Las condiciones propias al Recuerdo de Allâh – dikr- Al Jilani
Una de las condiciones que preparan a alguien al Recuerdo[1] es estar en estado de ablución; lavado y limpio exteriormente y purificado en el interior.
Al principio, una condición para que el Recuerdo sea eficaz es pronunciar en voz alta las palabras y frases que le constituyen: el Testimonio de la Unidad, los atributos de Allâh. Cuando estas palabras son recitadas, es necesario hacer todo lo posible para encontrarse en estado de intención. De esta manera, el corazón escucha las palabras y es iluminado con la luz constitutiva[2] del Recuerdo. El corazón recibe la energía y cobra vida, no solamente en este mundo, sino asimismo en el más allá. Allâh – Altísimo –describe la vida eterna de esta manera:
En ellos no experimentarán la muerte, sólo la que ya conocieron (44-56)
Nuestro Maestro, el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – describiendo el estado del creyente (mu’min) que llega a la verdad a través del recuerdo, dice:
Los creyentes (mu’minûn) no mueren, sino que ellos pasan únicamente de la vida temporal a la vida eterna
Y ellos harán allí lo mismo que hacían aquí, así que él mismo – sobre él la plegaria y la paz – lo dice:
Los profetas y los próximos a Allâh continúan su adoración en la tumba, tal y como ellos lo hacían en sus moradas
La adoración a la que se hace alusión aquí es la purificación interna de Allâh, y no la plegaria obligatoria cinco veces por día con sus posiciones, de pie, inclinados o postrados. La súplica interior silenciosa es una de las principales cualidades que permiten reconocer al verdadero creyente.
La sabiduría no es obtenida por el hombre, sino otorgada por Allâh. Después de haber sido elevado hasta este grado, el sabio se transforma en íntimo con los secretos de Allâh. Allâh conduce a alguien a Sus secretos únicamente si su corazón está vivo y es consciente en Su recuerdo, y si este corazón consciente alberga el deseo de recibir la verdad. Así como lo dice nuestro maestro el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:
Mis ojos duermen pero mi corazón siempre permanece despierto
La importancia del hecho de querer obtener la sabiduría y la verdad es explicada por estas palabras del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:
Si alguien desea aprender y conformarse a este deseo y estudio, pero muere antes de haber alcanzado su objetivo, Allâh le otorga dos ángeles como preceptores que le enseñarán la sabiduría divina hasta el Día del Juicio. Esta persona se levantará de su tumba convertido en un sabio que ha obtenido la verdad.
Los dos ángeles representan aquí el espíritu de nuestro profeta y la luz del amor y de la santidad que conectan al hombre con Allâh. La importancia de la voluntad y de la intención es citada por el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:
Muchos de los que desean saber mueren ignorantes, pero ellos serán levantados de sus tumbas, en el Día de la Resurrección, como lo serán los sabios; y más de un hombre de conocimiento se levantará ese Día corrompido y habiéndolo perdido todo, completamente ignorante.
Estos hombres, orgullosos de lo que saben, que buscan el conocimiento para con él obtener los bienes de este bajo mundo y a cometer excesos, ya han sido prevenidos:
Habéis consumido las cosas buenas que tuvisteis en vuestra vida de aquí y os habéis contentado con ésta; así pues, hoy se os pagará con el castigo degradante por haberos llenado de soberbia, sin verdad, en la tierra y por haberos descarriado. (46-20)
El Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho:
Las acciones se encuentran condicionadas por la intención que las mueven. El anhelo y la intención de quien tiene fe representan mayor valor a los ojos de Allâh que sus actos. La intención de quienes no tienen fe es peor de lo que dejan traslucir sus actos. Por Allâh, la buena intención del creyente tiene mayor valor que la mejor de las acciones del descreído.
La intención es el fundamento de la acción. Nuestro Maestro, el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dice:
Es bueno construir una buena acción sobre unos cimientos de calidad, y un pecado es una acción construida sobre malas intenciones.
Quien quiera cultivar la Última Vida, le daremos aumento en su cultivo, y quien quiera cultivar esta vida le daremos algo de ella, pero no tendrá parte en la Última. (Corán 42 – 20) El mejor camino consiste en encontrar un verdadero maestro espiritual que dará vida a tu corazón. Esto te garantizará la vida eterna en el más allá. Es urgente: hay que hacerlo de inmediato, en esta vida, antes de que se haya pasado el tiempo. Este mundo es el campo del más allá. Quien no siembra aquí no cosechará en el más allá. Así pues, sembrad vuestro campo en este mundo con las semillas subjetivas de una buena vida, a la vez que con las semillas objetivas[3] que producirán una buena cosecha en el más allá.
[1] De Allâh
[2] La luz que el mismo Recuerdo lleva de manera implícita.
[3] Subjetivas: las buenas intenciones. Objetivas: las buenas acciones.