La adulteración del Corán
«Él es Quien te ha revelado la Escritura. Algunas de sus aleyas son
unívocas y constituyen la Escritura Matriz; otras son equívocas. Los
de corazón extraviado siguen las equívocas, por espíritu de discordia
y por ganas de dar la interpretación de ello. Pero nadie sino Alá
conoce la interpretación de ello. Los arraigados en la Ciencia
dicen:«Creemos en ello. Todo procede de nuestro Señor». Pero no se
dejan amonestar sino los dotados de intelecto» (3-7)
¡Ay de los que reescriben el Libro con sus propias manos y luego dicen: Esto procede de Allah! Lo hacen vendiéndolo a bajo precio. ¡Ay de ellos por lo que han escrito sus manos!
¡Ay de ellos por lo que se han buscado! (2-79)
El Libro de Allah es sagrado, por un lado lo es en cuanto a su escritura, pues ha sido revelado en árabe, y por otro lado, en cuanto a su Mensaje; no pudiendo persistir la una sin el otro.
El Corán no se puede cambiar en árabe ni tan siquiera en una sola letra. Aún así algunos han querido hacerlo sin éxito, vista la imposibilidad tácita por el gran número de musulmanes que han memorizado completamente el Libro de Allah.
Cuando en el siglo XVIII M. Hempher se apoyó en el cliente inglés Muhammad Ibn Abdul Wahhab para crear la doctrina herética del Wahabismo, una de las exigencias que le transmitió de parte de la corona inglesa era la de cambiar el texto del Corán. Otra exigencia fue la de destruir la Kaaba so pretexto que los musulmanes la adoraban. Del total de seis exigencias de la corona estas dos fueron las únicas que no pudo satisfacer ya que los musulmanes no podrían aceptar ni lo uno ni lo otro. Si consiguió falsificar cuantos hadices pudo bajo el pretexto de esa doctrina falsa de la unicidad, la cual no es otra cosa que una trinidad wahabita-salafista. Ya escribimos sobre esta trinidad en nuestros artículos sobre el Wahabismo. Nunca los wahabitas abandonaron la idea de cambiar el Corán, tal y como lo han hecho con la Sunna. La conversión de una multitud de musulmanes cuya lengua vernácula no es el árabe les dio la oportunidad de oro.
Bajo la excusa de ser una traducción han sido escritos algunos libros que pretenden ser una traducción del Libro de Allah. En ellos, no solamente han sido cambiadas con maldad las Palabras divinas, sino que se han añadido frases entre paréntesis a las de Allah simulando lo que nuestro Señor quisiera decir (en su entelequia), adulterando de una manera blasfema las Palabras incambiables de nuesto Señor.
El colmo y la cúspide de la maldad llega cuando la excusa diablesca que dan estos elementos es que toda traducción es una interpretación.
Yo he traducido muchos libros del francés al español, y yo traduzco; nunca interpreto. Porque interpretar es no conocer la lengua de la cual se traduce, mientras que traducir es adaptar de manera exacta el texto original a la lengua de destino.
Bajo esta excusa deshonesta en ciertos libros se han realizado las mayores obscenidades; cambiando una y otra vez las Palabras de Allah, e interpretando entre paréntesis, cuando, como podemos leer en la primera aleya que hemos presentado, este es un hecho totalmente condenado por Allah.
Ocurre entonces que la segunda aleya la cual se refiere a los que han escrito el Libro con sus manos, se refiere a este tipo de personajes que han realizado lo que acabamos de comentar.
Nos encontramos entonces ante una adulteración premeditada, voluntaria y blasfema del Libro de Allah.
Evidentemente, aquellos convertidos al Islam procedentes de otros países, creerán al leer estos textos adulterados que se trata de una traducción fiel del Corán, y en ello se encuentra el segundo hecho malévolo; siendo el primero adulterar el Corán, y el segundo extraviar a las gentes inocentes que buscan acercarse a la Palabra divina con total sinceridad.
Hoy no corresponde hablar de los personajes que han colaborado en este fraude, pues eso ya lo haremos en un escrito posterior, que realizaremos en el año que viene, en el cual, en forma de Fatwa, proclamaremos el absoluto fraude de estos escritos y aclararemos cual es el estatus de aquellos que se dieron a cambiar las Palabras de Allah, cosa que nadie puede hacer sin cesar de pertenecer a la Umma de Muhammad.
Ya en su día hice un pequeño estudio donde demostré la adulteración de la surat al Qadr de parte de Isa García, el cual podrá servir como preludio de lo que vendrá posteriormente.
http://alandalusunasolaumma.blogspot.com/2015/02/ejemplo-de-las-traducciones-viciadas.html
Que Allah nos proteja de los que venden la Verdad con cosas de poco precio
Abdul Karim Mullor para Esislam – Islam en español