Lo que no supimos conservar como hombres
Abdul Karim Mullor
Lo que no supimos conservar como hombres
Hoy, que todo el mundo escribe sobre Palestina, claro está que ninguno aporta soluciones. Por un lado nadie podemos hacer nada para parar la masacre genocida; por otro lado no se sabe cómo hacerlo.
El Corán dice:
Decretamos en el Libro respecto a los Hijos de Israel: Ciertamente, corromperéis en la tierra dos veces y oprimiréis en forma soberbia. (17-4)
Seguramente, la vez primera se refiera a la oposición que tuvieron hacia ˤIsâ – sobre él la paz – y, en lo que respecta a la segunda estemos hablando de estas fechas.
No vamos a entrar en consideraciones políticas. Siempre lo he dicho a las personas de mi entorno: tengo una total desconfianza en las dos facciones que dicen representar al pueblo palestino. Todos sabemos quiénes son, de donde proceden. ¡Pobre pueblo palestino!
Pocos saben a ciencia cierta lo que buscan sus líderes, ni quienes están apoyándolos y subvencionándolos. Y en base a esto y a sus acciones exentas de sabiduría y de finura inteligente, podemos concluir que ninguna de ellas representa al pueblo en cuestión.
Ahora bien; ¿justifica esto que a la gente se les robe las casas; se les agreda y se les extermine? Un pueblo, hace 100 años en desbandada por el mundo, que llora recordando el Holocausto que tuvo lugar a mediados del siglo pasado. De ese pueblo, hoy muchos aplauden cuando se mata, porque según ellos está justificado. ¿No están justificando sin que ningún otro lo haga, indirectamente lo injustificable; es decir, aquello que les ocurrió ya casi hace 100 años?
Nos hemos acostumbrado a las guerras. Nos parecen normales, ya que siempre hay una o dos en liza y se justifica por unos medios u otros, por unos países u otros, su legitimidad. ¿Cómo podría ser legítima la matanza de seres humanos? La gente muere por millares y el mundo sigue, como si nada.
Por otra parte, ¿qué derecho tienen muchos musulmanes a legitimar una guerra y deslegitimar otra? Muchos azuzaron a la matanza entre musulmanes en Siria, en nombre del Islâm. Allí se retrataron; allí nos mostraron su sed de sangre; su verdadero espíritu animal.
¡Cállense hoy los pregoneros de la muerte de ayer! ¡Sus lágrimas de cocodrilo son solamente para encandilar a cándidos y gente fácil!
¡Ustedes llamaron a la guerra entre musulmanes! ¡Ustedes son culpables con su llamada y tienen sus manos manchadas de sangre! Porque el que anima también interviene.
Ahí los tenéis; a los pregoneros de la muerte!

Este señor de la foto arriba a la izquierda; el de la americana, ahora nos sale llorando por el genocidio. Hace años, aquí le vemos apoyando la bandera del levantamiento armado, de la guerra entre musulmanes. Esa bandera Siria de tres estrellas era el símbolo del levantamiento bélico que generó más de un millón entre muertos y damnificados de toda clase.
Niños, mujeres, ancianos asesinados, a ustedes les dan igual. ¡No llores García! ¡No seas teatrero! ¡Demostraste que las desgracias te dan igual!
Sabed hermanos/as que la desgracia que hoy está ocurriendo en Palestina se debe a la total división entre los musulmanes. ¿Cómo iría Allâh a agraciar a una Umma dispersa. A una Umma que en sus filas cuenta con pregoneros de la muerte y de la matanza entre hermanos?
Lo dijo Salahuddin Aŷubi cuando tomó Al Qudds con sus ejércitos:
Esta ciudad quedará en manos de los musulmanes mientras estos anden rectos y unidos. Pero cuando no lo hagan será tomada de nuevo.
Es así. No nos podemos quejar. No tenemos derecho a hacerlo porque como Umma no estamos a la altura. Somos un desastre, un fraude.
Y aunque algunos pocos anden o andemos por el Camino recto, sin curvas ni fisuras, esto no es suficiente para que una ciudad, que representa a todos, pueda estar liberada y en ella se pueda vivir en paz.
¿Qué nos queda entonces? ¿Llorar haciendo memes en las redes sociales? ¿Lamentarnos lastimeramente de la salvajada que están cometiendo los sionistas?
¡Para eso es mejor no decir nada, porque se ríen de nosotros!
Volvamos al origen de esta plaga. No miremos para otro lado.
¿Podemos hacer algo? ¡No!
¿Por qué? Porque no estamos a la altura. Ya que muchos incitaron a la matanza entre hermanos y ahora estamos viviendo las consecuencias. Porque muchos viven y se enriquecen de la división entre los musulmanes.
“Llora como un niño lo que no supiste conservar como un hombre”