Los Sufis ignorantes – Chayj Al Alawi
Los Sufis ignorantes
Comentado por Abdul Karim Mullor
Cuando hemos incidido una y otra vez sobre el hecho de que en el Sufismo actual los falsos maestros han inundado las tariqas antes de referencia, y han instituido unas nuevas cercanas al ideal masón, algunos habréis pensado que estas afirmaciones se tratan de una opinión personal de esas tantas que pueden ser tenidas en cuenta. Muy lejos de eso, se trata de la realidad; de una realidad constatable por aquellos a quienes Allâh ha concedido una mirada penetrante.
Casi nadie conoce las palabras y predicciones de un šayj contrastado del Sufismo como es el Šayj Al ˤAlawi, el cual, hace ya 90 años advirtió sobre esto que nosotros decimos ahora. Y si bien nosotros lo decimos de nuestro propio cuño debido a la Gracia Divina recibida en base a la dedicación de toda una vida, resulta muy gratificante saber cómo lo que nosotros vemos hoy con claridad ya estaba avisado hace casi 100 años por el último hombre del siglo: el Šayj Aḥmad Ibn Muṣtafâ al ˤAlawi – que Allâh santifique su secreto.
En efecto, el Šayj Al ˤAlawi predijo que en estos tiempos la cabeza de las tariqas sería tomada por maestros daŷaŷila (plural de Daŷŷal), es decir, por gente de naturaleza šaytani que extraviaría a unos y a otros.
En su obra Mawad al Gawziyya (El fruto de las palabras inspiradas) el šayj nos enumera las características de estos falsos sufís y nos informa sobre su naturaleza y bajeza de estatus.
Muchos de los que nos han acusado de ser duros con nuestras verdades dichas a la vez con solvencia y rotundidad, verán que el Šayj al ˤAlawi nos ha superado con amplitud en contundencia, cuando sentencia sobre el estatus de estos šayatin de entre los humanos que tientan a las gentes quienes queriéndose aproximar a Allâh caen en sus redes de mentiras y subterfugios.
Las palabras del Šayj Al ˤAlawi – El fruto de las palabras inspiradas, sentencia 30
“La frecuentación de un sufí ignorante es igualmente dañina, más aún que la de un sabio descuidado de los que acabamos de tratar. Esta expresión (sufí ignorante) se refiere al pretendido šayj que reivindica ser un guía espiritual, en tanto que sus conocimientos en esta materia se quedan en el orden puramente teórico. Un tal “maestro” separa y está separado de Allâh; no hay nada más grave que su falta, pues el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho:
El peor castigo el Día de la Resurrección será infligido a aquel a quien las gentes estiman, mientras que nada bueno se encuentra en él. (Kanz al Ummal 7485)
Es decir, aquel que se reivindica como un guía espiritual, tomado el aspecto de los Sufis, mientras que ello en realidad no es otra cosa que una realidad ilusoria. He aquí lo que significa la expresión “sufí ignorante” que estamos empleando. En cuanto a aquel que ignora las reglas de la Ley, seguramente no logrará engañar al aspirante, siendo que, por otra parte, no será digno de utilizar el término “sufí”. Por estas palabras queremos referirnos al pretendido maestro que no ha recibido vínculo ni permiso alguno otro que el rito del baya (rito del vínculo) el uso del tasbiḥ, el bastón y el turbante. Este se asemeja a los sufís exteriormente pero se distingue de ellos en cuanto al interior. Ha sido dicho en este sentido:
El sufismo no son bastones ni rosarios de cuentas;
La cualidad de faqir (pobre en Allâh) no se trata de una apariencia fastuosa;
O ir de acá para allá con un manto remendado;
Mientras que en el interior se encuentran el orgullo y el exceso;
O exhibir tu ascetismo en este bajo mundo mientras;
Que te precipitas sobre él como lo hace un perro con la carroña;
La cualidad de faqir es un secreto del cual tu alma te vela;
Levanta el velo y la oscuridad será iluminada;
Abandona el género humano y extingue tu voluntad en un instante;
Olvida el mundo sensible y llora con lágrimas de pena
He escrito este poema para alabar la Vía de los Sufis y aquellos que la han seguido:
Oh substancia preciosa, como lo es su misma búsqueda;
Oh Vía sublime que se eleva sobre la vida animal;
Sus gentes disponen de virtud y de altas cualidades;
La muchedumbre, en su ignorancia, se imagina
Que la Vía del Sufismo consiste en adornarse con un turbante;
A formar clanes de cualquier manera;
Mientras que la Ley de Allâh se opone a todos los pecados;
No hay nada bueno en las conversaciones de los ignorantes;
A no ser cuando uno de ellos recomienda lo que es bueno;
Y se opone a cualquier forma de iniquidad.
Una tal persona no es otra cosa que un obstáculo sobre la Vía, pues su frecuentación es más dañina que útil. El aspirante debe pues evitar esa clase de personas…
Conclusiones
Hemos constatado pues como el Šayj Al ˤAlawi denuncia a estos falsos maestros, escribiendo sobre ello palabras tan firmes que podrían hacer encanecer a un niño. No obstante, muchos les siguen con una pasmosa naturalidad sin apercibirse de lo peligroso de encontrarse ante gente tan perdida; pues no solamente les frecuentan si no que les siguen y obedecen, ¡si ni tan siquiera preguntarse sobre la naturaleza de tales personas y los fines que buscan en sus tristes e inútiles vidas!
A veces hemos visto, cosa que nos ha sorprendido sobremanera, como algunos han contradicho nuestras palabras por el simple motivo de querer quitarnos la razón. Otros van más allá, interponiéndose entre nuestras palabras y aquellos que las leen, llamando la atención una y otra vez sobre otra cosa para evitar que nadie se fije en y se beneficie de nuestros escritos. Y es que la Verdad es tajante: o estás con ella, o estás en su contra.
Es cierto que, de la misma manera que hay gentes que siguen a falsos guías, existen otros que corren detrás de los verídicos para desprestigiarlos. Estos creen que Allâh no les ve y que no les va a recordar su actitud, a veces de manera dura y contundente, tal y como hemos sido testigos en una u otra ocasión.
La Verdad es algo muy fuerte; quien la dice y la sigue gana; quienes la impiden llegar a su destino lo pagarán, antes o después.
Allâh ennoblece a los verídicos y envilece a los mentirosos.
No lo olvidemos.