Luqman – sobre él la paz.
Entre los pocos datos, pues, que nos han llegado sobre el profeta Luqman se encuentra lo que expresamos a continuación:
Era un hombre poseedor de una gran sabiduría, tal y como manifiesta el Libro de Allâh, que fue enviado a los Banu Isra’il.
Su estatus social era el de un esclavo. Servía a un judío, quien observando cómo se pasaba la mayor parte del tiempo en el recuerdo de Allâh y dando charlas al pueblo, se enfadaba hasta el punto de llegar a decirse en su fuero interno:
“No comprendo; resulta que él es mi esclavo, le doy de comer, a él y a su familia y él no trabaja apenas por mí; siempre está con su adoración y sus charlas; cuando le ordeno algo me dice que tiene que rezar o enseñar y yo me tengo que ocupar de todos sus gastos”.
Pero el amo no revelaba sus pensamientos temiendo ser señalado por las gentes, perdiendo con ello su buena reputación; tal era el prestigio que Luqman se había ganado con el pueblo.
Al final no pudo contenerse y fue a exponer a Luqman el sujeto de sus preocupaciones; le expresó cómo estaba descontento con su proceder y le llegó a recordar su estatus de esclavo; quejándose amargamente de las pocas tareas que hacía para él, le dijo:
“Te ofrezco la libertad; no me sale rentable el trabajo que haces para mí visto lo que me gasto en comida y vestidos”.
A esto Luqman – sobre él la paz – le respondió:
“¡Hombre de Dios! Hasta ahora gozabas de una excelente reputación por todo cuanto hacías por mí, cosa que a nadie le pasa desapercibida. He gozado contigo de la mejor de las vidas y ahora quieres enviarme a la calle para que busque trabajo a fin de ganarme el sustento. Allâh me ha enviado al pueblo para amonestarle y es a ello que dedico mi existencia, y gracias a una persona generosa como tú he podido consagrarme a la misión que El me ha otorgado. Anda, sigue como estás hasta ahora, que estoy muy bien a tu servicio y que no te ciegue tu codicia a punto de cambiar lo que es mejor por lo que es peor y desagradar así a Allâh”.
Oyendo esto, el judío se arrepintió, hasta el punto de quitarle las pocas tareas que Luqman hacía para él, y le dijo:
“Está bien; a partir de ahora no tendrás que hacer nada para mí; es más, te voy a construir un oratorio para que puedas hacer tus oraciones y recibas a las gentes en él. Haz lo que quieras, va donde quieras y si necesitas algo para ti o para tu familia, házmelo saber. Yo proveeré.”
He aquí cuanto dice el Libro de Allâh sobre los consejos que Luqman dio a su hijo cuando estaba a punto de fallecer.

“Y cuando Luqman le dijo a su hijo aconsejándole: ¡Hijo mío! No asocies nada ni nadie con Allâh, pues hacerlo es una enorme injusticia.
Hemos encomendado al hombre que trate bien a sus padres. Su madre lo llevó en el vientre fatiga tras fatiga y fue destetado a los dos años. Sé agradecido conmigo y con tus padres. A Mí has de volver.
Pero si se empeñan en que Me asocies algo de lo que no tienes conocimiento, entonces no los obedezcas. Pero acompáñalos en este mundo como es debido. Y sigue el camino de los que se vuelven a Mí en todo. Después habréis de volver a Mí y os haré saber lo que hacíais.
¡Hijo mío! Incluso el peso de un grano de mostaza dentro de una roca, o en los cielos, o en la tierra, Allâh lo traería a colación; es cierto que Allâh es Sutil, Penetrante.
¡Hijo mío! Establece la Oración, ordena lo reconocido, prohíbe lo reprobable y ten paciencia con lo que venga, es cierto que eso es parte de los asuntos que requieren entereza. Y no pongas mala cara a la gente ni andes por la tierra con insolencia, pues es verdad que Allâh no ama al que es presumido y jactancioso.
Sé moderado al caminar y baja la voz, pues ciertamente la más desagradable de las voces es la del asno.” [Surah Luqman (31); 12-18].
TAWHID
Efectivamente, el primer consejo que debe ser dado a cualquiera en materia de creencia es el de no asociar nada a Allâh, el Único. Es la base de la adoración, es decir: la idea de lo Absoluto de Su poder y Soberanía, que no son y no pueden ser compartidos con nadie; ya que El es el Único Fuerte, que puede dar y quitar a voluntad, incluso a los más grandes y dotados de su creación, quienes no podrán ser comparados nunca con El, ya que su fuerza y poder provienen de la Suya.
AMOR FILIAL
Seguidamente, el amor a los padres, y la obediencia debida, han de ser entendidos como amor y obediencia a Allâh, Quien ha puesto en nuestros padres el origen de nuestra existencia y la representación de nosotros ante El; Quien ha depositado asimismo una parte de Su Misericordia en ellos, a fin de poder crecer en buena salud y en conocimiento y modales morales, bondad y paz. Quien no es agradecido ni obediente con sus padres no puede serlo con Allâh.
ORDENAR EL BIEN – PROHIBIR EL MAL
Ordenar el bien y prohibir el mal es uno de los pilares de la religión; un tema de amplio alcance que dentro de poco desarrollaremos en amplitud.
SEGUIR A LOS HOMBRES DE ALLAH
Seguir el camino de los que se vuelven a Allâh en todo debe ser considerado como una orden dada a todo creyente para que cada uno busque ser guiado por las gentes de Allâh.
Precisamente, ese es el punto débil de nuestra ‘Umma en la actualidad, ya que la gente de la Dunya se ha puesto al frente de la Comunidad Musulmana, para abusar de ellos y llevarlos por mal camino. Este mandato es de tal importancia que sin cumplirlo nadie puede estar a salvo ni de la ignorancia ni del engaño.
Chaytan es representado por los falsos sabios que enseñan el mal; mientras los verdaderos hombres de Allâh se encuentran en el incógnito y en el desconocimiento más total por parte de la mayoría de los musulmanes.
Atravesamos una época de subversión, donde el mal pasa por bien y viceversa. Vivimos en una época de ignorancia como jamás la hubo desde el comienzo del Islam y como probablemente jamás la habrá, si Allâh tiene a bien revertir la situación.
Las razones de esta realidad han de ser encontradas en la avidez de la mayoría de los musulmanes por los bienes de este mundo; en el olvido de Allâh y en el que la gran mayoría busca satisfacer su voluntad, en lugar de preguntarse sobre la Divina. Es por esto que Allâh ha castigado a la ‘Umma con la ausencia de los sabios y la subida en cátedra de los ignorantes.
LA PRESENCIA DIVINA – ALLAH ESTA CERCA
Seguidamente Luqman muestra a su hijo el Poder de Allâh, así como Su cercanía a la creación, Presencia Divina de la cual nada pasa inadvertido, ni tan siquiera por el menor espacio de tiempo, ya que “Ni el sueño ni el letargo Le alcanzan” y El se encuentra más cerca de nosotros que nuestra propia vena yugular, explicando por ello el hecho de ser más íntimo a nosotros que nuestros más recónditos pensamientos.
PACIENCIA-ENTEREZA-CONSTANCIA
La paciencia, el arma del creyente, el escudo impenetrable, el cual, junto a la constancia, le hará salir airoso de cualquier ataque recibido o empresa comenzada. La paciencia y la constancia mostradas por los creyentes fueron los detonantes del auxilio divino en Badr y de las victorias subsiguientes las cuales hicieron que el Islam desplegara sus alas sobre la mitad del mundo conocido por entonces.
EDUCACION
Y finalmente, el adab, la educación, el buen comportamiento. A veces, y en numerosas ocasiones la buena educación ha querido ser asimilada por algunos al conformismo con el mal, al letargo y a dormitar en el camino de Allâh, a no oponerse al mal, pues ello sería en el espíritu débil de algunos “falta de educación”. Sin emb ¡A esto no se le puede llargo, y a decir verdad, a esta actitud más bien se la podría llamar indolencia y pasividad.
Es el adad el comportamiento adecuado en cada caso, procurando hacer con él el menor desgaste posible en el prójimo, así como el mayor bien. Y esto se manifiesta de diferentes maneras, dependiendo de las ocasiones, situaciones, posibles soluciones y posibilidades.
Dicho comportamiento ha de buscar su origen en la humildad. Pero esta humildad no es aquel sentimiento falso que nos hace sentirnos más que los demás a causa de nuestro silencio y afectación amanerada. La verdadera humildad es no pretender ser humilde y tener la consciencia de que el alma tiende al mal, que el bien que hacemos procede de Allâh y el mal de nosotros mismos. Esto, y no otra cosa es la humildad, es decir: la ausencia de Ego.
LA VOZ DEL ASNO – LA MAS DESAGRADABLE PARA ALLAH
La voz del asno pues es la de aquellos que hablan la mentira, que extienden embustes y corrupción a través de sus palabras. La voz del asno es la de aquellos quienes hablan de lo que no saben y la de aquellos quienes siempre tienen palabras soeces para ofrecer a sus enemigos. La voz del asno es hablar como Allâh detesta por lo feo de las expresiones; pero es asimismo hablar como un ángel para engañar a propios y extraños, guardando un corazón de lobo en lo más profundo del ser, tal y como enseña el hadiz.
SON CONSEJOS DIRIGIDOS A NOSOTROS
Hagamos nuestros pues los consejos de Luqman a su hijo, como si él – sobre él la paz – nos los hubiera dirigido personalmente, pues se trata de una dirección necesaria para el buen comportamiento del creyente, en toda circunstancia y situación, siendo sin duda como son, parte del Imân y del Iḥsân.
Que Allâh nos perdone, nos guíe, nos conduzca de las tinieblas a la luz y nos otorgue el Firdaws.
Abdul Karim Mullor