Los secretos del Corán
A-s-salamu alaykum – La paz sobre vosotros
El sagrado Corán es el último de los libros revelados por Allah (Dios). En esta última Revelación se ven contenidas y resumidas todas las anteriores. No es pues, un Libro más, sino que, al igual que Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – ha sido enviado a todos los mundos, comprendida la Humanidad entera, el Corán lo ha sido a su vez.
Escuchamos a algunos que, con toda la liviandad que les sugiere su falta de comprensión, dicen que el Islam es “sólo” Corán y Sunna, cuando en realidad lo que comprenden del uno y de la otra es una milésima parte de lo que en ambos se transmite; de tal manera que lo que ellos están queriendo decir, en realidad, no es otra cosa que el Islam es “lo poco que ellos comprenden del Corán y de la Sunna”.
En cuanto a los que predican que todo está en el Corán y que la Sunna no es necesaria, estos no comprenden del Corán absolutamente nada, ya que en él se nos ordena obedecer al Profeta-Enviado, es decir, a Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -.
Sea como fuere, ni los unos ni los otros comprenden las aleyas coránicas, ya que el mismo Libro ha sido dotado de una inteligencia propia, y se protege de la sin razón de unos y otros, guardando secretos que solamente unos pocos muy señalados pueden descubrir. El mismo Corán nos habla de esto, como vamos a mostrar en dos pasajes:
Y juro por el ocaso de los astros, lo cual, si supierais es un gran juramento, que es una recitación noble en un Libro oculto que no tocan sino los purificados. (56- 75 a 79).
Él es Quien ha hecho descender sobre ti el Libro, en el que hay aleyas precisas que son la madre del Libro y otras ambiguas.
Los que tienen una desviación en el corazón siguen lo ambiguo, con ánimo de discordia y con pretensión de interpretarlo, pero su interpretación sólo Allah la conoce.
Y los arraigados en el conocimiento dicen: Creemos, en él, todo procede de nuestro Señor.
Pero sólo recapacitan los que saben reconocer lo esencial. (3-7)
El mismo Libro establece que no puede ser comprendido por cualquiera que fuere, sino solamente por aquellos que se han purificado, que son los del grupo de “los aproximados” que podemos constatar en las primeras aleyas de esta misma surat. “Muchos entre los primeros y pocos entre los últimos”. Pues, al fin y al cabo, son estos aproximados los purificados a los que alude la aleya que hemos presentado.
La segunda aleya que hemos mencionado nos demuestra que el Corán no puede ser comprendido, o al menos no lo puede ser en su integridad, salvo que Allah nos pudiera contar entre el grupo de los purificados; siendo que si eso fuera así, solamente podríamos comprender del Corán lo que Allah nos quisiera revelar.
Es pues, el Corán, un Libro de tesoros ocultos, de secretos no revelados, de los que nuestro Santo profeta, Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – nos ayuda a descifrar su significado mediante la Sunna. Es por ello que en más de diez aleyas del Corán, Allah nos ordena taxativamente obedecer al Profeta.
Un hadiz que encontramos en el Sahih al Bujari nos dice que cada aleya del Corán posee hasta siete significados, siendo cada uno de ellos más profundo que aquel que le precede.
En consecuencia, nos encontramos ante un Libro pleno de secretos, “Kitab al maknun” como dice la surat El acontecimiento, que solamente pueden comprender aquellos que hayan purificado su interior, y en consecuencia la Luz del Discernimiento se haya revelado en sus corazones. De estos, el Corán dice que son los “dotados de intelecto”, aquellos que reflexionan convenientemente en el Camino de la Verdad y del Amor.
Una de las peticiones del Profeta a Allah era estar iluminado por Su luz. El Profeta pide a Allah que le ilumine, por fuera y por dentro, pues no en vano dice el Corán en la aleya de la Luz:
Allah es la luz de los cielos y de la tierra
Es decir, el Discernimiento.
¿Quiénes son “los purificados” que se mencionan en el Corán? Ellos son las gentes del recuerdo “ahlu-d-dikre”. El Corán los menciona de nuevo de otra manera, ordenando a los creyentes hacerse guiar por ellos:
Preguntad a las gentes del recuerdo si vosotros no sabéis (21-7 y 16-43)
Aquellos que se abren a Allah y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allah. ¿Pues acaso no es con el Recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones» (Sûratu r-Ra’d, 28)
Y el recuerdo es un mandato de Allah:
«Así pues, recordadme, y Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo» (Sûrat al-Báqara, 152).
Pues el recuerdo de Allah es incluso superior al salat:
es cierto que el salât impide la indecencia y lo reprobable. Pero el recuerdo de Allah es mayor, y Allah sabe lo que hacéis» (Sûratu l-‘Ankabût, 45).
Y siendo así, es cierto, en consecuencia, que las gentes del recuerdo son superiores en conocimiento a las gentes del salat.
Transmitió Abû Sa’id al-Judri (radi Allahu ‘anhu) que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – respondió así a una persona:
«-¿Cuáles serán los siervos más cercanos a Allah el Día del Juicio Final?
-Aquellos que se habrán acordado más de su Señor»