Nun – Por el Cálamo…
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.
Nun. ¡Por el cálamo y lo que escriben!
Que tú, por la gracia de tu Señor, no eres un poseso.
Y tendrás por cierto una recompensa que no cesará.
Y estás hecho de una naturaleza grandiosa
Verás y verán
quién es el trastornado.
En verdad tu Señor sabe mejor quién se extravía de Su camino y conoce mejor a los que están guiados.
No obedezcas a los que niegan la verdad. (68 – 1 a 8)
Muḥammad, antes de la Revelación tenía dudas sobre lo que escuchaba de las plantas y de las piedras, ya que todos ellos ya le llamaban Enviado de Allâh. En la noche del Decreto, cuando recibió el Corán en su corazón y la primera visita de Ŷibril – sobre él la paz – aún no había despejado sus dudad, a pesar de que el ángel, que ocupaba todo el horizonte le dijo: “Yo soy Ŷibril y tú eres el Enviado de Allâh”.
Tras haber recibido los primeros versículos del Corán, descendió apresurado a su casa, y contándole todo cuanto había pasado, ella le consoló y le dijo: “Mira, esposo, en ti no hay mal alguno, tu corazón en puro y no sabes hacer sino el bien. Dicho esto le llevó a su tío (de ella) Waraqa Ben Nawfal, que era cristiano y que como algunos cristianos que seguían los verdaderos Evangelios, estaban esperando la llegada de un Profeta. Waraqa, prácticamente le dijo que era él el Profeta esperado y le dijo que era una pena no haber sido joven para poder seguirle. Hay que decir que Waraqa era muy mayor y que murió prácticamente poco tiempo después de estas palabras, que constituyen en ellas mismas el testimonio de fe del Islam.
Esta surat, además de ratificarle a él en la seguridad de ser el Mensajero de Allâh, es una amenaza divina para todos aquellos del Qurayš que le negaron cuando él dio su mensaje.
Y no solamente le reafirma, sino que le comunica, le recuerda su verdadera naturaleza, a la que Allâh mismo llama “aẓima” (grandiosa). Y lo era, pues Muḥammad es la primera creación de Allâh, como nos certifica el famoso ḥadiz relatado por Ŷabir el cual nos informa de que Allâh estaba Solo y eyectando un puñado (qabḍ) de Su propia luz, dijo: Sé Muḥammad.
Era ten grande, tan enorme lo que Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz – estaba contemplando que su estupor le hacía surgir dudas, hasta que Allâh le tranquilizó totalmente con esta Surat. Y esta tranquilidad anunciada con esta revelación, vino forzosamente acompañada por un fortalecimiento de su estado interior tal, que su consciencia y percepción de la Verdad estuvo a la par de esta Verdad en ella misma. De ahí que alcanzara la Paz, de ahí que su interior nunca más tuvo perturbaciones de este orden.
En lo que se refiere a estas dos aleyas:
En verdad tu Señor sabe mejor quién se extravía de Su camino y conoce mejor a los que están guiados.
No obedezcas a los que niegan la verdad.
Ellas pueden estar en consonancia, no solamente con Muḥammad como profeta, sino a aquellos creyentes que, como imames de la Comunidad en cuanto a su conocimiento, siguen la vía recta en toda su extensión, con respecto a otros musulmanes que no lo hacen. Y en esto existen varios grados:
Uno es el las personas cercanas a Allâh (awliyya) quienes siguen el Camino Recto, tanto en su creencia como en sus obras, así como en su pensamiento y voluntad, siendo el extraviado aquel o aquellos que solamente lo siguen en su creencia y en sus actos, mientras su voluntad y sus deseos siguen la pasión, aunque Allâh les dé suficientemente fuerza para contenerlos y que no se conviertan en actos. En mayor proporción entonces para aquellos quienes siguen el Camino recto de creencia y que ni sus actos ni pensamientos proceden le siguen en realidad.
Estos dos últimos grupos pueden ser comparados con aquellos quienes niegan la verdad, porque se da que la mayoría de quienes no siguen el Camino Recto de manera completa, niegan y reniegan de aquellos que lo siguen y de los conocimientos que les llegan a estos de parte de Allâh.
Es por eso, que en la misma Fatiha vemo:
Guianos al Camino Recto
Camino de aquellos a quienes has favorecido
Siendo que, el Camino de aquellos a quienes Allâh ha favorecido, es el de aquellos que han franqueado el Camino hasta llegar al final, mientras muchos se han quedado al principio o a medias.