Hablando sobre la mujer musulmana

Por Zineb Badr

Zineb Badr, hija del chayj Salah Badr, es una mujer de vasto conocimiento del Islam. Actualmente es profesora de religión y dirige un grupo de mujeres, así como antes lo hizo en Bruselas, donde formó, ya hace 30 años una asociación que hoy por hoy continúa existiendo. Es asimismo conferenciante, habiendo impartido conferencias y clases de Islam en Bruselas, París, Holanda y Ceuta. Vayamos al texto:

Hikam de Zineb Badr – 1

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Voy a escribir, con el permiso, el conocimiento y la ayuda de Allah, tomando como base las palabras del Qur’an y de la Sunna, una serie de consejos que ayudarán a las hermanas a comprender el Islam en su profunda verdad. Con ello podrán guiarse y conocer lo que Allah quiere de ellas y qué manera es la mejor para servirle. Consejos estos referentes al comportamiento de la mujer con Allah – exaltado sea – , Rasul  – sobre él la plegaria y la paz – su esposo, sus padres, sus hijos, el resto de su familia y la Umma Muhammadi. Y esto con el fin de darla seguridad y paz  en su vida personal y espiritual. Es pues con el conocimiento de que cuanto digo lo veré y será evaluado ese día, con el cual os transmito esas palabras fruto de un conocimiento tan legítimo como verdadero:

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Al Hamdu li-l-Lah que El ha iluminado el cerebro del ser humano con el ‘ilm (la Ciencia).

Allah – ta’ala (exaltado) – cuando ha impartido el ‘ilm no ha hecho distinción alguna entre el hombre y la mujer. En dicho ‘ilm hay grados dependiendo del conocimiento que  de él tienen los seres humanos, así como de la capacidad de asimilarlo. Al primer ser humano a quien ha sido dado el ‘ilm fue sayyidina Adam (sobre él la paz):

Wa ‘allama Adama al-asma’a kullaha (y mostramos a Adam los nombres de todos los seres) – (2-31)

Es por ello que a los ángeles les fue ordenado prosternarse ante Adam. Antes de esto ningún ángel había realizado suŷŷud alguno ante criatura otra que Allah; sin embargo, les fue ordenado prosternarse ante Adam a causa del ‘ilm que Allah le había otorgado. He aquí pues como el primer ser humano de la creación, fue Adam, y Adam era hombre.

Después de este episodio con los ángeles, fue creada la mujer. Ella ha sido creada del hombre, como dice el hadiz; poniendo en boca de sayyidina Ibrâhîm – sobre él la paz –  estas palabras:

La mujer ha sido creada de la costilla de Adam…….

Allah pues, no ha creado a la mujer de la tierra, como a sayyidina Adam (sobre él la paz), pues Él es Hakim. Ha creado a la mujer del hombre, para que de esta manera ambos tengan necesidad el uno del otro, y así puedan comenzar y realizar su trabajo en la Dunya apoyándose mutuamente.

Es pues el acontecimiento de haber sido creada en segundo lugar designio de Allah para hacer comprender a la mujer que ella necesita del hombre, y al estar con él, codo con codo, puede participar del ‘ilm al mismo nivel que él.

En virtud de que la primera creación del ser Humano fue hombre, todos los profetas han sido hombres. Ninguna mujer ha conocido nunca el ‘ilm como lalla ‘Aisha – que Allah esté satisfecho de ella – , y ella aprendió de Rasul, así como Fatima Sahra. De la misma manera, Asiah, aprendió de sayyidina Musa (sobre él la paz), Rabbi’a-l-Adawiyya aprendió de Sufyan a-t-Tsawri, lalla Maryam aprendió de Zakariyya (sobre él la paz).

La religión de Allah nos da esta Sunna como guía para la mujer que tiene la religión. El Din tiene límites que le dan consistencia. La mujer que acepta la religión los respeta. Aquella que no la acepta, estoy segura que hará y dirá cuanto su nafs y el Chaytan la inspiren.

Como he dicho anteriormente, Adam – sobre él la paz – fue creado antes que la mujer. Ahora bien, cuando ambos descendieron a la tierra, lo hicieron al mismo tiempo. Incluso la falta cometida por ambos no tiene un autor especial, siendo los dos responsables del mismo.

Allah, desde ese preciso momento, ha dado al hombre una fuerza física que no ha sido concedida a la mujer, y esto con el fin de ser capaz de efectuar tareas consecuentes con su naturaleza. Al mismo tiempo, Allah ha concedido a la mujer un físico consecuente con otra clase de tareas. Vemos como es la mujer que da a luz, y durante el tiempo que la es posible amamanta a la criatura; y en virtud de ello resulta claro comprender como es a ella a quien le ha sido destinada esta tarea con su descendencia.

Después que ha descendido a la tierra la mujer tiene una tarea especial concedida por la Hikma (Sabiduría de Allah). Al mismo tiempo al hombre le correspondía todo lo pertinente a traer al hogar cuanto es necesario para cubrir lo elemental. Así la mujer, tranquila, sin deber ocuparse de otra cosa, podría disfrutar de la paz suficiente para ejecutar la gran tarea para la cual Allah la ha destinado.

El hombre no ha descendido a la tierra trayendo con él un proyecto diseñado por él mismo, sino que ha sido delegado por Allah para ser Su jalifa (representante). Es Allah, cuando le hizo descender, Quien le ha mostrado todo cuant debía realizar. Nos relata el Qur’an como antes de crear a la mujer, Allah manifestó a los ángeles Su decisión de crear un jalifa en la tierra.

Perdonad un inciso, aquí estamos hablando de un verdadero hombre, no de aquellos quienes se encuentran extraviados, o aquellos quienes por el hecho de haber estado en la universidad piensan que conocen mucho. No estamos hablando del género masculino, sino de los hombres sólidos, responsables, quienes son conscientes de sus capacidades y obligaciones, quienes tienen temor de Allah y de no estar a la altura de su tarea y de tomar la ‘Amana de Allah – exaltado sea – .

Este tipo de hombre es el más atento con la mujer. Ya que la mujer ha salido de él, se convierte en su protector: se desvela por ella, por complacerla y porque se encuentre en el buen camino. Atiende a sus necesidades con diligencia y no pierde nunca su consciencia de la responsabilidad hacia ella.

Pero esta responsabilidad fue dejada de lado por el hombre, fundamentalmente después de la partida de sayyidina ‘Isa – sobre él la paz -, hasta el extremo en que dejó a la mujer condenada a su suerte. Una vez los verdaderos hombres desaparecieron casi por completo de la tierra, la mujer se vendió en los mercados, se la casaba por fuerza, se la enterraba viva, en resumen, se la trataba como un objeto.

Hasta que llegó el mejor de los seres creados, sayyidina Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -. Desde ese momento ella ha encontrado un lugar el cual no había vislumbrado hasta entonces. Con él, la mujer ha escalado hasta la cima del honor, cobrando una importancia inusitada. Con Rasul, la mujer estudia, va a la guerra, estudia medicina, trabaja con ellos y cobra una parcela de respeto tal y como nunca lo hubiera soñado antes; hasta el extremo de que un hombre no puede aproximarse a ella sin tener su permiso y el de la familia de ella.

Como dice el hadiz:

El matrimonio es la mitad de la religión

Inclusive para muchos asuntos, Rasul – sobre él la plegaria y la paz -, pedía en algunas ocasiones consejo a sus esposas o a las mujeres de la familia.

Qué triste que después de la época de Rasul, la mujer en lugar de llegar a ser vendida en el mercado, como en la época anterior a Rasul, ahora es ella la que sale a venderse por decisión propia en muchos mercados…

Y ahora veremos cómo podemos rescatar esta mujer de este agujero para que nuestras hijas y hermanas no caigan en la trampa en la cual ha caído en esta época. Con nuestros consejos y la ayuda de Allah, intentaremos devolverla el lugar que la corresponde.

Para salvar a la mujer musulmana de su situación actual es necesario establecer un modelo de verdadera mujer musulmana a seguir, por ejemplo, como lalla ‘Aiša y las mujeres que han estado al lado de Rasul – sobre él la plegaria y la paz – .

Mujeres musulmanas que se asemejen, aunque fuere un poco, a ese modelo de mujer, existen en un número bien escaso en la actualidad. Sin embargo, la verdadera causa de esta ausencia es la escasez de hombres verdaderos en nuestra Umma. Los hay, pero muy muy pocos.

Pero para establecer el modelo de mujer, estamos obligados a determinar el modelo de hombre. Es necesario pues el hombre para edificar la mujer, y una vez esto hecho, ella es necesaria para edificar la sociedad. La sociedad está basada en la mujer, de tal manera que si la sociedad goza de buena salud es a causa de la pureza de la mujer y de que su modelo se encuentra bien establecido, mientras que, en caso contrario, cuando esto no ocurre, la sociedad se corrompe. Podemos así decir que la mujer hace el papel de pilar social y mismamente de fundamento de la sociedad. Dice un Hikam:

La mujer perfecta equivale al mundo entero

Rasul – sobre él la plegaria y la paz- dijo:

“El Paraíso se encuentra a los pies de la madre”

Como sabéis hay cuatro mujeres establecidas como modelos para el mundo entero (Jadiyya, Fatima Sahra, Maryam y Asiah). Estas mujeres han dado ejemplo de cómo debe ser el trabajo de la mujer al lado de un hombre: Jadiyya con su esposo, Fatima Sahra con su padre, Maryam con sayyidina ‘Isa y Asiah con sayyidina Musa. Aún y cuando hayan pasado más de mil años, todavía continuamos hablando de estas mujeres, y ello a causa del trabajo ejemplar que hicieron al lado del hombre en el cual se apoyaron. Ellas trabajaron con un Iman firme y una completa veracidad.

La mujer en la actualidad pierde el tiempo pensando en los derechos y en la libertad que les concede la sociedad consumista. Sus referencias son la publicidad, los mensajes sociales, escuchar mentiras interesadas en nombre de pretendidas “ciencia” y “cultura”, utilizadas con el único fin de hacer ganar cada vez más dinero a quienes más tienen. Basándonos sobre estas mentiras, la mujer en lugar de construirse marcha hacia la destrucción.

El problema que tiene la mujer actual es su falta de reflexión con respecto al modelo de las mujeres que han estado al lado del Profeta, apoyándole en toda situación y convirtiéndose en sahabats (compañeras) del Profeta. Ellas estuvieron con él en las dificultades y en las miserias, en los buenos y en los malos momentos. Es gracias a ellas, junto con los Compañeros, que podemos contar catorce siglos de Islam. Evidentemente no pretendemos ser iguales a ellas, aunque si deberíamos al menos, asemejarnos lo más posible al modelo que representan. Para tomar este ejemplo no es necesario primeramente dedicarnos a mirar los acontecimientos históricos. Lo que, sin embargo, si debemos hacer, es ir a la raíz de su comportamiento, a la base, para así poder asimilar el modelo que pretendían transmitirnos.

Permitidme recordaros una historia acaecida en aquellos tiempos:

En tiempos del Profeta, a la ocasión de una batalla, una vez terminadas las hostilidades, un sahaba invitó a Rasul a su tienda, pidiéndole por favor que aceptara y llevara consigo a algunos Compañeros. Rasul accedió, y el hombre se apresuró a advertir a su esposa que debía hacer comida para los invitados. Una vez llegada la hora, el Profeta se presentó acompañado de todo su ejército. Asombrado y muy preocupado, el hombre acudió a su esposa a notificarla que se había presentado a comer algún que otro millar de personas.

La mujer dijo a su marido: “Cuando Rasul se ha presentado con todos ellos, sabiendo lo humildes que somos y que no podemos atender a todos, debe tener una razón. Yo he hecho mi trabajo que es hacer de comer la cantidad de la cual disponíamos, deja ahora al Profeta de Allah hacer el suyo”.

El Enviado de Allah llegó, pero no se dirigió al lugar destinado para comer, sino que se dirigió directamente a donde estaba la mujer con su marmita, introdujo su mano en esta, y la comida comenzó a producirse en tal cantidad que todos los soldados quienes participaron en la batalla se saciaron. La misma marmita siguió produciendo alimentos para aquella familia durante unos años más.

He aquí el ejemplo de una mujer de Iman.

Estáis conmigo que la mujer actual se encuentra lejos de la de este ejemplo.

Que Allah nos haga parecernos a estas mujeres verídicas y ejemplares.

Seguiremos hablando dentro de poco, in sha a Allah

   Salam