Filosofía islámica

Assalamu alaykum – La paz sobre vosotros

Podemos decir que, a nivel universal, la Filosofía es la fuente de la búsqueda de  la Verdad y de la naturaleza real del Ser humano. Ahora bien, ambos aspectos son asimismo dos de los más importantes a tener en cuenta en las religiones, junto con el de la naturaleza Divina y su actuar sobre el Universo, tomando éste como el total de Su Creación.

Así pues, por este motivo, la Filosofía islámica se ha visto condicionada por la Doctrina, la cual viene expresada mediante la Revelación. No queda pues mucho margen para la búsqueda filosófica sino es en el campo de la composición intrínseca de la naturaleza humana, dejando los universales al buen cuidado de la Fe y de la Doctrina.

Es en este sentido que nos extraña escuchar las afirmaciones de ciertas personas que dicen que los filósofos musulmanes han bebido de fuentes griegas, fundamentalmente de Platón y Aristóteles. Aquellos quienes apoyan esta tesis se han olvidado que la Verdad y el conocimiento siempre han estado presentes en el mundo, y que quizás, como así lo comprendemos nosotros, el parecido con las tesis griegas de las de algunos filósofos musulmanes, tenga que ver más con un conocimiento universal, común a ambos, que con un beber de las fuentes griegas, como algunos aseguran, haciendo acopio de un análisis simplista muy poco acertado.

Podemos decir que, desde el punto de vista del Islam, la Filosofía puede dividirse en dos enfoques diferentes, complementarios a su vez. El primero de ellos consiste en buscar la naturaleza humana tomando como soporte la Razón y la Lógica con el apoyo de los textos revelados; y en este sentido se trata entonces de una Filosofía especulativa; siendo la otra visión el resultado de un conocimiento supra racional de lo Universal que desciende para explicar, desde la claridad del conocimiento directo, cuál es la naturaleza del Ser humano y de su entorno vital.

Es a esta rama de la Filosofía que nos vamos a referir en el texto que presentamos a continuación. Tradujimos un tratado de Filosofía islámica, escrito por el Šayj Aḥmad Ibn Mustafa Al  ˤAlawi del cual os presentamos los dos primeros capítulos.

Ha aquí el texto, el cual iremos presentando poco a poco, a fin de que se pueda ir reflexionando sobre él:

PRIMERA TESIS

La extracción de la Humanidad de sus tres orígenes

 La humanidad ha sido extraída de sus tres orígenes, a saber: del reino mineral (Mutlaqa-l-yismiyya) – literalmente la generalidad de los cuerpos físicos o el mundo psíquico en el sentido estrictamente material), del reino vegetal (Al-‘Aŷsana-l-namiya) y del reino animal (Al-‘Aŷsana-l-hayawaniyya). Es posible decir de estos tres que son inferiores al hombre con respecto a su posición (Al-Makan) y superiores en cuanto a la generalidad (Al-‘Ammiyya). En efecto, la animalidad es más general que la humanidad; y a fortiori el mineral que el vegetal.

 La separación del hombre del mineral fue adquirida por su capacidad de crecer (A-n-Numuw), vibrar (A-d-dubul) y perecer (Al-haraka-l-‘irti’ašiyya). La adquisición de estos tres caracteres le permite participar del reino vegetal, del que fue separado gracias al flujo vital (Al-Farada-r-Ruḥi) el cual precisa de ciertas cualidades sensitivas (Al-‘Idrakata-l-ḥissiyya). Estas últimas cualidades le permitirán el formar parte del mundo animal, del cual fue separado por la razón especulativa (Al-‘Aqlu-n-Nasarî – designando generalmente la acción del pensamiento, más particularmente religioso)

 Al igual que es su razón especulativa la cual ha desenraizado al hombre de las cosas inferiores y bajas, es ella quien la ha vinculado a las cosas superiores y celestes. Además, ella es considerada como un enlace entre las dos posiciones opuestas: la superior y la inferior.

 Es únicamente a este nivel que la humanidad puede existir. Es a propósito de esta liberación relativa que Allâh dice: “El os creó por etapas sucesivas” o aún: “Después Nos le creamos de una creación nueva” (Corán, 71-18).

Conclusión de la primera tesis

 Que cada uno considere su separación y su liberación con respecto a las cosas inferiores, así como su vínculo con las cosas superiores y sobre todo que busque bien la causa de esta separación, a fin de perpetuarla y a fin de no formar parte de las cosas generales.

SEGUNDA TESIS

Lo que experimenta el hombre con respecto a sus tres orígenes

 El hombre se encuentra sólidamente anclado en sus elementos inferiores (en general), pero sus lazos con el mundo animal son más sólidos que aquellos los cuales conserva con el mundo vegetal, y estos últimos son más sólidos que aquellos los cuales le vinculan al mundo mineral. Así, el es sensible a la animalidad cuando ella se encuentra perturbada; y esto sin que él conozca exactamente la razón.

 Al contrario, ella es mucho menos sensible a la tala de árboles, por ejemplo.  De la misma manera, él se preocupa mucho más vis a vis del mundo vegetal que a la vista del mundo inerte. Su sensibilidad hacia el mundo animal es debida a la fuerza de los lazos los cuales mantiene con ella y porque él (el ser humano) está obligado a tenerla en consideración, así como a ocuparse de ella. Por otro lado, la fuerza de las emociones del hombre depende del grado de humanidad que se encuentra en él.

 Sería capaz, si estuviera desprovisto de toda humanidad, de no experimentar la menor emoción al contemplar la aniquilación de la especie humana toda entera, así como de compadecerse a la vista del más pequeño animal.

 Es a estas gentes desprovistos de toda humanidad que hace alusión, exhortando, la palabra de Allâh – exaltado sea -:

Los siervos del Misericordioso son aquellos que marchan humildemente por la tierra y que dicen Paz a los ignorantes que se dirigen a ellos” (Corán 25-63); siendo el punto importante: “Que marcha humildemente sobre la tierra”.

Conclusión de la segunda tesis

 Que cada uno considere su comportamiento y sus emociones (Mu’amalatih wa ‘ihsasatih,) en relación a sus tres orígenes y que corresponda a sus obligaciones hacia ellos según la calidad de la relación que él mantiene con ellos.