Las clases de Sabiduría y de sabios
A-s-salamu ˤalaykum – la paz sobre vosotros
He aquí unos hadices que tratan de los que detentan la Sabiduría. En ellos se divide a los sabios en tres categorías: aquellos quienes aprenden y utilizan una ciencia para el bien; otros que aprenden esa misma ciencia y la utilizan para el mal; y al fin otros que aprenden una ciencia que purificando su interior, nunca puede ser utilizada para hacer el mal y extender la corrupción.
La plaga de la ciencia es el olvido, y su desaparición se produce cuando hablas de ella con el no-iniciado. (Recopilado por Ibn Abi Chaiba)
Se han convertido en las plagas de la religión: un teólogo desviado, un imam no equitativo y un erudito ignorante. (De Ibn Abbas, recopilado por A-d-Daylami)
Sé un sabio, un estudiante, un auditor o un buen amigo de la ciencia religiosa y no formes nunca parte de la quinta categoría de gentes (un ignorante) que te llevará a la ruina. (Recopilado por Al Bayhaqi)
El mejor favor solicitado por un musulmán, es el aprender una ciencia determinada y seguidamente enseñarla a su hermano en religión. (Recopilado por Ibn Mâŷah)
La firmeza es el pedir consejo a un iniciado (ra’in) y obedecerle. (Abu Dawud)
Allâh no retirará la ciencia arrancándola de las gentes, pero El la hará desparecer tomando el alma de los sabios hasta que no quede ninguno de ellos. Entonces, las gentes tomarán por jefes a los ignorantes, y cuando se les pregunte a estos a propósito de ciertas cuestiones, se darán el aire de saber sin basarse en ciencia alguna. Ellos se extraviarán y extraviarán a los otros.
(De Ibn Umar, recopilado por Al Bujari y Muslim).
Participad en las asambleas de los superiores, pedid consejo a los eruditos y frecuentad a los sabios. (Recopilado por A-t-Tabarani)
La élite de mi comunidad son sus sabios, y los mejores de los sabios los buenos y compasivos. Ciertamente, Allâh perdona al sabio cuarenta de sus pecados antes de perdonar uno al ignorante. El buen sabio compasivo vendrá al día de la Resurrección de tal manera que su luz alumbrará la distancia que separa el oriente del occidente, tal como una estrella brillante. (De Ibn Umar, recopilado por Al-Kuday)
El adorador podría ser ignorante y el sabio perverso, es por ello que es necesario distanciarse de los adoradores ignorantes y de los sabios que son muy perversos. (Abu Umama, recopilado por A-d-Daylami)
Es posible que un sabio cuya ciencia aproveche a las gentes, valga más que mil ascetas. (De Ali, recopilado por A-d-Daylami)
El sabio y quien busca aprender están ambos asociados en el bien, mientras que el resto no tienen bien alguno. (De Abu Darda, recopilado por A-t-Tabarani)
Cuando el sabio busca mediante su ciencia al Rostro de Allâh, toda cosa tendrá temor de él. Pero cuando busca el acrecentar sus riquezas, entonces será él quien tema toda cosa. (De Anas, recopilado por A-d-Daylami)
El sabio, la ciencia y la buena obra afluirán todos en el Paraíso. Pero si el sabio no pone en práctica lo que sabe, la ciencia y la obra estarán en el Paraíso, mientras que el sabio irá al Infierno. (Recopilado por A-d-Daylami)
Los sabios son las personas respetuosas con el depósito confiado de los Enviados de Allâh, siempre y cuando se mantengan a distancia de los sultanes y que no se dejen ganar por este mundo. Si lo hacen, entonces traicionan a los Enviados. Desconfiad pues de ellos. (De Anas, recopilado por Al-Ukaily)
La superioridad del sabio respecto al devoto, es como la superioridad de la luna llena sobre los demás astros. (De Ma’az, recopilado por Abu Na’im)
Las gentes no forman sino es dos categorías; un sabio y uno que aprende y una tercera clase está desprovista de todo bien. (Recopilado por A-t-Tabarani)
Desdicha a mi comunidad a causa de los malos sabios que enseñan el mal. (De Anas, recopilado por Al-Hakim)
En el día de la Resurrección los Profetas serán los primeros intercesores, después vendrán los sabios e inmediatamente los mártires. (Recopilado por Ibn Maŷah)
COMENTARIO A LOS HADICES
Estas palabras del Profeta ponen en evidencia varias realidades convergentes con respecto a la Sabiduría y las personas que la detentan. Vamos a enumerarlas primeramente, pues quien haya leído con atención el contenido de estos hadices, sin duda alguna, encontrará acertada nuestra exposición.
Primeramente, podemos ver explicada en estos textos la gran importancia que, tanto para Allâh como para el creyente, tiene la Sabiduría.
Ahora bien, hay una clase de sabiduría que puede ser utilizada para el mal, y ello depende del comportamiento de quien la haya aprendido, quien lo puede utilizar para hacer el bien, para hacer el mal o para provecho personal.
No obstante, el Profeta nos anima a aprender este tipo de sabiduría, y asimismo la que transforma y purifica el alma y la vuelve sometida a Allâh y a Su Voluntad.
Este último tipo de Sabiduría lleva en ella una purificación inherente, de tal manera que quien la obtiene ha adquirido el mayor de los bienes.
Concede la sabiduría a quien Él quiere. Y quien recibe la sabiduría recibe mucho bien. Pero no se dejan amonestar sino los dotados de intelecto (2-269).
Y juro por el ocaso de los astros lo cual, si supierais es un gran juramento, que es una Recitación noble en un Libro oculto que no tocan sino los purificados. Revelación descendida por el Señor de todos los mundos. (56 – 75 a 80)
Queda pues establecido que la Sabiduría de los purificados de los que habla la aleya en la surat Al Waquiˤa (56) es aquella que es mencionada en el versículo 269 de la Surat Al Baqara. Una Sabiduría sin retorno que nunca podría ser utilizada para el mal porque quienes la detentan se han purificado y han renunciado a su propio Ego.
Sin embargo, aquella otra sabiduría cuyo detentor podría ser susceptible de obrar bien o mal, es una sabiduría racional, mental que, aunque tiene un gran valor y utilidad, no actúa sobre el corazón del creyente de una manera directa y efectiva.
Se trata pues, esta última, de una sabiduría necesaria pero incompleta. Necesaria para saber el estatus jurídico de nuestros actos y decisiones, así como de nuestras convicciones doctrinales.
Por otra parte, el Profeta dice que no hay bien en nadie sino es en el sabio y en el que aprende de él. En toda evidencia, se está hablando en este momento del erudito que practica el bien, y no de quien, aprovechando su ciencia, adquirida mediante el uso de la lógica y de la razón, la utiliza para hacer el mal.
Es entonces, cuando es sabio es depravado que se convierte en una plaga para sus próximos, sus discípulos y para la comunidad en general.
Al contrario, aquél sabio que ha limpiado su corazón se convierte en una luz de las luces de Allâh, pues como Allâh dice en un hadiz qudsi, sus manos, su mirada, su lengua y caminar han sido poseídos de manera absoluta por Allâh de manera definitiva.
Es cierto que Allah les ha comprado a los creyentes sus personas y bienes a cambio de tener el Jardín. (9-111)