La noción de jerarquía en Islam

En el Nombre de Allâh – el Todo Misericordioso – el Que Manifiesta Su Misericordia

La noción de jerarquía es extensible a todos los estratos de la naturaleza humana. Existe siempre quien es mejor o más hábil que el resto, ya sea en una cualidad determinada, ya sea de una manera global, como ser humano. De alguna forma podemos decir que aquellos quienes son comparativamente mejores se deben encontrar más elevados en jerarquía, y ello es simplemente así.

Sin embargo, la mayoría de los seres humanos, dejándose llevar por su egocentrismo innato, desean interpretar interesadamente que son ellos quienes son más capaces y dotados que el resto; es decir: se consideran en el más alto nivel de la escala jerárquica. De esa manera, la verdadera jerarquía se invierte. Y la manera más grave, si se lleva al extremo dicha subversión de valores, es la usurpación de poder sin realizar que hay otras personas más capaces que uno, quienes podrían llevar el grupo a la excelencia. Es así que la palabra jerarquía ha llegado a ser asimilada al uso del poder, sea éste del tipo que sea; cuando se trata de poder político, ella, si se utiliza negaticamente es establecida valiéndose del acceso a las fuentes de riqueza, y cuando se trata del dominio espiritual es establecida mediante la persuasión, el engaño así como por la manipulación mental y emocional. Véase el caso las sectas

La verdadera jerarquía existente es la de la sabiduría y el dominio del propio ego. La persona quien se encuentre en la cima del saber debe encontrarse asimismo en la cima de la misericordia, la compasión para con sus semejantes y el autocontrol de sus emociones, reacciones y aspiraciones. Aquel más capacitado tiene la responsabilidad de guiar y ayudar a quienes no lo son tanto.

«Preguntad a las gentes del Recuerdo si vosotros no sabéis», dice el libro de Allah

Es así que se dan en estos tiempos las circunstancias para comprender las palabras del Profeta -sobre él la plegaria y la paz- que nos dicen como lo sabios habrán de callar debido a la codicia de los ignorantes que buscan ocupar sus puestos. Por no decir, ya que no queremos concentrarnos en ello, como Muhammad dijo que en estos tiempos habrá gente con palabras angelicales y corazones de lobo.

Por todo esto, y una vez se establece un grupo sobre dichas premisas, las relaciones nacen viciadas desde el principio. El responsable del grupo en lugar de considerar dicha responsabilidad como una carga, considera antes bien que se trata de ocupar un puesto creado para su disfrute y uso personal, en lugar de ser entendido como lo que realmente es, es decir: una carga difícil de llevar destinada a hacer el bien a sus compañeros. De esta manera hacen pantalla a la Misericordia y no dejan a esta fluir de los sabios a los que necesitan de la ciencia. Comprendieron mal, y pensaron que en lugar de tener compañeros y amigos disponían de subordinados; y este es el fallo.

En un grupo en el cual me encontraba al principio de mi camino en la Tariqa, las relaciones degeneraron tanto debido a la codicia de dos personajes, que llegó a edificarse una red de espionaje destinada a sonsacar, manipular y extorsionar anímicamente a los miembros del grupo.

Estas prácticas no eran ni han sido nunca conformes con la sencillez del Islam el cual exige a los responsables de cada grupo, grande o pequeño, una devota dedicación por el bien de todos y cada uno de los miembros.

Para mí esta época, en la cual me encontré en ese grupo donde andaban a sus anchas gentes de estas características, se convirtió en un tiempo de estudio exhaustivo de la doctrina inherente al camino hacia y por Allah. Poco a poco la comprensión y la asimilación de aquel camino, el cual auscultaba y retrataba la verdadera naturaleza del ser humano, me hizo crecer en capacidad y claridad de visión.

Al final de esta etapa, clausurada con el fallecimiento de mi primer maestro en 1985, me había convertido en una persona con una capacidad de pensamiento y decisión totalmente autónomos.

Mis relaciones con el resto se habían distanciado sensiblemente, pues de una manera natural cada uno estábamos ocupando el lugar que nos correspondía en el camino del conocimiento. Dicho conocimiento, en lugar de ser adquirido de una manera teórica por el estudio de una cantidad ingente de libros, era de una naturaleza tal que solamente podía ser adquirido por la sinceridad, la belleza del carácter y la inteligencia penetrante y perspicaz.

Por todo esto, aquel quien vive dedicado a cultivar su propio ego nunca lo podrá adquirir, así como aquel quien, con impunidad, abusa de sus semejantes de una u otra manera.

Son estas palabras para la reflexión, nacidas de un corazón que busca el bien de unos y otros. Unas palabras de ánimo hacia aquellos aquejados de esta enfermedad del corazón que les hace creerse capacitados para guiar sin tener la cualificación requerida; y son asimismo unos consejos dirigidos a aquellos quien con extraña facilidad se dejan convencer por cualquiera.

Un consejo: «Nadie puede subir a una montaña escarpada sin saber escalar»

«Una mosca no puede fabricar la miel, pues es el trabajo que le corresponde a las abejas»

«Nadie puede tragar el agua del mar de un solo sorbo»

Aquel quien se mira, cual Narciso, en su propio espejo, solamente podrá ver la fealdad del rostro reflejado en él, privado de la belleza de la contemplación de todo aquello lo cual se encuentra lejos de su egoísta concepción del Universo.

Nada hay más feo que el propio Ego; nada más bello  que el abandono de uno mismo en los brazos de la Voluntad Divina

Abdul Karim Mullor