La guía del nuevo musulmán V – La purificación

LA PURIFICACION – LAS ABLUCIONES

El segundo pilar del Islam es el Salat – la plegaria -. No obstante dicha plegaria no puede ser ofrecida a Allâh ni ser válida sin encontrarnos previamente en estado de ablución.

El Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho: “La pureza ritual constituye la mitad de la fe.” Muslim

 En otra versión del hadiz él ha dicho: “La limpieza perfecta forma parte de la fe.”

 El ha dicho asimismo: “La llave de la plegaria es la pureza ritual, la plegaria se sacraliza por el takbîr y se desacraliza por el saludo final”. Abu Dawud

CONDICIONES QUE HACEN NECESARIA LA ABLUCION

 El cuerpo debe estar puro de toda clase de manchas; estas se dividen en dos categorías:

 La pequeña mancha: ella precisa que se haga la pequeña ablución (o la ablución seca, “tayamum”, si no encontramos agua para realizarla). Ella es obligatoria cuando se evacua por las vías naturales excrementos, orina o gas; e incluso el líquido prostático en el hombre, el cual es incoloro y transparente. Este líquido puede salir como consecuencia de pensamientos o sin ellos, o como una resultado de naturaleza fisiológica de las características de la próstata. Así mismo se convierte en obligatoria como consecuencia de un desvanecimiento, vómitos abundantes y el sueño profundo, así como otros actos cuya descripción encontraremos más adelante. Asimismo cuando un hombre o una mujer tocan sus genitales con las manos sin ninguna prenda que los cubra.

El sueño y el desvanecimiento anulan también la ablución menor, así como un ataque de locura o de esquizofrenia o diversos tipos de convulsiones incontroladas, como un ataque epiléptico.

 La mancha mayor: ella precisa el cumplimiento de la gran ablución. Es la consecuencia de la emisión de líquido espermático durante el sueño o, en el estado de vigilia, o como producto de una relación conyugal. Allâh ha dicho: “Y si estáis impuros, purificaos”. (Surat 5, vers. 7)

 Igualmente las menstruaciones y los loquios (pérdidas durante cuarenta días aproximadamente después del parto) precisan de la gran ablución. La gran ablución debe realizarse al final de los unos y de los otros. En lo que se refiere al final de las menstruaciones se debe hacer la ablución en el momento en el cual se apercibe el líquido blanquecino que las da fin.

 Antes de comenzar la ablución mayor o menor, es necesario lavarse las partes del cuerpo manchadas por un elemento impuro.

LA ABLUCION MAYOR

Ella consiste en extender el agua pura y frotar por todo el cuerpo, comprendido el cabello.

 Es la mejor manera de asegurar la limpieza de todo el cuerpo, de purificarlo de toda suciedad y de revivificarlo, tanto a él como a su salud.

¿Qué hechos producen la necesidad de la gran ablución?

 La gran ablución es necesaria en los casos siguientes:

 1 – La eyaculación acompañada de una sensación de placer, incluso si es solamente a consecuencia de pensamientos.

 2 – Cuando se encuentran los órganos sexuales del hombre y de la mujer, aún si no se produce eyaculación.

 3 – El sueño erótico tanto del hombre como de la mujer necesita la gran ablución, siempre y cuando se pueda encontrar una mancha en el caso del hombre, y en el caso de la mujer por el simple sueño. Pero si, en el caso del hombre, el sueño no está acompañado de eyaculación, la cual haya dejado huellas visibles, entonces no se precisa la gran ablución; lo mismo en el caso de la mujer si no hay sensación de gozo durante el sueño. El hadiz dice en efecto: “En el caso de un sueño erótico con salida de líquido, las abluciones son necesarias.” Si al levantarse uno encuentra la humedad en su ropa sin haber soñado, la ablución es necesaria igualmente.

 4 – La cesación de la menstruación. En este caso puede ser que la menstruación se alargue; si ello así ocurre se deben considerar ocho días como siendo menstruación, hacer consecuentemente la ablución mayor y considerar el resto de los días como pérdidas.

 5 – El fin de los loquios. Así la mujer que da ha dado a luz debe hacer su ablución cuarenta días después de su parto. Sin embargo, si la salida de sangre se corta completamente antes de este término, ella debe hacer la gran ablución y retomar la plegaria.

6 – La conversión al Islam.

¿COMO HACER LA GRAN ABLUCION?

Cuando preparéis el agua o entráis en el cuarto de año con la intención de purificaros de una mancha mayor, es recomendable seguir la Sunna del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -; después de haber preparado agua limpia destinada al efecto:

Es Farḍ (obligatorio) hacer la intención de la ablución antes de comenzar; es Sunna (recomendable) pronunciar la Basma-l-Lâh (Bismi-l-Lâhi-r-Râḥmani-r-Raḥîm) para comenzar.

1 / Comenzad por lavarse tres veces las manos.

2 / Lavad seguidamente las partes íntimas (sin volver a tocarlas en el transcurso de la ablución).

3 / Lavad la boca tres veces como en la pequeña ablución.

4 / Lavad la nariz tres veces como en la pequeña ablución.

5 / Lavad la cara tres veces.

6 / El brazo y las manos derecho e izquierdo tres veces, como hemos mencionado antes.

7 / Lavad la cabeza tres veces haciendo penetrar completamente el agua por los cabellos, frotando bien y lavando y frotando el cuello una sola vez, así como las orejas.

8 / Lavad y frotad la parte derecha del cuerpo desde los hombros hasta los tobillos; posteriormente haced lo mismo con la parte izquierda, procurando no tocar las partes íntimas, lo que anularía la pequeña ablución.

9 / Tomad agua en el cuenco de vuestra mano derecha, sumergid el dedo índice de vuestra mano izquierda en esa agua siete veces e introducidlo en cada una de ellas el ombligo.

10 / Volved a enjuagar la espalda y el pecho una sola vez.

11 / Lavad los pies como se hace para la ablución menor.

12 / Tomad agua y enjuagándoos las manos pronunciad la šahada.

OBSERVACIONES

Procediendo de esta manera habéis hecho a la vez la ablución mayor y la menor; podéis secaros y disponeos para rezar.

Es Fard

Mojar y frotar todo el cuerpo en el orden que fuere. En este caso sería obligatorio realizar después la ablución menor si se quiere rezar—————

 La gran ablución se hace asimismo sumergiéndose por entero en un río o en no importa que otra agua pura a condición, no obstante, de formular al principio la intención de hacer la ablución. Es lo mismo para cuando se hace en la ducha. En estos casos debemos recordar la obligación de pasar la mano por todas las partes del cuerpo, comenzando por las partes íntimas, las cuales una vez lavadas, no podremos volver a tocar de nuevo mientras hacemos el resto de la ablución.

Si nos encontramos sumergidos en el mar o en un río podemos hacer la intención de hacer la gran ablución y frotar todo el cuerpo en el orden que fuere; teniendo en cuenta, no obstante, que es necesario realizar la pequeña ablución para rezar.

Aquel quien realiza la gran ablución debe cubrirse sus partes íntimas, salvo si se encuentra absolutamente solo. No está permitido a aquel quien realiza la pequeña o la grande ablución derrochar  el agua, aun si esta es abundante. Esto es ciertamente mal visto en el Islam a fin de no habituarse al derroche pues “los derrochadores son los hermanos de los demonios” podemos leer en el Qur’an. Allâh recomienda gastar con moderación en toda cosa.

LA ABLUCION MENOR

 Allâh, exaltado sea, ha dicho: “¡Vosotros que creéis! Cuando vayáis a hacer el salat, lavaos la cara y las manos llegando hasta los codos, y pasaos las manos por la cabeza y por los pies hasta los tobillos”. (Surat 5, vers. 7)

 Este versículo establece la obligación de la ablución sin la cual la plegaria no puede ser válida. Es igualmente una transgresión realizar la plegaria sin antes haber hecho la ablución.

 El Enviado – sobre él la plegaria y la paz – ha explicado la manera de hacer la ablución:

1 /  Formulad en vuestro interior la intención de hacer la ablución con el fin de cumplir con vuestra obligación de la plegaria, o simplemente de quedar en estado de pureza. Después de esto, decid: “Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm” (en el Nombre de Allâh el Clemente y Misericordioso).

2 /  Lavaos las manos frotándolas tres veces hasta las muñecas sin olvidar los espacios entre los dedos. Tomad agua seguidamente, con el cuenco de vuestra mano derecha y enjuagaos la boca cuidadosamente tres veces. Frotar los dientes pasando el índice y pulgar de vuestra mano. Es una tradición fuertemente recomendada (sunna mu’akkada).

 Varios hadices insisten sobre esta práctica de las más sanas: “Si no temiera sobrecargar a mi comunidad, la habría ordenado utilizar el siwak antes de cada plegaria.” Bujarî y Muslim

3 /  Aspirad seguidamente el agua por la nariz, siempre con el agua en el cuenco de la mano derecha, tres veces seguidas, siendo la finalidad el lavarse la nariz y desembarazarla de toda suciedad.

4 / Tomad agua con la mano derecha, vertiendo la mitad en el cuenco de la mano izquierda, y dejando en la derecha el resto; después lavaos la cara tres veces asegurándoos de diseminar el agua con vuestras manos por toda la cara. Si el hombre tiene barba, deberá introducir, durante el lavado de la cara, sus dedos empapados de agua entre los pelos de su barba llegando hasta la piel.

5 / Lavaos entonces tres veces las manos y los brazos hasta los codos, comenzando por el brazo derecho: tomar agua con la mano e inclinad ésta de manera que se haga escurrir diseminándose hasta el codo, lavando con la mano izquierda. Después tomad agua con la mano derecha, vertedla en el cuenco de la mano izquierda, para lavar el brazo izquierdo de la misma manera que acabamos de indicar. Procurad pasar los dedos de la mano contraria por la mano que estáis lavando en cada ocasión.

6 / Después pasad las manos mojadas sobre la cabeza, de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante. Una sola vez

7 / Enjuagaos seguidamente las orejas exterior e interiormente sin mojar las manos de nuevo.

8 / Después de esto, lavad vuestros pies hasta los tobillos, comenzando por el pie derecho y frotando convenientemente entre los dedos; siempre tomando el agua con vuestra mano derecha y frotando ambos pies con la izquierda.

9 / Una vez terminada la ablución, levantad el dedo índice de la mano derecha, de preferencia cara a la qibla y decid:

A-š-šhadu ‘an lâ ‘ilaha ‘illâ-l-Lâh waḥdahu la šarika lahu, wa-š-šhadu ‘anna Muḥammadan ˤabduhu wa rasûluhu

(Atestiguo que no hay otra divinidad que Allâh, Solo y sin asociados, y atestiguo que Muhammad es Su servidor y Su enviado)

 Haced después de esto la invocación siguiente: “¡Oh Señor! Cuéntame entre aquellos quienes se arrepienten y entre aquellos quienes se purifican y conviérteme en uno de Tus siervos virtuosos”

“‘Allâhumma aŷˤalnî mina-t-tawwâbin wa aŷˤalnî mina-l-mutaṭahirîn wa aŷˤalnî min ˤibadika-ṣ-ṣâliḥin”

A quien realiza comúnmente la ablución de la manera en la cual acabamos de indicar con completa consciencia de desear purificarse exterior e interiormente se le abrirán las puertas del Paraíso y entrará por la que pida.

Observación

 Se debe seguir exactamente el orden indicado precedentemente para las diferentes partes del cuerpo.

 Tales son las abluciones que os permitirán presentaros ante vuestro Señor. Ellas serán válidas para dos plegarias o más, en tanto nada venga para anularlas.

NOTA ACLARATORIA

Es conveniente distinguir que en el cumplimiento de la ablución menor hay elementos que son Fard (obligatorios) y otros que son Sunna. De todas maneras, a nadie se le ocurre cumplir con el fard y dejar la Sunna, habida cuenta de que el hecho de realizar la ablución como lo acabamos de mencionar supone una gran ventaja y un cuerpo total de limpieza y conjunción de movimientos.

Veamos primeramente qué es Fard (obligatorio) y luego qué es Sunna (muy recomendado):

Es Fard:

La limpieza previa de las manos y los miembros a lavar.

La formulación de la intención de hacer la ablución.

La pureza del agua: no debe tener sabor ni alteración de color.

Frotar por todos los miembros obligatorios de lavar.

Lavar los miembros obligatorios una sola vez.

No dejar ninguna parte, por pequeña que sea sin mojar de uno de los miembros obligatorios. En cuanto a la cabeza se refiere basta con pasar las manos mojadas por encima de la forma en la cual se ha descrito.

La cara.

Los brazos y manos.

La cabeza.

Los pies.

Formular la šahada al terminar.

Es Sunna:

El decir Bismi-l-Lâhi-r-Raḥmâni-r-Raḥîm al comenzar.

Lavar las manos al comenzar.

Lavar la boca.

La nariz.

Los oídos

Lavar tres veces los miembros.

RECITACIONES ACONSEJADAS MIENTRAS SE REALIZA LA ABLUCION

Aunque no es obligatorio, sí es aconsejable, una vez que se ha adquirido la costumbre de realizar las abluciones con soltura, recitar una serie de du’as mientras se realiza cada uno de sus movimientos. Repetimos, no es obligatorio, pero nos puede ayudar a realizar los actos con mayor concentración y a reflexionar en el significado real de cada movimiento que hacemos, para así percibir que, no solamente estamos purificando nuestro cuerpo, sino nuestro interior y nuestra mente.

Cuando preparamos el agua

Bismi-l-Lâhi-l-‘Aẓîm wa-l-ḥamdu li-l-Lâhi ‘alâ dîni-l-‘Islâm

En el Nombre de Allâh el Omnipotente y alabanza a Allâh por el Din del Islam

O podemos decir:

Allâhumma ‘innî a’uḍu bika min hamasâti-š-šayyâṭîni wa a’udu bika rabbî ‘an yaḥḍurûn

Oh Allâh, en verdad me refugio en Ti contra las malas sugestiones de los chaytanes, y me refugio en Ti, Señor, de que ellos me asalten.

O bien esta otra:

Allâhumma ‘igfir lî danbî wa wassig lî fî dârî wa bârik lî risqî

Oh Allâh, perdóname mis faltas y dame holgura en mi hogar y bendice mi sustento.

Al lavarnos las manos

Allâhumma ‘innî as’aluka-l-yumna wa-l-barakata wa a’udu bika mina-š-šûmi wa-l-hilâkah

Oh Allâh, te pido ventura y bendición y me refugio en Ti contra el infortunio y la destrucción.

Al enjuagarse la boca

Allâhumma ‘ainnî ‘alâ tilâwati kitâbika wa kazîrati-d-dikri laka wa š-šukri lak

Oh Allâh ayúdame en la recitación de Tu libro y a que Te recuerde intensamente y a serte agradecido.

Al limpiarse la nariz

Al aspirar:

Allâhumma ‘ariḥnî râ’iḥata-l-ŷannati wa anta ‘annî râḍi

Dios mío, confórtame con el olor del paraíso cuando estés satisfecho de mí

Al expulsar el agua:

Allâhumma ‘innî a’udu bika min rawa’ihi-n-nâri wa min sû’i-d-dâr

Dios mío, me refugio en Ti del olor del fuego y del infortunio de la morada.

Al lavarse la cara

Allâhumma bayyid waŷhî yawma tabyaḍḍu wuŷûhu ‘awliyâ’ik wa la tusawwid waŷhî yawma taswaddu wuŷûhu a‘dâ’ik

Oh Allâh haz que mi rostro brille el día en el que hagas brillar los rostros de Tus próximos y no ennegrezcas mi rostro el día en que ennegrezcas el rostro de los réprobos.

Al lavarse la mano y el brazo derechos

Allâhumma a‘ṭinî kitâbî bi-yamînî wa ḥâsibnî ḥisâban yasira

Oh Allâh pon el registro de mis obras en mi mano derecha y júzgame con un juicio benévolo

Al lavarse la mano y el brazo izquierdos

Allâhumma ‘innî a‘udu bika an tu‘ṭiyanî kitâbî bi-šimâlî aw min warâ’i ẓahrî

Oh Allâh, me refugio en Ti de que me sea dado el registro de mis obras en mi mano izquierda o por mi espalda.

Al pasarse las manos sobre la cabeza

Allâhumma aẓillinî taḥta ẓilli ‘aršika yawma la ẓilla îllâ ẓilla ‘aršik

Oh Allâh, cobíjame bajo la sombra de Tu Trono el Día en el que no habrá otra sombra que la sombra de Tu Trono

Al pasarse las manos por las orejas y oidos

Allâhumma aŷ‘alnî mina-l-lâdîna yastâmi‘ûna fatabi‘ûna aḥsanah Allâhumma asmi‘nî munâdiya-l-ŷannati ma‘a-l-abrâr

Oh Allâh, hazme de entre quienes oyen la palabra y siguen cuanto de bueno hay en ella. Oh Allâh, hazme oír el rumor del Paraíso en compañía de los virtuosos.

Al lavarse el pie derecho

Allâhumma zabbit qadamayya ‘alâ ṣirâṭika-l-mustaqîm

Oh Allâh, conduce mis pasos a Tu Camino Recto

Al lavarse el pie izquierdo

Allâhumma ‘innî a‘ûdu bika an tasilla qadamayya alâ ṣirâṭi yawma tasillu aqdâmu-l-munâfiqîna fî-n-nâr

Oh Allâh, me refugio en Ti de que mis pies se escurran de sobre el Puente del Sirat, el día en que los pies de los hipócritas se escurrirán hacia el fuego.

Después de terminar la ablución

Una vez que se termina la ablución con la šahada podemos añadir la siguiente recitación:

Allâhumma ‘iŷ‘alnî minâ-t-tawâbîna wa-ŷ-‘alnî mina-l-mutaṭahirîna wa-ŷ‘alnî min ‘ibâdika-ṣ-ṣâliḥîn

Oh Allâh hazme de los que se arrepienten y hazme de los que se purifican y hazme de tus servidores virtuosos.

LOS ESCRUPULOS

A través de nuestra experiencia de años hemos podido constatar como en el caso de algunas personas se dan escrúpulos, a veces exagerados, de si se ha perdido la ablución por tal o cual cosa. A veces se tienen dudas de si nos hemos olvidado un movimiento; unas dudas más intensas que lo razonable; en ese caso debemos considerar que hemos hecho todo convenientemente, a no ser de que tengamos la certeza absoluta de que no es así.

En relación a las dudas sobre la pérdida de la ablución, cuando estas son reiterativas y se convierten en una costumbre debemos tomar la determinación de no rehacer la ablución hasta no estar seguros de su pérdida; ya sea tocando las partes genitales sin tejido entre medias o constatando un ruido u olor o la humedad de las partes íntimas.

Debemos considerar de que se trata de una sugestión satánica que trata de obstaculizar el cumplimiento normal de nuestras obligaciones para con Allâh.

Así pues: En caso de escrúpulos no prestemos atención hasta que no haya una seguridad total.

LAS ABLUCIONES SECAS O TAYAMMUM

 ¿COMO HACER EL TAYAMMUM?

tayammum

Cuando recurráis al tayammum, utilizad un elemento purificador puro de la naturaleza del suelo, como la arena. Ha de ser arena pura, sin mancha de productos químicos o de alquitrán. Si se trata de una piedra, ha de ser de forma natural, no tallada ni trabajada.

1 / Formulad seguidamente la intención de hacer esta obligación y decid:

“Bimi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm” (en el Nombre de Allâh, el Clemente, el Misericordioso).

2 / Posad vuestras manos abiertas, los dedos bien separados, sobre la tierra, arena o piedra no-tallada (dos veces cada mano) empezando por la derecha ; después soplad sobre vuestras manos a fin de hacer desaparecer el polvo el cual pudiera quedar en ellas.

3 / Pasad entonces las dos manos por vuestro rostro. En esta rápida operación debemos hacer especial atención en pasar los dedos por todas las comisuras del rostro.

4 / Pasad seguidamente por la arena o por la piedra dos veces, como indicado anteriormente.

5 / Frotad seguidamente vuestras manos y antebrazos hasta los codos. Debéis poner una especial atención a pasar el dedo índice entre los dedos de la mano contraria, terminado por el pulgar, el cual frotaremos ente el índice y el pulgar de la mano opuesta. En esta operación comenzaremos por la mano y antebrazo derechos.

6 /  Posteriormente decid la šahadah al igual que la hacéis para las abluciones mayor y menor.

Gracias a esta simple operación, podéis hacer vuestra plegaria como si hubierais realizado verdaderas abluciones. Si os levantáis en estado de impureza mayor (ŷanâba) y no encontráis agua, haced las abluciones secas como acaba de ser indicado; esto os bastará a fin de que formuléis la intención de purificaros de vuestra mancha de esta manera. Las reglas de validez de las abluciones secas no son las mismas que las aferentes a las abluciones. Debemos decir que la ablución seca sirve para una sola plegaria; es decir, debemos rehacerla cada vez que vamos a realizar una de las cinco plegarias canónicas; aunque, sí debe quedar suficientemente claro el hecho de que si entre la ablución seca y el inicio y término de la plegaria se presenta alguna de las causas que rompen la ablución con agua, habrá que recomenzarla de nuevo a fin de realizar la plegaria en cuestión.

Ellas se vuelven nulas desde el momento en el cual encontramos agua, o recobramos la salud, en el caso en el cual hubiéramos estado enfermos. De tal manera que si nos encontrábamos en estado de impureza mayor antes de realizar el Tayammum deberemos realizar la ablución mayor como en condiciones normales

ACLARACION PERTINENTE

En el capítulo pertinente a las codiciones del viaje explicaremos como se pueden hacer las abluciones.

En el capítulo de dispensas y facilidades explicaremos como y en cuales condiciones realizar la ablución sobre calcetines o medias. Asmismo como frotar sobre una escayola o venda cuando existe una herida vendada en las zonas de la ablución