La vida después de la muerte – Abu Hamid Gazali

Assalamu alaykum

Este pequeño resumen procede de la obra de Abu Hamid Gazali titulada «La vida después de la muerte. Nosotros la hemos resumido por partes en español. Aquí se encuentran resumidos gran parte de los acontecimientos que se darán después de la Resurrección de los cuerpos en el Día del Juicio así como los destinos de los afortunados y los condenados.

«Dijo Rasulu-l-Lâh – sobre él la plegaria y la paz-:

“Yo seré el primero por el cual la tierra se abrirá el Día de la Resurrección, y encontraré a mi hermano Mûsâ – ‘alayhi-s-salam – al pie del Trono. No sé si el habrá sido resucitado antes que yo o él es de aquellos a quienes Allâh haya acordado la exención”.

Esta exención de la que trata el hadiz es con respecto al temor que experimentan las almas por ese Día (el del Juicio). Muhammad será el primer exento, así como los Enviados, los Profetas y muchos de los puros y de los justos a quienes Allâh haya decidido conceder dicha gracia.

LOS ESTADOS DE LAS CRIATURAS DESPUES DEL SEGUNDO SOPLO DE LA TROMPETA

En ese momento pues, cada uno se encuentra sentado junto a su tumba. Entre los hombres algunos se presentan desnudos, otros vestidos, otros blancos, otros negros; su luz se encontrará junto a ellos o en ellos. Unos brillarán como pequeñas lámparas, otros como grandes, otros como las estrellas y otros como el sol. Su cabeza bajada, mirando al suelo sin saber que se les va a hacer pasar, y esto durante 1000 años. Después de esto aparece un gran fuego que viene del Occidente y que produce un gran ruido. Todos se pondrán a mirar ese fuego: hombres, genios y animales. La conducta de cada uno se presenta entonces ante él y le dice: “Levántate para el Día de la Asamblea”.

Cuando la conducta de un hombre ha sido buena se metamorfosea en un medio de transporte sobre el cual él puede montar. Para unos se convierte en un mulo o en un asno capaz de transportarlos; para otros en un carnero, que a veces le transporta y a veces le deja caer. Todos estos medios de montura se ponen al lado de cada uno, y a su lado, una luz entre las tinieblas que les indica el camino a seguir:

“Su propia luz correrá delante de ellos y a su derecha” (Corán – 66 -8)

Pero a su izquierda no hay sino tinieblas en las cuales se introduce a los incrédulos y a los que dudan. De esta manera los creyentes pueden darse cuenta de la magnitud de la Misericordia Divina, la cual les ha salvado de esas tinieblas en las cuales ha introducido a los desafortunados.

La luz de cada uno de los creyentes es proporcional a la magnitud de sus obras durante su vida.

Le fue preguntado al Profeta como los hombres irían a la Asamblea el Día de la Resurrección, y él respondió:

“Estarán montados dos, tres, cuatro, cinco y hasta diez sobre el mismo camello”

Esto significa que según el valor de las obras cada uno podrá adquirir su montura, de tal manera que mientras uno monta los otros andan alternativamente. Los de la conducta más débil serán de aquellos que entre diez podrán montar sobre el mismo camello.

“¿Acaso quien camina cabizbajo y tropezando de frente es como el que camina derecho por un camino recto?” (Corán; 67-22)

Hay personas que aparecen el Día de la Asamblea junto a sus tentaciones terrenales. Aquel quien pasaba todo el día con un instrumento musical en lugar de recordar a Allâh aparecerá con su instrumento; el que haya bebido vino aparecerá borracho.

En cuanto a los mártires aparecerán con cada una de sus heridas, de las cuales fluirá la sangre, expandiendo un olor a almizcle. Una vez todos hayan llegado, los ángeles harán aparecer a los hombres y los genios por grupos y legiones delante de Allâh.

Los ángeles del primer cielo rodearán a cada uno de los presentes (al menos un ángel por cada persona). Dichos ángeles serán 10 veces más numerosos que los habitantes de la tierra. Después Allâh dará la orden de descender a los ángeles del segundo cielo que rodearán a todos haciendo un anillo externo. Dichos ángeles serán 20 veces más numerosos que los habitantes de la tierra. Y así descenderán los ángeles del tercero, cuarto, quinto, sexto y séptimo cielo que serán respectivamente 30,40,50,60 y70 veces más numerosos que los habitantes de la tierra circundando el anillo ya formado por los ángeles del segundo cielo.

Los hombres serán divididos en varias categorías el día del juicio. Los reyes aparecerán pequeños como un átomo; los que hayan dado de beber a sus hijos recibirán agua del Paraíso para refrescarse; los justos tendrán un árbol bajo cuya sombra se cubrirán. Todos quedan en esta situación durante 1.000 años hasta que escuchen el sonido de la trompeta. Entonces ocho ángeles transportan el Trono; la extensión de sus pies es de 20.000 años; diversas especies de ángeles comienzan a alabar a Allâh con tal estruendo que nadie lo podrá soportar, hasta que sea depositado el Trono sobre la tierra blanca que Allâh habrá dispuesto para ese día. En esos momentos todos se ponen a temblar, incluso los profetas, justos y mártires. Mientras se encuentran en ese estado son inundados por una luz procedente de Allâh – Majestuoso – ; una luz más intensa que la del sol.

LA INTERCENSION DE LOS ENVIADOS

Los hombres se quedarán tanto tiempo en esa situación, agolpados los unos a los otros, soportando un calor tan intenso que irán a pedir la intercesión de los Enviados para que intercedan ante Allâh a fin de librarlos de esa situación. Irán a Adam, quien les enviará a Nuh, quien les enviará a Ibrâhîm, quien les enviará a Mûsâ, quien les enviará a Isâ, quien les enviará a Muhammad – sobre todos la paz -, a quien le será dado el poder de intercesión sobre la Humanidad. Entonces el Profeta lo aceptará y se presentará ante Allâh pidiendo el poder de intercesión, el cual le será concedido por Allâh.

LA INTERCESION DE MUHAMMAD

Muhammad se dirigirá a Allâh loándole como criatura alguna lo hizo hasta entonces, y pidiendo clemencia por la Humanidad la cual se encuentra en esa situación tan lamentable; suplicando que acelere los acontecimientos y los libre de esa situación. Allâh accederá y hará aproximarse el Paraíso de tal manera que podrá distinguirse su perfume y sus aires exquisitos. El Paraíso refrescará las almas y vivificará los cuerpos a la excepción de aquellos cuya conducta terrenal haya sido mala; entonces se le colocará a la derecha del Trono. Seguidamente se ordenará que sea traído el Infierno, el cual será presa de un gran temor y pregunta a los ángeles: ¿“Sabéis si Allâh tiene la voluntad de castigarme con todos esos humanos de los que quiere llenarme”? Los ángeles responderán: “De ninguna manera, Allâh te ha hecho venir para que tu le vengues de todas esas criaturas que se han rebelado contra El. Es en vista de un día como este que has sido creado”. Entonces traerán al Infierno.

El Infierno se presentará con un estruendo y una apariencia tales que espantará a todos los presentes. Su fuerza será tal que se escapará al control de los miles de ángeles que le transportan hasta que llega al lado de la Asamblea y todo el mundo caerá sobre sus rodillas totalmente despavorido. Incluso los Enviados experimentan temor y exclamarán: “¡Oh Señor, mi alma, mi alma! No te pido otra cosa hoy; mientras que Isa –sobre él la paz – dirá: “Oh Señor, mi alma, y mi madre! No te pido otra cosa hoy “; mientras, Muhammad dirá: “Mi Umma, mi Ummah ¡Oh Señor!; sálvala y libérala”

“Y verás a todas las comunidades de rodillas, cada una será llamada a su libro: Hoy se os pagará por lo que hicisteis” (Corán; 45-27)

Entonces Muhammad tomará al Infierno por su brida y dirá: “Retrocede, retrocede, hasta que se traiga a ti a aquellos que te habitarán”– el Infierno dirá: “Apártate Muhammad y déjame pasar, pues por respeto a ti no puedo avanzar”. Entonces un heraldo gritará desde el velo de la Majestad: “Escucha y obedece a Muhammad”; el Infierno se calmará y será depositado a la izquierda del Trono.

“Y no te hemos enviado sino como misericordia para los mundos” (Corán 21-106)

Seguidamente se instalará la Balanza la cual se compondrá de dos platos. Uno de luz a la derecha del Trono y un plato de tinieblas a su izquierda. Allâh se descubrirá parcialmente y todos caerán prosternados ante El, exceptuados aquellos que adoraron falsas deidades de piedra y de madera durante su vida terrenal; las vértebras de su cuerpo se volverán de hierro y no podrán prosternarse.

“El día que se ponga en manifiesto  la situación, se les llamará a prosternarse, pero no podrán” (Corán; 68-42)

Entonces en ese momento los que hayan caído prosternados oirán a Allâh decir:

“Soy Yo el rey, el Soberano Dispensador”

Seguidamente Allâh pronunciará Su veredicto con respecto a los animales domésticos; El castigará a los que tienen cuernos por haber hecho mal a los que no los tienen; en cuanto a las bestias salvajes y los pájaros les dirá: “Convertíos en polvo”; seguidamente se aplanará la tierra encima suyo y les cubrirá.

LOS ESTADOS DE LOS ENVIADOS DE ALLAH

Entonces se exclamará: “¿Dónde está la Tabla bien Guardada?”y se la acercará. Allâh la diráe: “¿Dónde se encuentra lo que Yo escribí en Ti?” y ella responderá: “El espíritu de Tu confianza me las ha borrado” Entonces Allâh pregunta a Gabriel – sobre él la paz – si ha hecho tal cosa y éste responde: “Si Señor, he dado la Tora a Mûsâ, los Salmos a Dawd, los Evangelios a Isâ y el Qur’an a Muhammad”

Entonces Allâh hará llamar a Nuḥ quien testificará haber transmitido el mensaje; su pueblo lo negará, y Allâh pedirá la prueba a Nuḥ; este le pedirá a Muhammad que testifique por él y Muhammad aportará como prueba un ayat del Qur’an. Por eso Allâh castigará al pueblo de Nuḥ y todos serán precipitados en el Infierno.

Seguidamente se llamará al pueblo de Ad; Muhammad testimoniará contra ellos y se ordenará que sean introducidos en el Infierno. De la misma manera se procederá con los Zamud, el pueblo de Saleh. Y así con todos los pueblos que negaron a sus Profetas.

Seguidamente se llamará a los Enviados y se les preguntará si Gabriel les ha dado el Libro y todos responderán positivamente. Allâh hará recitar su Libro a cada uno de Sus Enviados, quienes lo harán de tal manera que nunca jamás se lo escuchó recitar así; tal es la belleza y el sentido enorme de lo escrito en ellos.

EL PESO DE LAS OBRAS EN LA BALANZA

Una vez se dé por acabada la lectura de los Libros Revelados, una voz exclamará detrás del Velo de la Majestad:

“¡Separaos los impíos! Los ángeles, genios y humanos se confundirán en una masa compacta. Entonces Allâh exclamará: “Adam, haz salir de tu descendencia aquellos que son destinados al Infierno”.

Se hará entonces salir los heréticos, los rebeldes y los descuidados hasta que no quede sino un grupo; mientras, se les atará a los primeros con los demonios. Seguidamente hay hombres para quienes se pesará en la Balanza y las malas acciones tendrán prioridad sobre las buenas; mientras una voz exclama que no se les ha hecho injusticia alguna; seguidamente se despliega ante ellos un libro inmenso que ocupa todo el espacio comprendido entre el Oriente y el Occidente, en el cual se encuentran escritas todas las acciones grandes y pequeñas de toda la Humanidad; se les muestra todas sus malas obras y se les comunica que Allâh es Justo y no causa mal a nadie que él no se haya causado a sí mismo. Después Allâh llamará, una a una todas las criaturas y les hará pasar la cuenta, de tal manera que los pies, las manos, la lengua y el resto de sus órganos darán testimonio de sus actos. Cuando todo ha terminado se pondrá a los réprobos en disposición de los guardianes del Ŷahannam; sus voces se elevarán entre gritos y lágrimas.

Mientras, los ángeles se presentarán ante los creyentes diciendo:

“Este es el Día que se os había prometido” (Corán; 21-103)

ENTRE ALLAH Y LOS CREYENTES

En ese momento no quedarán otras personas sobre la llanura que los creyentes, los musulmanes, los sabios, la gente de bien, los justos, los mártires, les íntegros y los profetas; entonces Allâh les dirá:

“Vosotros que estáis reunidos en la llanura del Juicio; “¿Quién es vuestro Señor?” – Ellos responderán – “Es Dios”– Y El les dirá: “¿Le conocéis?” – Ellos responderán: “Sí”

Entonces, a la izquierda del Trono se presentará a ellos un ángel de un tamaño tal que si tomara los siete mares en su mano no se podrían apercibir y les dice siguiendo las órdenes de Allâh: “Soy yo quien soy vuestro señor” Pero los creyentes responderán: “Nos refugiamos en Allâh para que nos proteja de ti”. Otro ángel de un tal tamaño aparecerá entonces a la derecha del Trono y les dice lo mismo que el primero; y ellos, los creyentes, responderán como lo hicieron la primera vez. Entonces Allâh se les aparecerá bajo un aspecto que no se corresponde con el que ellos conocen, y les dirá: “Soy Yo Quien es vuestro Señor”; pero los creyentes declararán refugiarse ante Dios de Él. Finalmente Allâh se les mostrará bajo la forma que ellos conocen, les sonreirá, y ellos se prosternarán todos juntos ante El, quien les dirá:

“Sed bienvenidos”

Allâh Majestuoso avanzará delante de ellos hacia el Paraíso, ellos le siguen y El les hará atravesar el Sirat. Se les agrupará por categorías: primeramente los Enviados, después los profetas, después los justos (o puros, o ‘arifin, o salihin), después los hombres de bien (también salihin), después los mártires; después los creyentes (mu’minin); después los sabios; quedando atrás los simples musulmanes. Cada uno tardará un tiempo determinado en atravesar el Sirat, según su categoría y sus actos; pero ninguno de ellos, quienes han visto con sus miradas a Allâh, podrá ser tocado por el fuego del Infierno.

De esta manera ocurre que mientras los simples musulmanes estarán ocupados en lavar sus faltas sobre el puente del Sirat, los afortunados, los próximos a Allâh se encuentran en el Estanque del Profeta bebiendo de sus aguas; un estanque cuya dimensión es la de la distancia existente entre el Qudds (Jerusalem) y Sana’a.

Volviendo al Juicio, las primeras decisiones que se toman en él corresponden a los crímenes y los primeros que reciben su recompensa son los ciegos; a ellos Allâh les dice:

“Sois vosotros los que más merecéis verme; pasad a Mi derecha”

Se les dará una bandera blanca y se les dispondrá bajo el cuidado de Šuayb quien manda sobre los ángeles de luz, los cuales les escoltarán con la pompa que se escolta a las novias el día de su boda; se les hace pasar sobre el Sirat con la rapidez del relámpago.

Seguidamente se exclamará: “¿Dónde están aquellos quienes han sido probados?”; es decir, los enfermos; se les revivificará y Allâh les otorgará una vida excelente; les ordena pasar a Su derecha, les da una bandera verde y les pone en manos del Profeta Ayub.

Seguidamente se llamará a los jóvenes castos, se les da la bienvenida, una bandera roja y se les pone bajo la égida de sayyidina Yussuf.

Después se llama a aquellos que se amaron en Allâh, quienes se colocan a la derecha de Allâh, con una bandera amarilla, bajo la égida de Harun.

Seguidamente se llamará a aquellos que han llorado por temor de Allâh, se pesan sus lágrimas, como se pesa la sangre de los mártires y la tinta de los sabios, y resultan ser las lágrimas las más pesadas. Allâh les ordena de colocarse a Su derecha; se les dan banderas de diversos colores y se les coloca bajo la égida de Nuḥ.

Después se llama a los mártires; se les hace ponerse a la derecha de Allâh con banderas amarillas bajo la égida de Yahya.

Entonces los sabios reclaman la preeminencia sobre los que lloraron por temor de Allâh y sobre los mártires. Allâh escuchándoles sonreirá y dirá:

“Interceded por quienes queráis”

Seguidamente se les da una bandera blanca que se pone en manos de Ibrâhîm.

Luego se llamará a los pobres y Allâh dirá:

“Saludos a aquellos para quienes la vida terrestre ha sido una prisión”

Allâh les hace ponerse a Su derecha, se les da una bandera amarilla y se les coloca bajo la égida de Isâ.

Después se llamará a los ricos, a quienes Allâh les enumerará los bienes que les ha otorgado en tierra; después los hace colocarse a Su derecha, se les da una bandera de diversos colores y se les coloca bajo la égida de Sulayman.

A veces Allâh perdona a gentes que han cometido cualquier falta o crimen, excepto la idolatría, la cual no es perdonada en ningún caso.

Gazali nos hace llegar algunos casos de entre ellos y nos informa en detalle de la manera en la cual fueron perdonados por Allâh.

Después se llamará a los habitantes del Infierno, a quienes se les hace confesar sus crímenes y se les precipitará en el fuego.

Más tarde se llamará a aquellos de la Umma de Muhammad quienes se han comportado de una mala manera en vida, cometiendo crímenes, robos y otras torpezas; cuando llegan al infierno, lo harán sin ser encadenados. Ellos serán introducidos en el Infierno, pero se prohibirá al Fuego hacerlos mal; estarán frente al fuego, pero no serán tocados por él, porque habrán testimoniado de la Unidad de Allâh y de la profecía de Muhammad.

Después Gazali continúa relatando casos de personas a quienes Allâh hará salir del Infierno y entrar en el Paraíso.

Y el resto de la obra son conclusiones extraídas de uno y otro punto de lo expuesto aquí.

Sentimos no haber podido traducir el libro entero, pero esta hubiera sido una labor que hubiera necesitado muchísimas horas más. Lo esencial se encuentra escrito en este resumen.