La Rosa
El Rosal no necesita descripción pues es una planta de todos conocida, aunque quizás no tanto el rosal silvestre (Rosa canina), arbusto de flores sencillas (de 5 pétalos) y con numerosas espinas que recuerdan los dientes de un perro, de ahí su nomenclatura.
Si el jazmín es el rey de los aromas, la rosa es sin duda la reina.
Según la leyenda griega la rosa procedía de la sangre de Adonis, y los antiguos turcos creían por su parte que había surgido de la sangre de Venus.
La rosa simboliza la energía del Amor, la energía del Corazón, y es el símbolo del sufismo.
Hay una cualidad eminentemente “femenina” en el perfume de las rosas y, de hecho, algunas de sus principales aplicaciones se refieren a un buen número de dolencias y trastornos específicos de la mujer.
En la rosa destacan dos ingredientes, el tanino (de acción astringente) y la esencia, a los que debe sus virtudes. Tocante a la esencia de rosas, se dice que fue descubierta por casualidad en Persia, con ocasión de la boda entre la princesa Nour-Djihan y el emperador Djihanguyr. Los jardines imperiales se habían rodeado de un canal lleno de rosas, y el calor del sol hizo que el aceite se separara y saliera a flote, formando una especie de espuma. Al examinar algunos esta “espuma” no tardaron en darse cuenta de su verdadera naturaleza y en dar el paso siguiente : obtener ellos mismos la esencia de rosas.
En la época del imperio persa, los guerreros adornaban con rosas sus escudos, e Ibn Khaldun cuenta que la provincia de Farnistán enviaba anualmente al tesoro de Bagdad un tributo de 30.000 botellas de agua de rosas. Existe un documento (Biblioteca Nacional de Paris) que acredita este hecho.
El arte de destilar los pétalos de rosa fue introducido en Occidente por los árabes en el siglo X ; poco tiempo después fueron los franceses los que comenzaron a elaborarla. En la actualidad podemos encontrarla en farmacias, perfumerías, etc., elaborada por métodos industriales.
Desde tiempo inmemorial se emplea en algunos países (como la India, por ejemplo) para determinadas ceremonias religiosas. De todas formas, la producción de esencia de rosas, tanto en Irán como en la India ó Turquía, ya no es suficiente para que tenga importancia comercial. En la actualidad la esencia de mejor calidad y más cara procede de Bulgaria, extraída de la rosa de Alejandría (o de Damasco).
La Rosa gallica (rosal castellano) se da en varios países de Europa, pero en mayor cantidad en el norte de Africa, sobre todo en Marruecos. El rosal de cien hojas (Rosa centifolia), conocido también por rosal romano, se cultiva sobre todo en la región de Grasse, en el sur de Francia, y su perfume es parecido al de la Rosa gallica, aunque su precio es superior.
El color del aceite esencial de rosas es verde anaranjado, no rojo, como la apariencia de algunas flores podría sugerir. Y se requieren 30 rosas para producir una sola gota de esencia.
El campo de acción terapeútica de la rosa es muy amplio. A nivel externo destaca su uso como oftálmico y para problemas de la piel. Los pétalos de las rosas rojas son más apreciados en farmacia que los de las rosas blancas, por tener mayor cantidad de tanino, a cuya presencia se deben atribuir sus propiedades ligeramente astringentes ; por este motivo son las rosas rojas las preferidas para obtener colirios y en las enfermedades crónicas de los ojos. El agua destilada de rosas obra por sí misma como colirio y sirve de base a otros, obtenidos añadiéndole sustancias como el sulfato de zinc.
Es una de las esencias más antisépticas. Esta virtud, unida a sus cualidades ligeramente tónicas y suavizantes y a su acción sobre los vasos capilares, la hacen apta para casi todos los tipos de piel, en particular para pieles maduras, secas o sensibles, y en todos los casos de rojez o inflamación.
A nivel interno tiene cuatro grandes campos de acción :
En la esfera genital de la mujer actúa regulando sus funciones, contra los flujos excesivos de sangre y como reputado afrodisíaco (en este sentido la farmacopea hindú lo refuerza con sándalo).
A nivel cardio-circulatorio la rosa y su esencia tienen numerosas acciones. Es beneficiosa para el corazón (lo estimula y promueve la circulación), sumamente eficaz contra las impurezas de la sangre, y un buen astringente contra el exceso de flujo menstrual, la expectoración de sangre y otras hemorragias. Por otro lado su efecto sobre los capilares sanguíneos es muy notable, tonificándolos y reactivándolos, siendo muy útil en el tratamiento de las “capilaropatías”.
Sobre el aparato digestivo, en el año 1972 se publicó en la URSS un estudio sobre la acción colerética (secreción y excreción de bilis por el hígado) de la esencia de rosas. Se observó que incrementaba las secreciones biliares y especialmente la síntesis de ácidos y fosfolípidos biliares en los seres humanos.
Por otro lado fortalece el estómago y previene las naúseas y los vómitos. Los extractos de rosa intervienen en un preparado estomacal, el suphari, una mezcla hindú de semillas que se chupa ligeramente después de las comidas copiosas.
Sobre el sistema nervioso la esencia de rosas es relajante, incluso por vía externa ó por inhalación, favoreciendo el sueño. Tiene también una notable acción “cordial”, anti-depresiva. En la medicina Hakim (medicina tradicional de Pakistán) existe un método especial de aplicación de las esencias, particularmente para tratar dolencias mentales o emocionales. Consiste en empapar con algunas gotas de esencia un pedacito de algodón y colocarlo en un punto de la oreja derecha. Este punto es conocido como Shen Wen o Shen Men en la acupuntura china y está situado en el antehélix. Se deja actuar durante aproximadamente 3 horas y se repite la operación varios días.
Este punto, considerado como un receptor de vibraciones sutiles, permite una mejor absorción de la esencia de los perfumes en relación a un masaje del cuerpo entero.
También unas gotas de esencia, diluída en agua y usada como ambientador, limpia las vibraciones negativas de las personas, dejando el ambiente espiritualmente tranquilo.
En cuanto a su modo de aplicación al interior, la esencia de rosas se puede utilizar a razón de 2 ó 3 gotas, 3 veces al día, diluídas en un poco de agua ó en una infusión (idealmente de pétalos de rosa), ó bien echadas sobre una cucharadita con aceite, azúcar ó miel. Procurar tomarla con el estómago vacío. El tratamiento no se debe prolongar más de 4 semanas.
Hay que ser cuidadoso en cuanto a su calidad, a ser posible debe adquirirse en farmacias ; tiene que ser de uso “alimenticio” y en ningún caso para perfumería ó mezclada con alcohol.
Para el tratamiento externo se puede usar la esencia pura ó diluída en aceite. Se suele frotar en los lóbulos de las orejas, las sienes, las palmas de las manos y sobre la zona del corazón. Gracias a esto último se activa la glándula timo, influyendo favorablemente sobre el estado de ánimo y la inmunidad.
También en uso externo se usa la llamada “agua de rosas”, sobre todo como oftálmico y en cosmética.
En la cocina la rosa tiene también un importante papel.
En regiones de Oriente próximo, por ejemplo Turquía, se preparan confituras y mermeladas de rosas, si bien suelen estar muy sobrecargadas de azúcar. La receta clásica se confeccionaba con 100 g. de pétalos de rosa desecados y reducidos a polvo y 200 g. de agua. Se dejan en maceración durante unas 28 horas y se les añaden 700 g. de azúcar (puede ensayarse con miel, fructosa e incluso azúcar integral, aunque los resultados son variables). Se concentra al baño María hasta que tome la forma de un extracto consistente. La consistencia final suele oscilar entre el sirope y la homogeneidad del membrillo.
En Inglaterra, y seguramente como recuerdo de su pasado colonial, es sencillo encontrar agua de rosas en bastantes tiendas de alimentación (como si se tratase de un comestible). Con ella se puede elaborar una excelente bebida india, el Nimbu pani . Se prepara con el zumo de 4 limones, 1 litro de agua, 3 cucharadas de azúcar integral ó miel, 3 cucharaditas de agua de rosas y opcionalmente una pizca de sal. Se mezclan todos los ingredientes hasta que se disuelvan del todo. Se sirve bien frío con una rodaja de limón.
Por otro lado los escaramujos (frutos del rosal) son extraordinariamente ricos en vitamina C cuando están frescos, y tienen un sabor agradablemente ácido por los ácidos orgánicos que contienen. Para usarlos se parten a lo largo, se quitan las semillitas y los pelos del interior, y se lavan con agua corriente. De esta forma la vitamina se aprovecha en su totalidad.
Con los escaramujos bien limpios de pelos y granos, machacados hasta reducirlos a pulpa, y añadiéndoles por lo menos su propio peso de azúcar, se prepara en frío una mermelada que contiene también la totalidad de la vitamina.
Por su riqueza en vitaminas C y A los escaramujos, ó sus preparados, se utilizan como tónicos en casos de astenia primaveral, convalecencia, etc…
Por la acción astringente de los taninos son usados frecuentemente como un buen antidiarreico (de ahí el sobrenombre de “tapaculos”).
Y con esto terminamos esta pequeña disertación sobre esta gran especie vegetal, llena de encanto, de cualidades y de simbolismo para los hombres. Un regalo de nuestro Creador.