La purificación del ego – Abdul Qadir Jilani

Traducido y comentado por Abdul Karim (José Luis) Mullor

La Comunidad de Muḥammad – sobre él la plegaria y la paz – se encuentra falta de guía. Si todos atendiéramos a los consejos que nos da el Libro de Allâh y la Sunna del Profeta todos estaríamos guiados y no habría discrepancias doctrinales, así como ningún oportunista podría separarnos del camino de la Verdad. El Corán es claro cuando dice como se encuentra la guía. Tanto, que a veces uno se pregunta si en verdad los musulmanes quieren estar bien guiados. Tal es la claridad del Corán al efecto que es difícil no poder reconocer la verdad:

Preguntad a las gentes del Recuerdo si vosotros no sabéis (Al Anbiya – 7)

Alguno podrá decir: ¿Cómo podremos distinguir a las gentes del Recuerdo para poder guiarnos? Y el Corán responde lo que sigue:

Aquellos que recuerdan a Allah de pie, sentados o recostados sobre sus costados y constantemente reflexionan sobre la creación de los cielos y la Tierra, y dicen: ¡Señor nuestro! No creaste esto sino con una sabia razón ¡Glorificado seas! ¡Sálvanos del castigo del Fuego!» (3:190-191).

que es una Recitación noble(77)en un Libro oculto(78)que no tocan sino los purificados(79) – surat 56

“hombres a quienes ni el negocio ni el comercio distraen del Recuerdo de Allah” 24-37

“En verdad los creyentes son aquellos quienes cuyos corazones tiemblan a la mención del Nombre de Allah” 27-226

«Los siervos del Misericordioso son aquéllos que caminan por la tierra humildemente y que cuando los ignorantes les dirigen la palabra, dicen: Paz.

Y los que pasan la noche postrados y en pie, por su Señor. 25- 63 y 64

En casas que Allah ha permitido que se levanten y se recuerde en ellas Su nombre y en las que Le glorifican mañana y tarde. Hombres a los que ni el negocio ni el comercio les distraen del recuerdo de Allah, de establecer el salat y de entregar el zakat. Temen un día en el que los corazones y la vista se desencajen (24 – 36 y 37)

Yo creo sinceramente, con la mano en el corazón que todos podemos encontrar a estos siervos de Allâh si nos lo proponemos. Pero, el ego ciega y el chaytan espera al lado del camino para apartarnos de él, con tanto éxito, todo hay que decirlo, que sin duda alguna se ha llegado a esta situación descrita en el hadiz:

Allâh no retirará la ciencia arrancándola de las gentes, pero El la hará desparecer tomando el alma de los sabios hasta que no quede ninguno de ellos. Entonces, las gentes tomarán por jefes a los ignorantes, y cuando se les pregunte a estos a propósito de ciertas cuestiones, se darán el aire de saber sin basarse en ciencia alguna. Ellos se extraviarán y extraviarán a los otros.
(De Ibn Umar, recopilado por Al Bujari y Muslim).

Como hemos podido comprobar, en la cita coránica de la Surat Waqi’a Allâh otorga la lectura del libro Oculto (es decir los significados profundos del Corán) a los muṭṭaharûn (los purificados); con lo cual podemos comprender que es la purificación lo que caracteriza a esas “gentes del recuerdo” a quienes hay que consultar para estar bien guiados.

Dice el maestro Ŷilanî:

La purificación del ego – Abdul Qadir Ŷilanî

Purificarse el limpiarse uno mismo. Hay dos clases de limpieza. Una exterior, que se encuentra establecida mediante los preceptos de la religión y se practica lavando el cuerpo con agua limpia. La otra, que es la purificación interior, se obtiene tomando conciencia de la impureza que se encuentra en nosotros mismos, conociendo la realidad de nuestros pecados y arrepintiéndose sinceramente de ellos. Para conseguir la purificación interior impone emprender un camino espiritual y es enseñada por un maestro espiritual[1].

Según las reglas y preceptos religiosos, se vuelve uno impuro rompiendo la ablución cuando ciertas materias corporales tales como los detritos, la orina, los vómitos, la pus, la sangre, el esperma, etc. son expulsados. Es así que, en este estado, se precisa de una renovación de la ablución. En el caso del esperma y los menstruos es necesario lavarse el cuerpo completamente. En los otros casos basta con lavar las extremidades visibles del cuerpo – las manos y los antebrazos, la cara y los pies deben ser lavados. En cuanto a lo que concierne a la renovación de las abluciones, nuestro maestro, el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dijo:

En cada renovación de las abluciones, Allâh renueva la creencia de Su servidor, siendo que la luz de su fe se pule de nuevo y brilla más fuerte.

Y

La purificación repetida por la ablución es luz sobre luz

La purificación interna también puede perderse, e incluso, es posible que con más asiduidad que la exterior, por el mal carácter, un comportamiento vil, actos y actitudes nocivos tales como el orgullo, la arrogancia, la mentira, el parloteo, la calumnia, la envidia y la cólera. Actos, ya sea conscientes o inconscientes, cometidos por las gentes ensucian el espíritu como: la boca que consume alimentos ilícitos, las lenguas que mienten y maldicen, el oído que presta atención al parloteo vano y a la calumnia, la mano cuando golpea, los pies que siguen los pasos de los tiranos. El adulterio, que es un pecado, no se practica solamente en un lecho. Tal y como dijo el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:

Los ojos también cometen adulterio

Cuando la pureza interior es alterada y la ablución interior se ha roto, la renovación de la ablución se cumple mediante un arrepentimiento sincero, el cual se practica reconociendo la falta, lamentándola dolorosamente y vertiendo lágrimas (las lágrimas son el agua que elimina la suciedad del espíritu), con la intención de nunca más comenzar esta falta, teniendo la voluntad de desembarazarse de toda falta, pidiendo perdón a Allâh, y suplicándole a fin de que no nos permita cometer de nuevo un pecado tal.

Rezar es presentarse ante Allâh. Estar en estado de ablución, en estado de pureza, es una condición de la plegaria. El sabio sabe que la limpieza del exterior no es suficiente, pues él ve Allâh en lo profundo de su corazón, allí donde debe practicarse la ablución del arrepentimiento. Es entonces solamente que la plegaria es aceptada. Allâh dice:

Esto es lo que se prometió a todo aquel quien se arrepienta y fuera cumplidor (50-32)

La purificación del cuerpo y la ablución exterior, practicadas según los preceptos religiosos se encuentran igualmente ligadas al tiempo, pues dormir rompe la ablución. Esta limpieza se encuentra ligada al día y la noche de la vida de este mundo.

La limpieza del mundo interior, la ablución del ego invisible, no se encuentra limitada por el tiempo. Ella es válida para toda la vida, no solamente para la vida temporal de este mundo, sino también para la vida eterna del más allá.


[1] El ego no puede ser purificado por el ego. Por eso es necesario saber distinguir entre lo que procede de Allâh, lo que procede del ego y lo que procede de chaytan. Para ello es necesario un maestro con experiencia a fin de ayudarnos a comprender esto y un día poder distinguir por nosotros mismos.