La Tariqa Alawiya Gawziya
En el Nombre de Allah, el Todo Misericordioso, el que Manifiesta Su Misericordia
Y la plegaria y la paz de Allah sean acordadas a nuestro señor Muhammad, su familia y compañeros.
FUNDACION DE LA TARIQA ALAWIYYA
Un hecho extraordinario que daba lugar a una nueva era, a un nuevo siglo de reforma espiritual y religiosa, tuvo lugar en una pequeña ciudad de la orilla sur del Mediterráneo. Mostaganem, a 80 kilómetros al este de Orán, recibía un acontecimiento que cambiaría la faz del Islam: la creación de la Tariqa Alawiyya de parte del chayj Ahmad Ibn Mustafa al Alawi; un advenimiento de luz en un mundo de sombras; un viento fresco del Paraíso se presentó en el aire pesado de una Dunya, plena de intereses mundanales y asaltada por luchas desleales.

La Tariqa se extendió tanto y tanto que estuvo a punto de llegar a tener un millón de adeptos en el Norte de Africa, el Oriente Medio, en Malasia; incluso mediante ella comenzaron las conversiones al islam de un buen número de europeos, eminentemente franceses y de centro Europa.
La gracia del chayj Al Alawi era un reflejo de la luz de Allah y se transmitía a todo aquel quien la frecuentaba. Era el hombre del siglo anunciado en los hadices; el renovador, tanto de la Šari’a como de la vida espiritual.
Fue requerido por los representantes de los musulmanes, así como por las autoridades francesas, para inaugurar la primera mezquita de Europa, la de París, en 1922; coincidió en dicho viaje con un célebre cardenal francés, quien maravillado de sus escritos le preguntó dónde había adquirido tanta ciencia. El Šayj sin inmutarse le respondió: “He estudiado en la misma escuela que Jesucristo”. En ese mismo viaje, en Marsella, se produjo una reunión suya con los prelados franceses de referencia. Aunque estuvieron de acuerdo en muchos puntos esenciales, no pudieron estarlo sobre la naturaleza de Jesús – sobre él la paz -.
Su obra escrita fue ingente, y se compone desde tratados de astronomía, como el “Miftah A-š-šuhud (La llave de los testimonios), donde explica la composición de los siete cielos, el tamaño del sol, movimiento de la tierra y de los planetas, pasando por un Diwan de poemas místicos; un tratado de filosofía, escritos sobre la doctrina del Tawhid, así como todo tipo de tratados para la educación del alma por medio de la purificación interna. Comenzó un tafsir del Corán, sobre los significados profundos de éste, del cual comentó la Surat al Baqara en una obra titulada “Al Bahar al maŷrur” “El mar en ebullición”.
De poca o ninguna atención por la Dunya, su médico, el doctor Marcel Carret, testificó que su dieta diaria consistía únicamente de un plátano y un vaso de leche. Su cuerpo funcionaba al ralentí, y cuando era auscultado por medio de su aparato, el doctor ateo, y luego converso al Islam, podía escuchar un solo sonido: Allah, Allah, Allah…
Fallecido en 1934, los cuatro discípulos más cualificados en la vida espiritual, entre los cuales se encontraba el abuelo de mi esposa, Sidi Šwayb Mimun de Anual, se reunieron esperando un signo divino sobre quien debía dirigir la Tariqa. Un faquir testimonió meses después haber soñado que Sidi Uddah abría la puerta de la zawiyya con su llave, y los cuatro comprendieron que la elección recayó sobre él.
SIDI UDDAH IBN TUNAS
Su temprana edad (36 años) fue la excusa perfecta para aquellos quienes quisieron aprovechar de su estatus de moqaddem de tal o cual ciudad para reclamar ser ellos mismos el šayj, y así comenzó la primera escisión de la Tariqa, quedando como núcleo válido frente a la Vía espiritual el del citado nuevo šayj. Porque sin conocimiento ni maqam no puede haber tariqa, y allá donde hubo escisión la tariqa dejó de existir de hecho al perder todo beneficio espiritual.

Sidi Uddah continuó con su labor y la tariqa pasó a poseer un cierto patrimonio económico debido a los dones recibidos de los discípulos, eminentemente de los marroquíes más adinerados. Pronto se contaría con una imprenta, una nueva mezquita enfrente de la zawiyya, terrenos y fincas para el alojamiento de las gente que venían de lejos y algunos locales en la ciudad. Sidi Uddah, al no tener tiempo para dedicarse a la educación religiosa de sus hijos, delegó la del más religioso, llamado El Mehdi, en un discípulo marroquí del Šayj Al Alawi, y a la sazón discípulo suyo, llamado Abdessalam Talidi. Este había obtenido el más alto maqam de la Tariqa y estaba cualificado para ser el sucesor del nuevo šayj; por eso Sidi Uddah le encomendó la educación de su hijo, cosa que él realizó a la perfección.
La muerte de Sidi Uddah fue una sorpresa; fallecido en 1952 contaba solamente con 54 años.
LA GRAN ESCISION
Es entonces cuando se realizó la más grande escisión debido a las manipulaciones de aquellos quienes vieron en el patrimonio de la Tariqa una fuente de dinero y privilegios. Este grupo eligió como šayj al hijo de Sidi Uddah como si de una sucesión de la realeza se tratara, dejando de lado al verdadero šayj, a quien ya hemos nombrado: Abdessalam Talidi. Aunque seguramente el hijo del fallecido Sidi Uddah poseía un extenso conocimiento de la tariqa, ello no le habilitaba para desarrollar la función de šayj, la cual le correspondía al que fue su maestro.
Todo, a partir de entonces, lo que ha ocurrido al grupo del šayj electo de Mostaganem no ha sido otra cosa que pérdida tras pérdida. Su grupo ha quedado fuera del maqam, que es en realidad el fin de la Tariqa, quedando en la actualidad un šayj llamado Jalid Ben Tunas quien no solamente no tiene el maqam de chayj sino ni tan siquiera el de wali.
EL ŠAYJ ABDESSALAM TALIDI
Pero lo que nos interesa pasa por el verdadero šayj quien se vio obligado a venir a Marruecos e instalarse en la ciudad de Tetuán, allá por el principio de los años 60. En el transcurso de su enseñanza contó con una cincuentena de discípulos, eminentemente en Ceuta y Tetuán. Asimismo, algunos argelinos fueron sus discípulos; fuqara que no reconocían al nuevo falso šayj, entre los que se encontraba Sidi Abderrahman Bedran, moqaddem de Tlemcem y mi primer maestro, fallecido en 1985.
Esta fotografía, sacada a la ocasión de la boda de Mehdi Ben Tunas, muestra a Abderrahman Talidi, sentado a la derecha de Sidi Uddah, (a la izquierda en la foto). Se trata de una fotografía oficial en la que se pueden ver a moqaddems y delegados de la Tariqa procedentes tanto de Argelia como de Marruecos. En ella cada uno ocupa el lugar que le corresponde, siendo Sidi Abdessalam Talidi la mano derecha y principal moqaddem de Sidi Uddah, todavía en vida.
Continuando con Abdessalam Talidi, entre sus discípulos se encontraba mi maestro actual, quien fue el que heredó la verdadera Tariqa; actualmente en vida y šayj de la Tariqa en la actualidad, a pesar de su avanzada edad (90 años), Sidi Salah Badr, hijo a su vez de aquel Šwayb Mimun que fue uno de los cuatro quienes se reunieron después de la muerte del Šayj Al Alawi.
Una vez fallecido Sidi Abdessalam Talidi (Marzo de 1979), Sidi Salah se quedó como šayj, y poco a poco fueron falleciendo el resto de los discípulos del fallecido šayj, hasta que en 1994, año en el cual yo llegué aquí por vez primera, solamente quedaba el wali Sidi Muhammad Arŷwan, quien ya falleció hace una veintena de años.
EL CHAYJ ACTUAL – SIDI SALAH BADR
Es así pues, que desde 1996, año en el cual comencé a seguir al šayj hasta hace 9 años, mi esposa (e hija del šayj) y yo hemos sido sus únicos discípulos, hasta el año 2011 en el cual comenzaron a venir los fuqara con nosotros.
Actualmente somos algunos en el grupo y hemos comenzado ya a recorrer algunos pasos juntos.
Durante aquel periodo en el cual no compartí las enseñanzas del Šayj con otros hermanos, hemos recorrido un camino pleno de revelaciones y de vicisitudes que nos han hecho aprender la esencia de la Tariqa, al igual que nos han facilitado poderla enseñar a otros. Por ese motivo, antes de que llegaran los hermanos que actualmente están con nosotros, nos encontrábamos preparados y teníamos el beneplácito del šayj para poder guiar, tanto mi esposa como yo.
Pero es en este tiempo precisamente que la Tariqa comienza a ser conocida y extenderse; es ahora que podemos presentarla con toda clase de argumentos y de razones.
Antes de esto, permitidme expresar unas palabras, las cuales servirán de preámbulo a lo que viene a continuación.
LA SITUACION ACTUAL DE LA TARIQA
La reputación de los otros miembros de la Tariqa Alawiyya ha caído a lo más bajo en Marruecos, tanto que por pudor es mejor no decir que se pertenece a ella.
Por ese motivo su grupo se partió en dos y causó una disidencia en Marruecos, donde parece ser que llegaron a los tribunales por la disputa de la representación de la Tariqa, así como por problemas de otro tipo de los que tenemos información extra oficial.
En la actualidad la Tariqa Alawiyya en Marruecos no existe y su patrimonio en el país ha sido intervenido por el Ministerio de la Religión; no habiendo nadie que sea reconocido a nivel nacional como su representante legítimo.
En cuanto a nosotros se refiere nunca hemos querido entrar en esa lucha desleal, y nos hemos mantenido al margen, conscientes de que nuestro Patrimonio es con Allah, de que tenemos la representación real de la Tariqa junto a Allah, lo cual nos habilita para enseñar a cualquiera en cualquier parte del planeta.
Dos palabras del Šayj Al Alawi hablan de la situación actual de la Tariqa:
La primera nos relata como la Tariqa volvería a Marruecos, cosa que sucedió en los años 60 con el šayj Abdessalam Talidi.
Las otras palabras del Šayj Al Alawi fueron pronunciadas en la costa de Mostaganem cuando, mirando hacia el mar, un discípulo le dijo:
– “Šayj, ahí enfrente se encuentran las costas de Alicante, desde donde salían los piratas españoles para hacer pillaje en estas costas”.
Entonces, el Šayj Al Alawi le respondió:
– “Lo que dices está bien, pero no hables mal de los españoles porque un día llegarán y se llevarán el Dikre (recuerdo de Allah)”.
Esas palabras del Šayj se han convertido en una realidad en la actualidad, en el cual los fuqara ‘alawi, los verdaderos, somos casi todos españoles o hispanos. Corrobora esto nuestro šayj actual quien dice que la tariqa va a pasar a España.
Volviendo a la negativa reputación que el término “Tariqa Alawiyya” ha adquirido en Marruecos, también debemos recordar que existen grupos y grupos quienes se arrogan la representación de la tariqa sin poder ofrecer nada en absoluto de verdad ni de autenticidad. La sucesión se ha pasado de padres a hijos, como si de reyes se tratara, y nada queda ya de esa frescura espiritual, ni de las realidades que se debieran transmitir en una verdadera Vía espiritual. Pues casi nunca hemos visto en los 48 escalones de la silsila de la Tariqa que un hijo herede de su padre el maqam. Eso ocurrió con Hassan de sayyidina Ali y con otro más. Es sin duda la Hikma de Allah para con las Gentes del Pueblo, tal y como se han llamado los sufis en la época granada del Islam.
LA TARIQA GAWZIYYA O ALAWIYA-L-GAWZIYA
Tomando esto en consideración, habida cuenta de que presentarnos como Tariqa Alawiyya no puede desembocar sino en conflictos y mal entendidos, hace muy poco nos reunimos para decidir cómo debíamos presentar nuestro grupo a fin de desvincularlo de tanto y tanto falso guía, quienes han tomado el nombre de dicha tariqa para obtener provechos mundanales.
Ahora bien, a una tariqa no se la puede cambiar el nombre sino es por una razón suficiente y con el amparo del permiso Divino, con lo cual las cosas se presentaban complicadas, y más habida cuenta de que se trataba de una propuesta de los propios miembros, no del chayj. Y en esto llegó la solución.
En el transcurso de mi recorrido espiritual, ha soñado varias veces tener en su casa o encontrarme ante la tumba del Šayj Abu Madyam al Gawz de Cantillana, uno de los más grandes šuyuj en la historia del Islam.
A veces, me veía bajando por unas escaleras desde su tumba, entrando en un mundo maravilloso y luminoso. Otras veces me vi nadando en un enorme estanque de aguas puras que circundaba su tumba, pero la vez última fue el detonante definitivo:
Me vi entrando en ese mundo maravilloso en el cual las otras ocasiones solamente había accedido apenas. Ese mundo cobró la forma de un edificio, por cuyas cámaras yo caminaba de un sitio a otro. Había gente dentro, gente pura, que yo interpreté como siendo los ángeles y yin salihin que ayudan a y protegen la Tariqa. Al final de mi visión me vi al lado del edificio, que se encontraba en Ceuta, diciendo:
“Dios mío, el mundo ese maravilloso que tanto he buscado y anhelado se encuentra ahora conmigo en Ceuta”.
Y es ahí que la visión terminó.
Consideramos que seguramente sería bueno cambiar el nombre de la Tariqa por la de Gawziyya en cuanto a Marruecos se refiere, para evitar focalizaciones molestas sobre la tariqa Alawi. Pero pensamos asimismo llamar a la Tariqa en España con otra designación, pasándola a designarla “Tariqa-l-Alawiyya al Gawziyya”. De esta manera, no obviaríamos nuestra fuente Alawi, y a la vez nos desmarcaríamos del resto de los alawi residentes en España, ya que es esa la realidad.
Una vez tomada esta decisión, la presentamos al šayj a quien le pareció una buena idea.
Y es entonces como, con beneplácito de Allah, pasamos a nombrar a nuestra Tariqa “Tariqa-l-Alawiyya-l- Gawziyya”, tal y como la llamaremos a partir de ahora; sin olvidar que la herencia espiritual procede, sin duda alguna, de su fundador el Šayj Ahmad Ibn Mustafa al Alawi. Y sin olvidar que él mismo dijo: “Mi Tariqa permanecerá indemne hasta el fin de los tiempos”; cosa, a la que contribuimos activamente sus miembros actuales.
ABU MADYAN AL GAWZ DE CANTILLANA – SEVILLA
Hablar de Abū Madyan, Šu‛ayb b. al-Husayn al-Ansari, más conocido como Abu Madyam al Gawz, es hablar de uno de los más grandes ‘awliyya de Allah; probablemente uno de los 10 más importantes de todos los tiempos del Islam.
Nacido en Cantillana (Sevilla) en 1116, pronto se volvió huérfano de padre y madre, viéndose obligado a trabajar pastoreando para atender a las necesidades de sus hermanos, los cuales tomó a su cargo. Pronto sintió una gran atracción por la ciencia, lo que le hizo embarcarse hacia el Sur en busca de los maestros de la religión. En su estancia en Ceuta debió trabajar como pescador para subvenir a sus necesidades; más tarde estuvo en Marrakech donde fue enrolado en la guardia del sultán, terminando al fin en Fez, donde aprendió todas las ciencias de la Religión.
Allí conoció al šayj Abu Ya’za con el que se inició en el Tasawuf, y con quien alcanzó el grado de šayj que le habilitaba a poder enseñar a otros. Al morir su maestro se estableció en Bugía (1177) donde había una gran comunidad de andalusíes; lugar en el cual daba admoniciones a toda la población alcanzando gran fama por su santidad.
Crítico con las injusticias sociales, pronto sus admoniciones llegaron al conocimiento del sultán, quien, viendo amenazados su influencia y poder, le llamó a audiencia. Sabiendo Abu Madyam para qué era solicitado dijo a sus discípulos:
“Este hijo de la Dunya no sabe que no llegaremos a encontrarnos. Me pondré en camino hacia él para demostrar que se debe obedecer al sultán, pero no llegaremos a encontrarnos”.
Efectivamente, Abu Madyam falleció en el camino, en la ciudad de Tlemcem (1198) donde ahora se encuentra enterrado; y el sultán no llegó a encontrarse con él.
Su grado espiritual es magnificado por Ibn Arabi, el cual habla de él verdaderas maravillas.
METODO DE LA TARIQA AL ALAWIYYA-L-GAWZIYYA
Las raíces de nuestra Tariqa se encuentran firmemente establecidas en la Šari’a Islámica; tanto, que podemos decir que no puede existir enseñanza ni desarrollo espiritual alguno sin la práctica seria y concienzuda de la ley Islámica. Sin caer en extremismos ni exageraciones, los adeptos deben dominar toda la gama de comportamientos necesarios para un musulmán en todas las situaciones, a fin de poder ser autónomos en ello y poder enseñar a otros.
La enseñanza pasa por dar a conocer los significados ocultos de las prescripciones del Islam y por mostrar los significados ocultos y subyacentes del Corán y de la Sunna del profeta – sobre él la plegaria y la paz -. Todo esto a fin de llegar a comprender el Tawhid o Presencia de Allah en todo objeto, momento o circunstancia.
La tariqa pone pues en contacto al servidor con su Señor, estableciendo en el primero la consciencia de Su Presencia en todas las facetas de la vida, las cuales son sacralizadas por dicha convicción.
Para ello es necesario cumplir primeramente con todos los preceptos de la Ley, y más adelante con una serie de recitaciones llamadas Wird, mediante las cuales, se pide perdón a Allah, se saluda al Profeta y se proclama la Unidad Divina. Esta letanía debe ser efectuada todos los días y es la principal súplica que hace avanzar al aspirante espiritual hasta su estado definitivo o maqam.
No se puede llegar a la puerta de la Presencia Divina, sino se pide perdón a Allah – exaltado sea – y no se ama al profeta – sobre él la plegaria y la paz -; pues éste es el Maestro por excelencia y el clarificador de la Vía espiritual.
La figura del šayj es indispensable, pues él ha recorrido todo el camino y sabe cómo hacerlo recorrer a otros. Conoce, y sabe discernir, lo que viene de Allah de aquello que procede del nafs o del chaytan; conocimiento éste que, por sí solo, el aspirante es incapaz de desarrollar sin ayuda.
LA FINALIDAD DE LA TARIQA
Ella se reduce a llevar al aspirante, tan lejos como Allah haya decidido en el Libro de su Destino. Nadie puede obtener un maqam de proximidad a Allah, si no ha sido decidido de antemano por el Todo Misericordioso. No obstante, al no saber nadie cual es el lugar asignado por Allah para él mismo, el aspirante debe aplicarse en toda sinceridad y de forma exhaustiva a llegar tan lejos como le sea posible, con la ayuda del Wird y del šayj.
Si el aspirante no puede tener un lugar de proximidad junto a Allah, designado comúnmente por maqam, puede, no obstante, beneficiarse de la Baraka de la Tariqa, en función del mensaje de un hadiz, el cual dice que en la otra vida cada uno estará con el que ama. Así pues si alguien ama a los próximos de Allah, sin duda estará con ellos y con el profeta – sobre él la plegaria y la paz – en el Firdaws, junto al Estanque (Gawz), en compañía de los profetas y de los puros.
Y con esto termino esta breve presentación, en Ceuta, el lunes día 17 de febrero de 2020.
Abdul Karim Mullor