La peste es martirio para todo múslim الطاعون شهادة لكل مسلم

EL Mehdi Flores

Hay varios hadices como este que dicen que el que muere múslim debido a la peste tiene la categoría de mártir. ¿Por qué el profeta Muhámmad pudo decir esto ?  La razón no es otra que porque el múslim es aquel que ha entregado su alma, áslama náfsahu, a su Creador y dado que no tiene ya alma propia, ¿de qué puede dar cuentas? Solo se es plenamente responsable de lo que uno hace voluntariamente. En el momento en que Allah toma el control de toda el alma, la voluntad, de todo el ser, el siervo es vivido por Allah y piensa, siente y hace lo que Él quiere. Es más, no hace nada motu proprio, porque no tiene poder ni control sobre su persona. Es el maqam del «la haula wa la quwwata illa biLLah» (No hay poder ni fuerza sino en Allah»). Desaparece el siervo (abd) para que permanezca el Señor (Rabb). «La permanecia eterna (baqà) es, como dijo el cheij Abu Medián «que no queda rastro de ti». La muerte física entonces es la simple culminación de la entrega de toda la persona que comenzó con la entrega del alma y termina con la del cuerpo, porque ya “estaba muerto antes de morir”. “El islam es istislam” dicen los maestros espirituales, entendiendo por istislam el hecho de rendirse, de entregarse totalmente a la voluntad divina. Islam es ese proceso por el que la criatura se entrega a su Creador y Este le recompensa con el Paraíso, como dice el Generoso Alcorán: Dios les ha comprado las almas a sus siervos a cambio del Paraíso”. ¡Y qué venta tan beneficiosa! No hay una hoja que caiga del árbol sin que Allah lo sepa, dice el Corán. Y sin que Allah lo haga posible.Y entre los más bellos nombres de Allah está Al-Muhiy, “el que da la vida” y también Al-Mumit, “el que da la muerte”, el primer nombre de Belleza o Yamal y el segundo nombre de Majestad o Yalal. Ambos aspectos son las dos caras, las dos manos del Kamal que es la Completa Perfección. Todo lo que sucede, sucede porque así lo decide la voluntad divina. Todo está en orden, solo que ese orden no todos lo perciben. Solo los profetas y los santos perciben lo obvio. La mente velada no puede comprenderLo porque piensa en términos de dualidad. Sin dualidad no puede contrastar ni razonar. Solo la conciencia iluminada, lo que se conoce como “corazón”, puede entender el Kamal en cuanto que el conocimiento del corazón es más profundo y vasto que el de la ciega razón. «Solo el corazón del mu’min Me comprende» dice un hadiz. Al corazón lo guía la luz del imán, la confianza. Esa confianza, ese imán, es la guía que conduce al nivel de conciencia que llamamos Ihsan, es decir, el nivel de comprensión en que se saborea, se gusta la Perfección, que es en definitiva el estado esencial de la creación, el estado de fitra. Solo el velo de nuestra nafs, nuestro ego, nos separa aparentemente de esa Conciencia. Y por eso el islam es la fitra, como dijo el profeta. Así que, pase lo que pase, aprendamos a ver la realidad tal como es, tal como pedía nuestro profeta: “Allahumma, arani al-ashyà kama hiya” “Oh Dios, hazme ver las cosas tal como son”. Amín.