La cercanía de Allah

A-s-salamu ˤalaykum – La paz sobre vosotros

La cercanía o lejanía de Allâh va en función de nosotros, no de Él.

En una ocasión, un grupo de personas vino a ver a mi maestro. En aquellos entonces yo había dejado su grupo, pues era dirigido por una de aquellas personas que aman manipular las almas. Este grupo, habiendo sabido por terceros que yo frecuentaba ese maestro, vino a verle sin decirme nada, ya que su principal motivación era la de ocupar aquello que ellos consideraban una situación de privilegio. Con esta actitud agotaron la paciencia del maestro que tuvimos antes, hasta el punto de que poco antes de fallecer hubo de venir a decirme que estaba cansado de esas gentes y de sus egos.

Mi actual maestro, con el que yo llevaba ya dos o tres años, se extrañó que aquellas gentes no me avisaran de su viaje. Le pareció una deslealtad y un golpe de astucia que delataba que clase de interlocutores tenía delante suya. Así que, preguntado por ellos si era alguien que pudiera guiar respondió que no. Y lo hizo, según al poco me hizo saber, porque esa gente con su actitud se había cerrado previamente las puertas a una posible guía. Eran gente, según él, que habían venido a buscar problemas.

No obstante, les lanzó una pica diciendo: “Me ha extrañado mucho que no hubierais dicho a Abdul Karim que ibais a venir. Allâh está cerca, pero ¿Y vosotros, dónde estáis? ¿qué guía podría daros nadie viniendo como habéis venido?»

Les dejó claro que su astuta actitud no encontraría agrado en alguien sincero y honesto como él, y que ese era el motivo por el que se irían con las manos vacías.

Hermanos, el ji’ana, la traición, ha cerrado a muchos las puertas del Bien. Nuestra Umma ha tenido que lidiar con la traición en todo su recorrido. El ansia del poder ha hecho que, una vez y otra, los Yussuf se hayan visto traicionados por sus hermanos. Pues el modelo de los hermanos cananeos con los inocentes y sinceros de la Umma se repite una y otra vez al ser una historia que Allâh ha dado como ejemplo a la Humanidad entera.

Pero vayamos a la cercanía de Allâh. Dice El – exaltado sea – en el Corán:

Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra. Estamos más cerca de él que su propia vena yugular. (50-16)

Un hadiz qudsi, aún, nos recuerda la cercanía de Allâh, aun a pesar de nuestro olvido o de nuestra incapacidad para detectarla.

Abu Hurairah -que Allah esté satisfecho con él – transmitió: El Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dijo: “Allah, Exaltado sea, dice: “Soy como mi siervo piensa que soy, y estoy con él cuando se acuerda de Mí. Si Me recuerda en sí mismo, lo recuerdo en Mí mismo; si me recuerda en una reunión, lo recuerdo en una reunión mejor que esa; si él se acerca a Mí un palmo, Yo me acerco a él un brazo; si él se acerca a Mí un brazo, Yo me acerco a él una brazada; si viene a Mí caminando, me precipito hacia él”.

Recopilado por al-Bujari y Muslim.

Establecido entonces de manera preclara que Allâh se encuentra cerca, podemos deducir que, siendo que El se comporta con nosotros según la idea que nos hacemos de El, quien Le considera lejos o Le olvida, es él precisamente quien se ha alejado de Allâh. Pues la lejanía o cercanía de El depende del comportamiento y la actitud del servidor, de sus intenciones, amplitud de miras y sinceridad.

Los hermanos cananeos traicionaron a Yussuf – sobre él la paz – por que así pensaban encontrarse más cerca de su padre, el profeta Yaˤqub – sobre él la paz – y por tanto de Allâh. Y esto, en cierta manera, es también tratar de condicionar al Creador de los cielos y de la tierra, queriendo que nos preste atención cuando nosotros hacemos exactamente lo contrario de lo que El ordena y recomienda. Pero el ególatra, ciego, sordo, mudo, creyendo que, por derecho propio, él ha de ser mejor, llevado por su narcisismo y por su pasión, prefiere la traición, y con esa actitud se aparta, más y más y más de Allâh, condenándose él mismo al destino que es precisamente el contrario a lo que él mismo decía buscar.

¡Cuántas veces ha ocurrido algo semejante en la historia de nuestra Umma! ¡Cuántas traiciones y deslealtades en la busca del poder! Gentes ciegas, incapaces de comprender que Allâh ha creado gentes mejores y más capaces que ellos, que impiden a sus hermanos, con sus actitudes, poder llegar a altas cimas, a alturas inexploradas; gentes que lastran el desarrollo del Islam.

Gentes a quienes, cuando se les recrimina su desleal actitud te responden que hablar mal de ellos está prohibido por Allâh, buscando así tener el terreno despejado para ejecutar sus comportamientos turbios y hacer mal a quienes ellos llaman hermanos, y a quienes traicionan, un día sí, y también el otro. Gentes que son muros de contención que impiden que fluya el Bien y la Misericordia; gentes que están ahí para estorbar y destruir.

Allâh está cerca, y ellos están en las antípodas de El.

Si tu consideras, ¡oh ciego! Que Allâh está lejos, pobre de ti. Si tú crees que cuando perjudicas a otros Allâh no te vé, ¡pobre ciego!

Abdul Karim Mullor