Los catecismos del haram

Abdul Karim Mullor

Los catecismos del Haram

Los que hayáis vivido en mi época recordaréis esos catecismos cristianos en los que se escribían los dogmas simplificados. En ellos se animaba a los fieles a recitar tales o cuales oraciones.

Curiosamente, el mismo formato ha sido copiado por wahabitas y salafis. Lo que se busca en ambos es estandarizar la práctica de una doctrina inventada, buscando dar la impresión de que puede ser aprendida por cualquiera en cinco minutos. La idea que reposa en estas burdas publicaciones es la de querer embaucar a los musulmanes que no estudian, o que no quieren hacerlo porque son perezosos. El fin es manipularlos, haciéndoles aprender un dogma que adornan con hadices y aleyas utilizados de manera tendenciosa. No es de extrañar entonces que en esos catecismos aparezcan no más de una centena de hadices de los 60.000 al menos que el Imam Suyuti tuvo el acierto de repertoriar en su Yamia Sagir.

Para ello ponen en duda la mitad de la Sunna que estaba consolidada a través de los siglos. Escogen del Corán las aleyas que les convienen; dejando a un lado otros hadices extraordinariamente importantes y otras aleyas cruciales que podrían ilustrar cada uno de los temas que ellos presentan.

Como el resultado de sus pesquisas viene a ser que todo es haram o bida’ o shirk, introducen el miedo en el corazón de sus adeptos. De esta manera esperan paralizarlos por el terror a cometer lo uno o lo otro. Con este artero procedimiento los musulmanes ignorantes quedan a sus pies y a su servicio; siempre preguntándoles a ellos de miedo a incurrir en la cólera divina. Una especie de «paranoia» de la fe que ha de ser tratada mediante el Shifa’ (curación y protección) del Corán si queremos verla erradicada de sus corazones.

A estos librillos que he comentado en primer lugar yo los llamo catecismos, y al contenido de esos odiosos panfletos les llamo “catecismos del Haram”.

Muchos hemos tenido la experiencia de discutir con los salafís en las redes sociales. Y hemos concluido que los miembros de esa secta son una fotocopia los unos de los otros. A decir mejor, se trata de mentes clonadas, y limitadas a una clase de razonamiento bastante primitivo que chirría a la mínima fricción.

Preguntan para provocar mediante frases cortas pidiendo que te extiendas en las explicaciones a las que nunca harán mención. Porque no les interesa entrar en cosas que no comprenden. Si les contestas con un buen número de palabras, ellos seguirán con preguntas cortas siguiendo el programa. Buscan cansarte pidiéndote el dalil de esto y lo otro. Si respondes con múltiples explicaciones, aunque ellas sean verdaderas, hermano/a, te han ganado. Porque ellos no buscan la verdad, buscan la discusión, buscan que tú te pongas a su disposición, que estés siempre por debajo o por detrás.

Ahí, hermano/a se pone a prueba tu sagacidad y tú inteligencia. Cuando les haces comprender que no entras en su formato discursivo e impones tú las reglas de la conversación entonces les has vencido. Cuando han realizado que te has puesto por encima, entonces ellos, sintiéndose ridiculizados por quien ellos buscaban ridiculizar, recurren al insulto, al anatema, te amenazan con el Infierno. Resumiendo, el fuego que habita su interior sale por sus bocas.

El problema que tenemos los musulmanes como Umma, eso hay que reconocerlo porque es una realidad, es que, hablando grupalmente, muy pocos conocen bien el Corán y el Hadiz. De esa manera, y siendo esto una triste realidad, ellos se salen con la suya cuando se lo proponen. No es así cuando se encuentran con un hermano o una hermana que conoce más la Sunna y el Corán que ellos. Entonces recurren al agravio y salen huyendo cual si de la peste lo hicieran.

Y es triste constatar que ellos, conociendo solamente los hadices que vienen en sus catecismos panfletarios, sepan más hadices que la media de los musulmanes. Porque ¿cuántos son los musulmanes que conocen al menos el significado de 100 hadices? Y esto último es la puerta del desastre y el arma que el Chaytan utiliza para desviar a los musulmanes. Es decir: la ignorancia de la propia religión.

Alguna vez ellos me han hecho una pregunta directa al modo de pedirme que les justifique el Sufismo o Tasawwuf con aleyas y hadices. Te proponen una pregunta corta, sin decirte porqué lo preguntan, cosa esta que debería ser lo mínimo en materia de educación. Entonces yo les envío el libro del Šayj Al ˤAlawi que yo traduje y publiqué en la web, y allí se acaba la conversación. Evidentemente no te dan las gracias. Evidentemente, nunca leerán un libro de 120 páginas, pues ellos no buscaban saber, ellos buscaban engañar y discutir.

Os recomiendo este libro porque es de actualidad y explica de manera muy elocuente el lugar que el Sufismo ocupa en el Libro de Allâh y en la Sunna del Profeta – sobre él la plegaria y la paz. Asimismo os recomiendo vivamente que meditéis sobre el encuentro de Mûsâ y al Jadir en la confluencia de los dos mares. Este episodio se encuentra en la Surat “La caverna” (surat 18) del Corán. Así comprenderéis que existen dos clases de ciencia y por ende dos clases de Conocimiento.

Allâh puede abriros las puertas del entendimiento para que podáis realizar, que las ciencias del Islam contienen océanos sin orillas de conocimientos y de maravillas.