Las extrañas complicaciones de los primeros días de Dul Hijja

Las extrañas complicaciones de los primeros días de Dul Hijja

La paz sobre vosotros

Con respecto a estos días anteriores al día de ˤArafa y a la Fiesta del Sacrificio (ˤAid al Aḍḥa), muchos de vosotros os habréis fijado alguna serie de actos voluntarios para aprovecharos de la Baraka que hay en ellos. Otros no podréis, debido al trabajo. Todo ello está bien; pues el que trabaje, aunque quiera, no tiene tiempo ni energía para realizar todo cuanto quisiera hacer; la intención es suficiente, ya que intentar realizar un acto bueno y no poder cuenta ante Allâh como una buena obra.

Algunos, al menos eso creemos, habréis constatado que en estos días ocurren cosas que no podéis controlar tales como:

Situaciones que se complican – cosas que se embrollan de manera inexplicable – estados entre el nerviosismo o la ansiedad – cosas que se tuercen al mitad del camino sin causa aparente – estados de inseguridad.

Todo ello es normal; no penséis que eso os ocurre solamente a vosotros, es algo que le ocurre a todo musulmán, de una manera especialmente intensa para los verdaderos creyentes (mu’minun).

Efectivamente, el Perdón y el Sacrificio son cosas muy importantes en nuestra religión. Al igual que el chaytan salió al paso de sayyidinâ Ibrâhîm – sobre él la paz – para que no cumpliera con la Orden divina del sacrificio, asimismo él nos acosa para que no nos podamos acercar a estos dos actos sagrados de una manera digna y así recibir de Allâh beneficios que no se pueden enumerar.

Todo esto permanece hasta el mismo Día del ˤAid, pues hay un chaytan especial para intentar echar ese día por tierra. Inmediatamente después esas tensiones desaparecen y hubiera parecido que una tempestad pasó sin dejar rastro.

Es por eso que quizás el mejor acto de adoración que podemos llevar a cabo durante estos días sea el autocontrol. No está escrito esto en un manual de cómo se pueden realizar actos voluntarios estos días, pero no deja de ser una realidad que se impone, unas circunstancias difíciles de transcribir por lo complicado de su naturaleza.

Si practicamos el autocontrol, y además ayunamos en ˤArafa, mejor que mejor; si aún habiendo hecho esto ayunamos algún otro de estos días aun mejor; y si a pasar de las tensiones recordamos a Allâh y le ofrecemos nuestros actos diarios, entonces, es esa la excelencia.

Ya hemos pasado la mitad de los primeros 10 días de Dul Ḥiŷŷa. Nos quedan los mejores, los centrales, los capitales. Vayamos pues a ellos con un gran “me apoyo en Allâh” (tawakkaltu ˤalâ-l-Lah); con un Astagfirullah sincero y genuino; con un gran AlhamdulilLâh por los dones recibidos y los que no; con un Allâhu Akbar que mueva montañas; con una Fé renovada; un espíritu sonriente y una gran entereza. Somos el Pueblo de Muḥammad – ˤalayhi-ṣ-̣ṣalatu wa-s-sallam -, la nación de la Verdad, los que avanzan siempre hacia adelante, los del estandarte del Amor, el Faro de la Creencia en un Solo Dios Único y sin asociados. Somos de Él, y buscamos estar con Él.