Explicación (tafsir) de un hadiz de grandioso significado
En un hadiz recopilado por Al Hakim, podenos leer las siguientes palabras del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:
Aquel quien posee las cuatro virtudes siguientes, Allâh – exaltado sea – le prohibirá el fuego y le preservará del diablo. Se trata de que él se controle cuando desea ardientemente, que sea temeroso, que busque con fervor y que se controle cuando se encoleriza. A aquel quien posee las cuatro cualidades siguientes Allâh –exaltado sea – desplegará Su clemencia sobre él y le hará entrar en el paraíso, se trata de aquel quien da al miserable, de aquel quien tiene piedad por el débil de aquel quien trata amablemente su madre, a su esclavo, y gasta de lo que posee por su padre y su madre
Los hadices son las palabras y los actos del Enviado de Allah, tal y como lo hemos dicho en otras ocasiones. Estas palabras o hechos pueden tener un carácter general, o bien ser producto de acontecimientos específicos que sirven de detonante y de causa aparente. Sea como fuere, en ambos casos, necesitan de un análisis paralelo al que precisan las aleyas del Libro revelado, llamado tafsir. En dicho tafsir se analizan las causas que activan el hadiz, si las hubiere, así como las aleyas del Corán a las cuales el hadiz puede aludir, o que puedan completar su contenido.
En este caso el hadiz que acabamos de exponer contiene un significado de orden general, no habiendo por tanto causas aparentes que hayan dado lugar a estas palabras del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – , las que han sido sin duda alguna pronunciadas como enseñanza a los verdaderos creyentes de su comunidad.
Las aleyas del Corán que nos hablan de estas virtudes son decenas, quizás centenares. Ahora bien, el Profeta especifica dichas virtudes y acciones diciendo que el conjunto de una y otras pueden producir la dicha eterna y liberarse de la influencia del diablo.
Habida cuenta de esto, vamos a enumerar todas y cada una de las virtudes y de los actos recomendados en estas palabras, así como el efecto que produce su cumplimiento:
Que Allah nos preserve del fuego es sin duda alguna el anuncio del Paraíso; pues son estas las dos únicas moradas que existirán en la vida del Ajira.
Pero que Allah nos preserve del diablo, es sin duda, algo de un extraordinario alcance ya que, como podemos saber por otros hadices al respecto, el diablo circula por nuestras venas. Así pues, estar preservado de él es una condición que denota de una gran seguridad para el creyente.
“Que él se controle cuando desea ardientemente”. Se refiere a los caprichos de nuestro alma (nafs), la cual siempre nos urge para intentar conseguir sus exigencias. Espoleada por los susurros del diablo nos presenta situaciones tales que parecería no haber otra solución que cumplir sus deseos. Es en esos momentos que con calma debemos comprender que no necesitamos hacer lo que ella nos exige y seguir con nuestra vida como si nada estuviera pasando.
que sea temeroso. Temeroso de Allah, en toda evidencia. Temor de cometer error o injusticia algunas a fin de no incurrir en el enfado de su Señor, ni en el alejamiento de Su presencia santa.
que busque con fervor. Esta frase es difícil de comprender para muchos musulmanes que creen que todo se limita a realizar lo obligatorio y a evitar lo prohibido. La búsqueda se refiere al conocimiento, y no a cualquier conocimiento, sino el de los signos de Allah, Sus luces, Su presencia santa, Su complacencia y Su Amor.
que se controle cuando se encoleriza. Otras recomendaciones del Profeta se refieren a este hecho. Cuando uno se encoleriza no hace otra cosa que dejarse llevar por su chaytan. El chaytan es de fuego, su naturaleza se incrusta en el ánimo del creyente y produce en él la cólera y la pérdida de su propio control. En esos momentos, que a todos nos pueden alcanzar, es de prescripción correr a beber agua y a hacer las abluciones; pues es el agua lo único que puede apagar el fuego.
A aquel quien posee las cuatro cualidades siguientes Allâh –exaltado sea – desplegará Su clemencia sobre él y le hará entrar en el paraíso
aquel quien da al miserable. Cuando damos al pobre, al miserable, en realidad damos a Allah. El Mismo nos lo asegura en un hadiz qudsi hablando de obras de caridad como visitar a los enfermos. Dar es devolver a Allah lo que El nos ha dado. En una ocasión el Profeta recibió un cordero como regalo y lo colgó en su patio. Las gentes pobres venían a pedir a su casa y Aisha les daba un trozo a cada uno, de tal manera que ya no quedaba del despojo que un trozo de la espalda. Entrando en casa el Enviado de Allah y viendo esto preguntó a Aisha cómo había desaparecido casi completamente el animal. Aisha le contestó que lo había dado en limosna hasta no quedar sino un simple trozo. Y el Profeta le dijo a Aisha que era ese trozo el que se había perdido, mientras que el resto lo habían ganado.
de aquel quien tiene piedad por el débil. Los creyentes son como un cuerpo que cuando se encuentra enfermo un miembro todo el cuerpo se resiente. Ayudar, asistir al débil es reparar una pérdida en ese cuerpo; asimismo ello ennoblece a aquel que ayuda sin estar obligado a ello.
aquel quien trata amablemente su madre, a su esclavo. Tanto el Corán que nos ordena el buen comportamiento con los padres, como los hadices nos informan de la gran importancia que reviste el amor de una madre para el creyente. Su madre le trajo a este mundo con dificultad y sufrimiento; se ocupó de él siendo niño, fue para él la manifestación más palpable de la Misericordia divina en este mundo. Es así que el hijo la debe reverencia, dedicación y amor. En cuanto al esclavo, y aunque esta figura ha desaparecido prácticamente del Islam, en aquellos tiempos tratarle bien era una prescripción de primer orden. Por humanidad, por caridad y por vergüenza de ver a alguien consagrado a tu servicio.
y gasta de lo que posee por su padre y su madre. Ellos nos lo dieron todo cuando éramos pequeños y ahora nos corresponde a nosotros.