La sistemática y planificada adulteración de la Sunna

En el Nombre de Allâh – el Todo Misericordioso – el Que Manifiesta Su Misericordia; y la plegaria y la paz sean sobre nuestro señor Muḥammad, su familia y compañeros.

Hemos significado en numerosas ocasiones que las sectas que buscan debilitar al Islam, no podían encontrar terreno libre para cambiar el Corán original escrito en árabe, ya que dicho libro no puede ser adulterado excepto en las traducciones a otras lenguas bajo múltiples pretextos. Otra cosa resulta si atendemos al hadiz. Visto entonces la cantidad ingente de hadices existentes desde los principios de la recopilación de la Sunna, la estrategia de estos agentes se basa en intentar debilitarla arrojando sospechas sobre buena parte de lo antiguamente recopilado por los sabios del hadiz de todos los tiempos.

Este singular atentado contra las bases del ‘Islâm comenzó con la anuencia y el apoyo de los ingleses y la colaboración de Muḥammad Ibn ˤAbdi-l-Wahhab, quien fue el agente que necesitaba Inglaterra para, corrompiendo las fuentes escritas del ‘Islâm, afianzar  sobre el Oriente Medio el poder del reino de su “graciosa majestad”.

Desde este momento, que data ya de hace 3 siglos, los ataques contra la Sunna del profeta – sobre él la plegaria y la paz – se han sucedido, uno detrás del otro; hasta tal punto que los libros originales de referencia del hadiz han quedado únicamente a disposición de los árabe parlantes, habiendo recalado sus traducciones auténticas, y de fiar, a través de las numerosas imprentas existentes en el Líbano, así como en países con lenguas procedentes del ‘urdu. En cuanto a Marruecos y Argelia, desdichadamente, en estos dos últimos siglos no han gozado de editoriales de prestigio, habiéndose descuidado este aspecto quizás por razones ajenas al ejercicio de la religión, sobre y ante todo en los últimos decenios.

En lo que a las traducciones de los sahih de Arabia Saudita y demás países del Golfo se refiere, ni que decir tiene que han sido adulteradas a fin de seguir la siniestra obra de los detractores del hadiz. Tal y como asimismo no son de fiar aquellas colecciones “revisadas por Albani”, y aquellas otras repartidas en centros Rey Fahd, en imprentas salafistas, del tabligh y las de los Hermanos Musulmanes, quienes cuya biblioteca en Bruselas, por poner un ejemplo, es adicta curiosamente a las ediciones salafis, con quienes hemos podido comprobar colaboran estrechamente.

Resulta impresentable, a la par de triste, ver esperpentos tales como las ediciones y traducciones de los sahih (Bujari y Muslim) revisadas por un tal Nasiruddin Albani, quien nunca tuvo contacto con ningún transmisor del hadiz, pues nació más de 1200 años después de que muriera el último de ellos; lo mismo ocurre con el “Riyad a-s-salihin” – “El jardín de los vituosos” revisado por el tal Albani (era albanés); libro este que en Bruselas me invitaron a traducir al español, habiéndome negado por razones obvias, es decir, no poder contribuir a una adulteración querida y planificada. Efectivamente, las ediciones de estos tres libros de hadices revisadas por Albani no son otra cosa que una adulteración deliberada y estratégicamente calculada, ya que este nada agraciado personaje se dedicó a borrar y a manipular hadices con el único fin de que apareciera lo menos posible cualquier referencia del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – a los aspectos más elevados del Iman y del Ihsan. Una manera sin duda de convertir el Islam en un código de leyes, tal y como los hebreos hicieron precedentemente con la Torá.

Hadices tales como el de Jabir Ibn Abdi-l-Lah, recopilado por el chayj del Imam Nawawi, y conocido por el hadiz de la luz de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – , en el cual se explica la naturaleza de Muhammad como primera creación de Allah, así como casi todos aquellos que recalan en la relación íntima con Allah, la proximidad a Él, y el conocimiento que de ello deriva, han sido, digámoslo de una manera literal, salvajemente arrancados de sus libros originales. Trabajo perdido, habida cuenta de que la transmisión de esos hadices han pasado a veces por cadenas transmisoras que comportan 47 eslabones correspondientes a 47 generaciones. Y es que Allah se encarga de conservar la Verdad contra todo atentado.

Algunos de los enemigos de la Sunna pueden ser conocidos como detractores del hadiz, mientras, otros, quienes alegan defender la Sunna, son simplemente adulteradores. Estos últimos son más peligrosos que los primeros, en tanto y en cuanto, dicen amar lo que en realidad aborrecen.

EL CORAN ORDENA SEGUIR Y OBEDECER AL PROFETA

No pocas son las aleyas en las cuales el Libro de Allâh nos ordena seguir y obedecer a Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz -:

Di: Si amáis a Allâh seguidme, que Allâh os amará y perdonará vuestras faltas. Allâh es Perdonador y Compasivo. (3-31)

Di: Obedeced a Allâh y al Mensajero, pero si os apartáis…Ciertamente Allâh no ama a los que reniegan. (3-32)

¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allâh, obedeced al Mensajero y a aquellos de vosotros quienes tengan autoridad. Y si disputáis sobre algo, remitidlo a Allâh y al Mensajero, si creéis en Allâh y en el Último día. Esto es preferible y tiene mejor resultado. (4-58)

Quien obedece al Mensajero está obedeciendo a Allâh. Y quien le da la espalda…No te hemos enviado a ellos para que seas su guardián. (4-79)

¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allâh y a Su Mensajero, y puesto que podéis oír no os desentendáis de él. (8-20)

Di: Obedeced a Allâh y obedeced al Mensajero… Pero si os apartáis, a él solo se le pedirán cuentas de aquello que se le ha encomendado, así como se os pedirán a vosotros de lo que se os ha encomendado. Y si le obedecéis seréis guiados. Al Mensajero no le corresponde sino transmitir con claridad (24-52)

Y estableced el salat, entregar el zakat y obedeced al Mensajero para que se os pueda dar Misericordia (24-54)

No corresponde a ningún creyente ni a ninguna creyente elegir cuando Allâh y Su Mensajero han decidido algún asunto. Quien desobedezca a Allâh y a Su Mensajero se habrá extraviado en un extravío indudable (33-36)

¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allâh, obedeced al Mensajero y no echéis a perder vuestras obras. (47-34)

¿Cómo pues es posible que pueda haber personas quienes piensen tan mal de Allâh que le consideren capaz de no poner los medios para cumplir con una orden que El Mismo ha dado en tantas ocasiones?

No salimos pues de nuestro asombro ante aquellos quienes se llaman asimismo “coranistas” alegando que solamente se debe seguir el Corán, cuando Allâh Mismo nos ordena seguir la Sunna. Argumento peregrino donde los haya que se derriba solo al menor soplo del viento.

LOS DETRACTORES

Ente los detractores del hadiz ocupan el lugar de honor los Ahmadiyya. Se trata de una secta de origen paquistaní que reniega de la Sunna como parte de la Revelación argumentando que los hadices fueron recogidos por hombres y que no existe seguridad que lo que se expone en ellos sea con evidencia, palabra del Profeta – ‘alayhi-s-salatu wa-s-salam-. En realidad dicha secta va más lejos que eso ya que niega, independientemente de admitir o no su veracidad, la Sunna como formando parte de la Revelación. Esto mismo es precisamente negar la segunda parte de la šahada (Muḥammad rasulu-l-Lâh) al obviar una parte esencial de la profecía como es el hadiz.

Otra clase de detractores del hadiz son movimientos locales como el dirigido por Adnan Ibrâhîm, del cual no nos extrañaría nada que estuviera patrocinado por los Hermanos Musulmanes; grupo éste, que, como pulpo de múltiples brazos, apoya entre bastidores todo aquello y todo aquél que pueda dañar la integridad del Islâm.

Este señor, y otros señores del mismo talante argumentan, con poco éxito, todo hay que decirlo, que existen hadices en las colecciones sahih que contradicen el Corán. Cuando exponen las razones, y de cuales hadices se trata, lo hacen con una buena dosis de maldad, escondiendo hadices que completan el expuesto, sacándolo de contexto y comparándolo con la aleya del Corán que les conviene.

Otro grupo de detractores del hadiz son los iraníes, autodenominados ši’as. Irán se encuentra comprando voluntades de gentes, quienes haciéndose pasar por sunnis, siguen el camino trazado por los políticos persas. Sus argumentos son los mismos que los de Adnan Ibrâhîm, siendo sus fines diferentes.

Entre los ši’itas los hay quienes dicen que ciertos transmisores del hadiz no eran personas de fiar; eminentemente: nuestra madre ‘Aˤiša, Umar, Abu Hurayra y algunos otros. Y estas afirmaciones son graves por dos razones fundamentales:

1 / Se pone en muy mal lugar al Profeta – sobre él la plegaria y la paz -, a quien se le acusa de no conocer convenientemente a quienes confiar sus palabras, y no solamente sus palabras, sino que acusan al hombre más sabio de la Humanidad de no conocer con quienes formaba familia y a quienes frecuentaba.

2 / Por otra parte, al retirar de la transmisión de los hadices a los actores ya citados, se está poniendo en tela de juicio la mitad de la Sunna; vista la cantidad de hadices transmitidos a través suya resultaría ciertamente asombroso, fuera de toda objetividad, no aceptar esta parte de la Sunna y sí la otra mitad.

LOS ADULTERADORES

Lo peor no es negar la verdad; lo peor es destruirla bajo la pretensión de que se la sigue y apoya. Esta es la actitud del diablo representada en el siguiente hadiz:

“Lo que más ama el Demonio es mezclar la mentira con la verdad”

Como hemos dicho en numerosas ocasiones todo comenzó cuando Inglaterra deseaba extender su influencia en Oriente Medio, y al no encontrar manera alguna de corromper a las autoridades, así como a los ‘ulama, encontró su aliado ideal en Muḥammad Ibn ˤAbdil Wahhab, quien ayudado por el espía inglés, M. Hempher, falsamente convertido al Islâm, desarrolló un programa ideológico y político para destruir el califato Otomano atacando las bases del Islâm.

Para esto, el astuto Ibn ˤAbdil Wahhab, comenzó a poner en tela de juicio todos aquellos hadices auténticos los cuales no convenían a su programa. Algunos de estos hadices los declaró falsos y otros débiles, cosa que fue secundada mediante la fuerza y los asesinatos de sus aliados, la familia Saˤud; familia esta del Naŷd, región maldita por el profeta – sobre él la plegaria y la paz –, quien declaró que por aquella región saldrían los cuernos del diablo y unas gentes que dejarían el Islam a la velocidad que la flecha lo hace al ser disparada del arco.

Esta labor fue retomada y secundada por un chaytan ins (humano), Nasiruddin Albani, quien no solamente se contentó con declarar falsos muchos hadices auténticos (entre ellos varios hadices qudsi), sino que además tachó de débiles la casi mitad de los hadices recopilados hasta entonces. Este elemento llegó incluso a recortar mitades de hadices del Sahih Bujari y Muslim, recosiéndolos con otros, creando así un esperpéntico híbrido, cosa que ningún espíritu malvado hasta la fecha, había sido capaz ni tan siquiera de llegar a concebir.

Y es que tal y como escuché directamente de uno de los próximos a Allah:

Hay gente que es capaz de hacer lo que ni siquiera el diablo es capaz de imaginar.

Este nefasto personaje llegó incluso a llamar incrédulo al Šayj Bujari, e hizo, por otra parte, takfir sobre la mitad de la ‘Umma. Un claro signo es que nació en 1914, año en el cual comenzó la Gran Guerra. Albani tuvo su particular Verdún bombardeando las líneas férreas de los creyentes y dinamitando el hadiz.

¿Cómo semejante personaje ha podido tener y tiene aún seguidores? Es algo que fríamente no se puede llegar a comprender, salvo que uno admita que la maldad, o la ignorancia, o quizás una mezcla de ambas, haya ganado los corazones de un buen número de las gentes de estos tiempos.

Su labor destructiva fue seguida y agrandada por los šuyuj del petróleo bajo la bendición de la familia Saˤud, originaria en principio de un judío iraqí, mercader de dátiles, aparentemente convertido al Islam, que vino a instalarse en el centro de la región del Najd (Dariya), llamado Mordejay.

Dicha labor destructiva sigue hoy en día por los herederos doctrinales de estos personajes, los cuales han diseñado una red de propaganda apoyada por ingentes cantidades de dólares: Ibn Baz, Ibn Uzaymin, A-s-Sudaysi, Al ˤArifi y Fawzan, por poner algunos ejemplos, aunque en dicha escuela no faltan repuestos para quienes van abandonando este mundo.

Como dijo el Arcipreste de Hita, allá en la edad media en una famosa poesía titulada “Lo que hace el dinero”

También al hombre necio y rudo labrador

Dineros le convierten en hidalgo doctor

Abdul Karim Mullor