La misteriosa desaparición de hadices qudsi
Por Abdul Karim (José Luis) Mullor
En el Nombre de Allâh – el Todo Misericordioso; el que Manifiesta Su Misericordia
Y la plegaria y la paz sobre el Enviado, Sidi Muḥammad, su familia y compañeros
He expresado en innumerables ocasiones, durante mis intervenciones en las redes sociales, que en español apenas hay traducciones que ayuden a los musulmanes a aprender la religión, mientras que en francés puede que estemos hablando de 50 libros traducidos a aquella lengua por cada libro traducido al español.
Hay que reconocer que el francés medio ha sido una persona con más inquietudes intelectuales que su homólogo español, siendo que este último se ha visto inundado de propaganda tendente a minimizar el fenómeno del Islam; probablemente porque no se haya querido activar una realidad, molesta para muchos, que nos llevaría a reconocer la presencia musulmana en España durante ocho largos siglos y consecuentemente a analizar a fondo la cultura existente en aquella época, de la cual curiosamente existen muchas más fuentes sirias, al menos de la época Omeya, que magrebíes, y por supuesto que españolas.
Una manera quizás de “proteger” una españolidad mal entendida. Y, aunque hemos de reconocer que hoy por hoy se está realizando un esfuerzo en ese sentido, no nos parece suficiente; ya que para analizar la realidad de una presencia religiosa en la Península, tan dilatada como ha sido la musulmana, es necesario hacerlo de manera conjunta con musulmanes de conocimientos bien fundamentados en materia de religión y espiritualidad; colaboración esta que, hoy por hoy, brilla por su ausencia, no sabemos muy bien porqué. No podemos construir un puente sin arquitectos. Somos optimistas y eso seguro que llegará sin tardanza.
Gracias a la falta de traducciones en materia de religión musulmana en español ciertas tendencias, religiosas solamente en apariencia, están intentando separar a los nuevos musulmanes de las fuentes auténticas. Para ilustrar esto voy a relataros un hecho real que seguramente os iluminará al respecto:
En 2008 fuimos de Bruselas a París, concretamente a la editorial al Burak, a editar un libro en árabe escrito por mi maestro. Estando en la librería, de una familia libanesa por cierto, encontré algunos libros que me interesaron. Uno de ellos era una recopilación de hadices qudsi que estaba editado por ‘Iqra y comentado por Ibn Hayyar al Asqalani y al Qastallani. Lo compré, a pesar de mi reticencia natural hacia lo que se edita en ‘Iqra, pensando que los comentarios de Ibn Hayyar Asqalani merecían dar algo de credibilidad a esa recopilación. La obra desluce porque los hadices no están numerados, así que los he tenido que contar a mano saliendo un total de 129 hadices qudsi.
Cual no será mi asombro cuando los que en España comparten la visión doctrinal que tiene la editorial ‘Iqra editan un libro en español titulado “110 hadices qudsi”. Pero ¿no eran al menos 129? ¿Dónde se quedaron los 19 restantes? 19, ni más ni menos. Al tratarse de una obra que en principio no restringe temas, sino que trata de presentar todo hadiz qudsi existente, privar a los musulmanes de lengua hispana de 19 Palabras de Allâh nos parece algo cercano a una conspiración.
Curiosamente obra en mi poder un libro de Muhiyyuddin Ibn Arabi titulado “Miškat al anwar” “El Tabernáculo de las luces” en el que se relacionan 101 hadices qudsi. Ahora bien, Ibn Arabi, en esa obra, nunca ha expresado que esos hadices qudsi que él presenta sean los únicos, con lo cual se encuentra exonerado de toda duda. Es decir, Ibn Arabi no ha tratado de hacer una recopilación de hadices qudsi, sino de relacionar todos aquellos que tengan una relación con la espiritualidad.
Para quienes no lo sepan; Ibn Arabi, además de ser uno de los máximos exponentes del Tasawwuf en el mundo musulmán, fue también un doctor en el Fiqh y un reputado muftí, siendo que en Oriente era mucho más conocido y por esta última faceta que por lo anterior; hasta el punto de ser una referencia de Fiqh en el Islam de Medio Oriente de la época, tal y como nos dice Fernando Mora en su obra «El perfume de la existencia».
Además cuando comparamos la obra de Ibn Arabi “El Tabernáculo de las luces” con la que yo compré en París, que comprende 129 hadices, algunos hadices relatados por Ibn Arabi no se encuentran en la otra, con lo cual estamos hablando que hay más hadices qudsis que no se encuentran en la obra citada de los 129.
Cuando realizamos una búsqueda por temas nos damos cuenta de que, tanto en la obra de los 129 hadices como en la española de los 110 hadices faltan hadices que hablan de dos temas fundamentales, a saber:
La naturaleza sublime del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -, y las posibilidades de conocimiento y acercamiento a Allâh del creyente purificado, del salih. Es decir, nos estamos encontrando con una voluntad coercitiva de hacer desaparecer del conocimiento de los musulmanes palabras Divinas que Allâh puso en boca del Profeta (hadices qudsi).
Esta manipulación existe asimismo en traducciones del Corán a otras lenguas (incluído el español) que cambian y desnaturalizan las Palabras divinas. Pero este no es hoy el sujeto sobre el que estamos tratando; tenemos planificado hablar de esto último con mayor precisión y detalle en el momento en el que lo consideremos adecuado.
Dije algunas veces en las redes sociales que una obra de Ibn al Qayyim al Jawziya titulada “Ruh” alma, había sido traficada. Efectivamente, es fácil de comprobar cuando la obra original en árabe tiene 300 páginas y en su traducción francesa menos de 20. Traficada porque Ibn al Qayyim sufrió, al igual que su maestro Ibn Taimiyya, una transformación en los últimos años de su vida, pasando de ser un crítico feroz de presumibles y fantasiosas desviaciones a convertirse en un personaje altamente espiritual, cosa que sus mentores detestan y han tratado de escondernos. Esta obra “Ruh” se parece mucho a una obra de Abu Hamid Gazali titulada “La vida después de la muerte” que forma parte de su obra genérica Ilhiyya ulamuddin (Revivificación de las ciencias de la religión). En ella se habla del estatus de las almas después de la muerte, de sus contactos con el mundo de los vivos, de la capacidad de los próximos a Allâh para comunicarse con Allâh de numerosísimos temas, de los cuales hoy no corresponde hablar aquí.
¿A qué mentes, de todo menos esclarecidas, se les puede ocurrir hacer bricolaje con los hadices qudsis y con obras que tratan sobre determinados temas, muy importantes por cierto para establecer las relaciones entre Allâh de los creyentes? ¿Quién o quiénes nos intentan separar de Allâh, Quien, por otra parte, y aunque moleste a algunos, se encuentra más cerca de nosotros que nuestra vena yugular?
Que nos respondan ellos.