Entre el sí y el no. Encuentro entre Averroes e Ibn Arabí
Entre la Filosofía y la Mística
Ofrecemos aquí el párrafo fundamental para la historia de la filosofía, en el que el maestro de las iluminaciones (futuhat), Muhiddin ben Arabí, narra de manera magistral su encuentro con el mayor de los filósofos andalusíes, Abu Walid ben Rushd, conocido en español como Averroes. Es el encuentro entre la razón aristotélica representada por Averroes y la Ciencia del Corazón, representada por Ibn Arabí. Razón frente a Revelación. Dualidad frente a No-Dualidad. Mente frente a Corazón. El Corazón es ese nivel de Conciencia más profundo y vasto que la mente racional, capaz de abarcar, de comprender las oposiciones irresolubles de la Razón desde una dimensión de conciencia superior. La filosofía occidental no logró superar la dimensión mental y aunque puede deshacer el entuerto que la propia mente ha creado, sin embargo, no puede atravesar lo que el Alcorán llama el azufaifo del confín, el límite donde la Razón queda aturdida, en suspenso, embelesada por el resplandor de la Realidad. La mente solo conoce la cáscara. Hay que amar para gustar el núcleo. Más allá del confín mental, solo el Amor sirve de guía. Inteligencia amorosa, ciencia sabrosa, gustativa, de la que el amor sentimental es meramente un pálido reflejo. El sufismo es pues esa ciencia del Corazón en la que, como escribiría Ibn Arabí: «La medida de tu conocimiento es la medida de tu Amor».
…
‘Entré un día en Córdoba en casa del qadi Abu Walid ben Rushd (Averroes) pues deseaba él conocerme, tras haberle llegado noticia de lo que Dios me ha había revelado en mi retiro espiritual y se mostraba admirado de lo que había oído. Me envió mi padre a su casa con no sé que pretexto, con el fin de que se encontrase conmigo, dado que mi padre pertenecía al círculo de sus amigos. Era yo a la sazón un muchacho imberbe. Cuando entré, se levantó de su sitio y vino a mi encuentro con grandes muestras de afecto y dándome un abrazo, me dijo:
-¿ Sí ? – y yo le respondí: – ¡ Sí ! –
Esa respuesta aumentó su alegría, al saber que le había entendido. Mas cuando sentí el motivo de su júbilo le dije: – ¡ No ! – Entoncés se quedó pasmado, se le demudó la color y me preguntó balbuciendo:
-¿Cómo pues explicáis vosotros la cuestión del kashf y del faid ilahí (la iluminación y la efusión divina)? ¿Es el mismo conocimiento el que nos proporciona a nosotros la razón?–
Le respondí: –Sí y No; y entre el Sí y el No los espíritus salen volando de sus sustancias y las cervices se descoyuntan de sus cuerpos-.
Al oír esta respuesta, empalideció su semblante».
Ibn Arabí. ‘Al-Futuhat al-Mekkiya’
دخلت يوماً بقرطبةَ على قاضيها أبى الوليد بن رشد ، وكان يرغب فى لقائى لما سمع وبلغه ما فتح الله به علىَّ فى خلوتى ، فكان يُظهر التعجُّبَ مما سمع . فبعثنى والدى إليه فى حاجةٍ ، قصداً منه حتى يجتمع بى ، فإنَّه كان من أصدقائه ، وأنا (آنذاك) صبىٌّ ما بقل وجهى ولا طرَّ شاربى . فعندما دخلت عليه ، قام من مكانه إلىَّ محبَّةً وإعظاماً ، فعانقنى وقال لى : نعم ؟ قلت له : نعم ! فزاد فرحه بى لفهمى عنه ، ثم استشعرتُ بما أفرحه ، فقلت : لا ! فانقبض وتغير لونه وشك فيما عنده . وقال لى : كيف وجدتم الأمرَ فى الكشف والفيض الإلهى ، هل هو ما أعطاه لنا النظر ؟ قلت : نعم ولا ، وبين نعم ولا تطيرُ الأرواحُ من موادِّها والأعناق من أجسادها ! فاصفرَّ لونُه .