La compañía de los fuqara

Decía el polo de su tiempo, el Šayj Aḥmad Ibn Muṣtafâ Al ˤAlawi – que Allâh esté satisfecho de él – a sus discípulos cuando salían de viaje:

La ciudad en la que no hay fuqara’ es una ciudad vacía

Asimismo nuestro andaluz šayj de Cantillana, el del espíritu preclaro y corazón profundo, Sidî Šwayb Abû Madiam, llamado al Gawz – que Allâh santifique su secreto – redactó una qasida que aquí os mostramos en relación a los beneficios de la compañía de los fuqara’.

Son los fuqara’ los compañeros en la Vía espiritual, aquellos cuyos objetivos y pretensiones son como las de uno, que se acercan a Allâh, a cada paso, a cada soplo, a cada instante.

Es la Sunna del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – rodearse de compañeros. Así, siguiendo esta misma Sunna, el šayj se rodea de fuqara’, y establece, tal y como lo hacía Rasûl, una relación de enseñanza, confianza, camaradería y amor. No es concebible la vida del Profeta sin comprender el amor existente entre él y los compañeros, así como de éstos entre ellos mismos. Lo prueba la historia cuando observamos los matrimonios entre sus familias y las alianzas entre unos y otros.

Esto prueba que aquello que nos acerca a Allâh no es solamente la recitación exhaustiva de unas letanías que se toman como una lección que se haya de estudiar, sino la cercanía del corazón hacia aquellos que se han acercado a Allâh, así como hacia los que comparten tú mismo objetivo.

Leemos, por poner un ejemplo, en las vidas de Sidi Saˤid, el maestro de ˤAbdul Karîm al Ŷilî, como este maestro recitaba el Corán boca abajo, colgado de los pies en la boca de un pozo. Antiguamente las gentes mortificaban su nafs para acercarse a Allâh y prescindir de sus pasiones, que en su conocimiento eran el velo que les separaba de la Verdad.

Hoy, en este tiempo, esas prácticas de ascetismo se encuentran desaconsejadas para seguir el camino espiritual; no se trata tanto de preservarse de las tendencias mundanales del nafs, como de prescindir del propio egoísmo y el mal entendido amor propio en beneficio de aquellos que nos necesitan.

Dice el Profeta en un hadiz que los creyentes somos como un cuerpo en el cual cuando un miembro se encuentra dañado el resto del cuerpo se resiente. Este hadiz no es una entelequia, ni siquiera un concepto para hacernos comprender una verdad subyacente. Antes bien, se trata de una realidad, de una situación que podemos vivir todos los días.

Es por esto que siempre avisamos contra aquellos falsos maestros que, cuales ladrones de caminos, roban la confianza noble de tantos y tantos para llevarlos por el mal camino. Pues, si hay una realidad que no haya cambiado de antes a ahora, es que sin un verdadero maestro no se puede recorrer el camino; no se puede acercar uno a Allâh sino con la ayuda de aquel que ha heredado del Profeta el arte de presentar las almas en la puerta de Allâh. Y es, sabiendo esto, que hoy el diablo se ha apostado en el camino disfrazado de maestro.

En realidad, la Vía del Amor lo tiene todo: en ella uno renuncia a lo suyo por los otros; en ella la generosidad, el desprendimiento, los buenos sentimientos, los corazones blancos se muestran en la luz de una vía en la que solamente fracasan los incautos, los pagados de ellos mismos y aquellos que abusan de la confianza y del amor ajeno. La hermosa combinación entre pedir perdón a Allâh, hacer salawat por el Profeta, proclamar la Unicidad de Allâh y la relación de proximidad incondicional con aquellos que te acompañen en el camino, es garantía de éxito. Con ello llegarás al maqam de proximidad que Allâh ya te había preparado antes del comienzo de los tiempos; estarás en paz y seguridad (bi salamin aminin).

¡Ay de ti! Si abusas de aquellos que adelantan hacia Allâh serás  peor que aquel quien se aposta al lado de las caravanas para robar las pertenencias a adultos, mayores, mujeres y niños. Abusar de la confianza es traición.

Como decía el maestro Abu Madyan en esta qasida:

“El bien se encuentra en la compañía de los fuqara’. Ellos son los sultanes y los emires”

Como dijo a los fuqara’ el Šayj Al ˤAlawi:

“Vosotros sois los reyes de la tierra en tanto que estéis en la Presencia de Allâh”