¿En qué podemos evidenciar que nuestra religión es la del Amor y por qué?

Vayamos a este bello pasaje del Corán en el que Allâh reconforta a Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz -.

Surat Doḥa

¡Por la luz de la mañana!
¡Por la noche cuando está en calma!
Que tu Señor no ha prescindido de ti ni te desdeña.
La Última Vida será mejor para ti que la primera.
Tu Señor te dará y quedarás satisfecho.
¿Acaso no te halló huérfano y te amparó?

¿Y no te halló perdido* y te guio?
¿Y no te halló pobre y te enriqueció?
Por eso, no abuses del huérfano.
Ni ahuyentes al mendigo.
Y habla del favor que tu Señor te ha dado.

Ese Amor vertido de Allâh sobre Muḥammad, reconocible en los favores de los cuales le adornó es una prueba de afecto tan grande que duro ha de ser quien no bañe sus ojos en lágrimas al leer y recitar esta surat. Y este afecto, Allâh le dice, debes desplegarlo ante los demás: no abuses del huérfano, ni ahuyentes al mendigo. Es como si Allâh dijera: “despliega este amor que Yo te he dado, dalo a conocer, expándelo”. (Y Allâh sabe más)

En otro versículo del Corán Allâh dice a Muḥammad:

Y no te hemos enviado sino como misericordia para los mundos (21-107)

Este Amor divino que espera a aquellos quienes se hayan purificado es lo que ha impulsado la Creación. Es tan grande el afecto que todos los astros del Universo giran los unos alrededor de los otros sin alejarse de ellos como dándoles honores universales. Y si esto ocurre con los cuerpos en el Cosmos, lo mismo vemos en el Tawaf de la Ka’aba, durante el cual la fuerza del Amor hace que no nos separemos del centro de la Presencia divina, girando siempre en torno a ella en cumplida reverencia. Y esa Presencia no nos deja ir; nos retiene misericordiosamente a fin de que no nos separemos de ella.

Y por Amor Allâh nos dio una Šaria’, para que no nos hiciéramos mal a nosotros mismos, ni al resto de los seres humanos, animales, plantas, minerales y cuerpos celestiales.

Y para acercarnos a Él nos enseñó el Camino de la virtud, nos concedió la Ciencia, nos enseñó lo que no sabíamos, a fin de hacer de nosotros cumplidas y dignas criaturas, siervos de un Dueño Misericordioso que solamente quiere el Bien para nosotros.

Y este amor Divino, tan peculiarmente bello y admirable, Él quiere que lo distribuyamos en el mundo como representantes Suyos, a fin de que todos los seres vivan en armonía y en Paz.

El Islam no es la religión de las prescripciones, no es la religión de la fe ciega, ¡no! El ‘Islâm es la religión del Amor. ¿Qué más bello que el amor que hace de dos criaturas una, que nos impulsa a admirar y a acercarnos a la Presencia de ese Dios tan Bueno que nos ha creado, volviendo a El de una manera gloriosa y memorable?

En un corazón pleno de amor no pueden entrar el mal ni las sombras; al contrario, él será la casa del bien y de la luz. Y esa luz es discernimiento, esa luz es el conocimiento de la Verdad.

¡Cuántos ejemplos de este Amor en el Corán y en el hadiz! El amor de Yaˤqub a su hijo, el de éste a sus hermanos y padres. El de ˤIsa – sobre él la paz – por su madre. El del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – por Jadiya y ˤAiša. Y el de todos ellos por Allâh, el Ḥabîb por excelencia.