¿Islam progresista? Perdone usted ¿eso qué es?
A-s-salamu ‘alaykum – La paz sobre vosotros
Islam progresista: Un término que no nos lo podemos tomar en serio.
Siempre nos ha hecho gracia este término utilizado por algunos de “Islam progresista”. Uno no sabe muy bien a qué atenerse con el dichoso término, ni qué es exactamente lo que con él quieren expresar quienes lo utilizan; quienes, con toda seguridad, no podrán darnos nunca una respuesta precisa, porque ni ellos mismos saben lo qué es con toda seguridad. Rápida y automáticamente fluyen ante nosotros las imágenes de esos marcianos con orejas picudas de las series de Ciencia- Ficción y nos preguntamos si entre todos esos no habría ya musulmanes progresistas y precursores que surcaran las galaxias siderales en busca bichos de toda especie.
La palabra progreso en ella misma significa avanzar en una dirección determinada hacia un fin. En función de esto, el término “progresista” debería significar “avanzar hacia una meta” o “avanzar por un camino”. Ahora bien, mucho nos tememos que ese término progresista utilizado junto a la palabra Islam sea algo mucho menos preciso, concretamente algo utilizado para justificar todo tipo de disparates y de inventos peregrinos.
Ya en principio, el Islam no puede ser progresista; y ello habida cuenta de que el mismo fundador, es decir el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – manifestó que no llegará un tiempo en la práctica del Islam que no sea peor que el anterior. Y es así que, desde este prisma, que es auténtico, el Islam, hoy por hoy, sería antes bien “regresivo”, siempre que fuera susceptible de mejora o empeoramiento, cosa que ya aseguramos es imposible; y ello en el orden general únicamente, puesto que gentes iluminadas por Allah y verdaderos creyentes, aunque menos, también existen en nuestra época. ¿Pero quién escucha en estos tiempos las palabras de la Verdad? La Verdad existe y ni mejora ni empeora porque es perfecta y completa.
En realidad, el jocoso término lleva escondido detrás de él realidades que más se acercan a lo tétrico que a la inocencia nacida de una simple ignorancia. No hay inocencia detrás, ni mucho menos, sino un plan bien configurado que, como todos los planes destructores, no ha tenido en cuenta que “Allah es el mejor de los que maquinan”.
Ciertamente, este término es utilizado frecuentemente para intentar justificar cualquier tipo de prácticas tendentes a minar las bases del Islam desde dentro. Aparentemente contrario al radicalismo, sus bases son las mismas que las de éste, y su metodología también lo es; y dichos métodos se amparan en ambos casos en dos puntos fundamentales, que son:
A/ Negar o relativizar la Sunna
Para
B/ Interpretar el Corán CUQ (como uno quiera)
Y con ello
Cambiar el Din siguiendo las directrices de la o de las secta/s
Mientras los haramistas dicen que todo está prohibido; los “progresoides” dicen que todo vale. Lo mismo da abandonar el camino del medio por el de la izquierda o el de la derecha, porque de estos dos últimos ambos son iguales.
“Muchachos, somos progresistas y vamos a cambiarlo todo. Hemos visto la luz; se nos ha aparecido el espíritu santo en forma de bombilla y ha iluminado nuestros privilegiados cerebros. Un espíritu santo que, a veces, también se aparece en forma de Dólar y de Euro; ¿cómo vamos a impedir que nos ilumine?”
Para los progresistas:
A/ Rezar detrás de un hombre solamente es Patriarcado; que en tiempos del Profeta – sobre él la plegaria y la paz –, los compañeros, la segunda y la tercera generación y en el resto de los siglos, siempre la plegaria mixta la dirigieran los hombres, eso poco importa. Al Profeta se le utiliza para lo que conviene, y para lo que no, se le aparca a un lado. La Sunna es de usar y tirar, y el Corán, por qué no decirlo, también.
Pero hoy no vamos a extendernos en este tema. Dejemos que, en breve, una sabia mujer musulmana hable sobre este asunto de que haya mujeres que quieran presidir las plegarias (por decirlo de alguna manera) de los hombres, y ponga a cada uno/a en su lugar, no sea que nos tache de “patriarcal”. Siempre lo hemos dicho: de los asuntos de la mujer, mejor que hable la mujer.
B/ Creer en lo que creyeron 50 generaciones de musulmanes es inmovilismo
C/ Ser serio con el Corán y con la Sunna es ser radical
D/ Formar una familia islámica es escolástico y anacrónico.
Mucho nos tememos que detrás de estas teorías fantásticas no se encuentren lobbies cuyo objetivo sea el de la destrucción de las bases del Islam; precisamente los mismos que andan detrás de las sectas llamadas “radicales”. La finalidad siendo la misma, hágase de múltiples maneras para así hacer creer a unos y otros que piensan y escogen con libertad.