La profunda tradición sufí de Marruecos

Abdul Karim Mullor

La profunda tradición sufí de Marruecos

Hablar del ‘Islâm en Marruecos es decir Tasawwuf (Sufismo). Ya nuestro Ibn ˤArabi, comparando el Sufismo practicado en Oriente con el de Marruecos (Magreb) y Al Ándalus, señalaba que el de Oriente era pura imitación al lado del de estos lugares[1], tal y como podemos encontrar en su Epístola de la santidad. Y ello a pesar de que en aquella época aún enseñaba Ŷalaluddin Rumi en Konia.

Se trata de una tradición que ha entrado en el Magreb y Al Ándalus, permaneciendo largos siglos y que tomó cuerpo seguramente en los albores del siglo X. Se desarrolló después hasta prácticamente el siglo XX y algo en el siglo XXI. Es inconcebible conceptuar la tradición religiosa marroquí y de Al Ándalus sin el Sufismo. Tanto es así, que alguno de esos barbas largas de inteligencia corta decía con ironía que Marruecos era y es el Reino Sufí. Y a fe que ha sido así, y aún hoy lo es.

Aunque el Sufismo andalusí conocido en nuestra época comienza seguramente con Muḥammad Ibn Masarra, podemos decir que él ya existía representado por otros maestros menos conocidos. Quizás no fueron célebres por falta de escritos que corroboren sus enseñanzas.

En un califato floreciente como era el de Córdoba de ˤAbd-r-Râḥman III la práctica de la  religión se había amanerado. De tal forma fue así que la irrupción de Ibn Masarra y sus discípulos, quienes practicaban un discurso diferente a los alfaquíes de la época, fue vista por estos como un peligro para los privilegios que gozaban de la corte. De esta manera que Ibn Masarra fu acusado de muchas cosas debido a su codicia (de los alfaquíes) y a la incomprensión del vulgo. Estos alfaquíes precisamente, o sus continuadores fueron una de las piezas claves para la extinción del califato, propiciada por la ambición del conocido Muhammad Ibn Abi Amir, Al Mansur.

Curiosamente, la debilidad política de Al Andalus, cercenada por las taifas, se vio compensada por la irrupción de decenas y centenares de maestros sufíes que combinaban sus estancias entre el Sur de la Península, Ceuta y el Magreb. La universidad de Al Qarawiyyin en la ciudad de Fez se había convertido en la referencia islámica de Occidente. Allí acudían, tanto los sabios de la Jurisprudencia, del Hadiz como los maestros del Sufismo.

Los que conocéis el Sufismo, aunque sea someramente, estaréis familiarizados con estos personajes:

Sidî Abu Madiam de Cantillana – su maestro Abu Yaza – Ibn Abbad de Ronda – Ibn al ˤArif – Muhiyyuddin Ibn ˤArabi de Murcia – Abul Abbas Al Mursî – ˤAbdu-s-Salam Ibn Mašiš – Imâm Šadili – Abul Abbas Sebti – Qadi Iyyad; y muchos más que adornaron la religión del Islâm con una doctrina de luz y con océanos de Ciencia y de Sabiduría.

En el Magreb de la época, los sabios de la Jurisprudencia bebían de las aguas del Tasawwuf. Tanto era así que sus dictámenes eran comprobados con los maestros sufís antes de validarse y de salir a la luz. Y el pueblo se alimentaba y se abrevaba con sus sermones, con sus consejos y limosnas. No es necesario recordar a aquel Abul Abbas A-s-Sebti que alimentaba a los pobres en su zawiyya de Marrakesh.

Todos los sabios del Fiqh respetaban a esos otros sabios que desdeñaban las riquezas de este mundo para ofrecer sus vidas solamente al servicio de Allâh Altísimo. Y es que las bendiciones divinas, así como el agua de la lluvia, siempre se prodigan de arriba hacia abajo, y no de manera contraria.

Después de Al Ándalus

Seguidamente a la caída de Al Ándalus en manos cristianas, el Islâm se concentró en el Magreb. Y aunque en aquella época la región del Magreb abarcaba asimismo a Argelia y a Túnez, además de Marruecos, hay que decir que el Islâm se concentraba eminentemente en Marruecos en torno a Al Qarawiyyin.

Esta nueva época estuvo asimismo adornada con eminentes maestros del Sufismo, pero también por numerosos sabios de la Jurisprudencia, del Corán y del Hadiz.

Figuras como – Aḥmad Zarruq – Al ˤArabi A-d-Darqawi – Sîdî ˤAlî A-d-Dabbagg – Aḥmad Tiŷani – Aḥmad Ibn Aŷiba – Muḥammad al Ḥarraq – ˤAbdu-r-Raḥman Maŷdub – Aḥmad Ibn Mustafa al ˤAlawi (el último hombre del siglo) – ; y numerosos sufís bien conocidos en el Magreb adornaron de luces el islam de los cinco últimos siglos.

Marruecos ha vivido durante siglos repartido entre el poder de los sultanes, los dictámenes de los alfaquíes y la presencia de esos locos de amor de Allâh llamados sufís. Estos adornaban sus regiones con alabanzas al Rey de los mundos y plegarias al Profeta – sobre él la plegaria y la paz –.

Gentes, estas últimas, que trajeron y aportan aún hoy una enorme luz en un mundo de tinieblas y de injusticias.

Los tiempos actuales

Vivimos una época de ignorancia y de oscuridad. Tal y como dijo el Profeta, los ignorantes se suben con sus largas orejeras a las cátedras para decir sus burr..as. Así encandilan y engañan a las gentes, haciéndoles creer que las montañas son planas y que de los cielos llueven confetis y fuegos artificiales. Lo blanco es verde. Lo azul es negro; lo bueno es despreciado; lo mejor es criticado; lo malo es seguido y lo peor resulta ser la meta a conseguir. El amor al dinero ha tomado el lugar del amor a Allâh en los corazones de la mayor parte de las gentes.

Esto ha inundado, tanto la práctica de la Jurisprudencia islámica como a las órdenes sufís. Estas últimas han franqueado la línea roja a la que nunca debieron aproximarse. Han entrado en el mundo convulso y turbio de la política, propio para las gentes ávidas de la Dunya. Han colocado falsos maestros a sus cabezas. Cuando no se han vestido con trajes de payaso para reírse del Tasawwuf y de los pobres que los sigan.

Ahora bien…

Aún quedan sufís de verdad en Marruecos. Aun hoy día Marruecos continúa siendo el bastión inefable del verdadero Tasawwuf.

El último hombre del siglo, el Šayj Aḥmad Ibn Mustafâ Al ˤAlawi dijo dos frases muy a tener en cuenta:

Mi tariqa que hoy está en Argelia se irá a Marruecos.

Vendrán los españoles y se llevarán el Dikre.

Efectivamente, unos años después del fallecimiento del continuador del Šayj al ˤAlawi (Sidi Uddah Ben Tunas), el verdadero continuador de la Tariqa (Sidi Abdussalam Talidi) vino a instalarse en Tetuán, hace ya unos 60 años. En ese momento la Tariqa Alawiyya se trasladó a Marruecos.

Y hoy, si bien se encuentra aún en Tetuán, hay que decir que estamos en esa época de transición en la que está entrando en España. El maestro es marroquí, los discípulos españoles y el nombre de la Tariqa ha sido cambiado en: Tariqa ˤAlawiyya Gawziyya.


[1] Vida de los santones andaluces, traducido por Miguel Asín Palacios