La Tierra, el Universo y el Ser humano

La paz sobre vosotros

Abdul Karim Mullor

No se ha tratado gran cosa, al menos en estos últimos tiempos,  sobre la simbología de los elementos de la Creación en el mundo del Ser Humano. En realidad, Adam – sobre él la paz – fue creado, según dicen las tradiciones verídicas, con tierra de diferentes partes del mundo, de tal manera que su esencia comparte en gran medida la de las características del Planeta con cuyo material ha sido formado.

En cuanto al Espíritu (Ruḥ), insuflado directamente por Allâh, podemos decir que él hombre comparte asimismo la naturaleza de los cielos y los seres creados que en ellos habitan. Es así que tenemos un ser extraordinario creado con todos y cada uno de los elementos de la Creación divina. Es por esto que el Ser humano es el centro y el culmen de la Obra creadora y formadora Divina que a todos maravilla.

Escuchamos a muchos decir que en la naturaleza y en el Universo podemos sentir la Grandeza de Allâh, es cierto, pero asimismo hay que reconocer que los que así dicen no saben muy bien de qué se trata en realidad, pensando que se trata de algo así como de la belleza y armonía de un paisaje captado por los sentidos. Se trata de otra cosa como veremos. Se trata de saber cuáles son los elementos a tener en cuenta en esa naturaleza y en ese Universo para realizar ese contacto sagrado con la Presencia divina y así ser conscientes de lo que Allâh nos propone como ejemplo en el espejo de la Creación, el paso del Tiempo y los reflejos de la Belleza superior en la belleza material captada por los sentidos y por  la mente.

Ahora, después de esta corta introducción, pensamos que os gustaría saber cuál es la correspondencia entre el Ser humano y los elementos más destacados de la Creación, ya se trate del mundo material, del intermediario o del espiritual.

El Corán nos llama la atención sobre ello, nos invita a reflexionar, a buscar estas correspondencias a fin de conocernos a nosotros mismos y a nuestro entorno.

Creó los cielos sin pilares que pudierais ver y puso en la tierra cordilleras para que no se moviera con vosotros y repartió por ella todo tipo de seres vivos.
Y hacemos que caiga agua del cielo con la que hacemos crecer todo tipo de especies nobles.
(31-11)

Y hemos puesto en la tierra cordilleras para que no se moviera con ellos encima. Y desfiladeros como caminos para que pudieran guiarse.
E hicimos del cielo un techo protegido. Sin embargo ellos se apartan de Sus signos.
Él es Quien creó la noche y el día, el sol y la luna. Cada uno navega en una órbita.
(21- 32,33)

Ha puesto en la tierra macizos montañosos para que no se moviera con vosotros, y ríos y caminos para que os orientarais.
Y señales. Y por medio de las estrellas se guían.
(16-16)

¿Acaso no ves que la nave navega en el mar por la gracia de Allah para mostraros así algunos de Sus signos? En esto hay un signo para todo el que es paciente y agradecido. (31-31)

¿Por qué el Ser Humano debe reflexionar sobre todos estos elementos de la Creación de Allâh para encontrar una recta guía hacia el Conocimiento? Hemos de decir que esto es porque el Ser Humano contiene en su interior una síntesis global de la Creación. De alguna manera toda esa creación se encuentra en él para ser descubierta y así poderse conocer a sí mismo, a su propia naturaleza. Evidentemente, para conocer todo esto es necesaria una profunda reflexión consistente en reconocer interiormente las conexiones. Y esto no pasa a través del estudio de la Jurisprudencia y de las especialidades en los centros del saber literario. Esto es factible solamente a través de un conocimiento personal y de experiencias que le irán abriendo un sistema de comprensión que se encuentra más allá de la memorización o de la asimilación de libros. Porque Allâh siempre está ocupado (por decirlo de alguna manera) en una nueva creación.

Aquel que dio principio a los cielos y a la tierra. Cuando decreta algo, le basta con decir: ¡Sé! Y es. (2-117)

El Ser humano participa en naturaleza en cierta medida de las características de los seres de la Tierra: del mundo mineral, del vegetal y del animal. Además de esto tiene elementos que lo conectan con los mundos superiores o inteligibles como son el cerebro, la razón y la lógica. Más adelante participa del mundo espiritual mediante el espíritu insuflado por Allâh:

Aquel que todo lo que ha creado lo ha hecho bien y comenzó la creación del hombre a partir de barro. E hizo que su descendencia se produjera a partir de una gota de agua insignificante. Luego le dio forma e insufló en él parte de Su espíritu. Y os dio el oído, la vista y el corazón. ¡Qué poco agradecéis!» (32-7,8 y 9).

Es imposible por tanto explicar una a una todas estas correspondencias en detalle en un solo escrito, pues ello precisaría de un libro. Por ese motivo, y sin proponerme seguir un orden determinado he tratado una a una estas cosas en diferentes artículos de esta web; aunque, a decir verdad, todavía no he hablado de todos los elementos, pues no he abordado temas como el cambio de la noche al día, el curso de los ríos, la estructura del Universo y el movimiento de los planetas. Si he tratado en algunos escritos sobre la naturaleza del tiempo, de la lluvia, de las montañas, de la muerte y de la vida. Poco a poco iré escribiendo de lo que falta a fin de dar detalles suficientes de cada asunto que ayude a esclarecer, a aquellos que no están familiarizados, las correspondencias de la Naturaleza, el Universo y la Vida con el Ser Humano como compendio de la Creación.

Espero llevar a cabo esta empresa con satisfacción siempre que reciba la ayuda inconmensurable de Allâh, Quien todo lo puede.