El propósito de Esislam

Nuestro propósito en Esislam

La paz sobre vosotros.

Esislam ha nacido con un propósito específico del cual hemos hablado en diferentes ocasiones. No obstante, hay que volver a ello de nuevo, porque la gama de escritos y de temas que hemos tratado sobre la religión islámica ha sido y está siendo muy amplia. No queremos pues que nuestros lectores presentes y futuros pierdan de vista el objetivo principal de nuestra web, a saber:

La recuperación de la doctrina y práctica del ‘Islâm de las cuatro escuelas jurídicas (Maliki, Hanbali, Hanifi y Šifai), las dos escuelas de Aqida (doctrina), y la auténtica doctrina del Tasawwuf o Sufismo.

Y decimos recuperación porque el conocimiento sobre este Islâm se ha ido perdiendo paulatinamente a medida de que ha entrado en liza otro Islâm cuya misión no es otra que la de descodificar y destruir el Islâm verdadero. Este nuevo simulacro de Islâm masonizado, se encuentra protegido bajo el paraguas de enormes inversiones económicas procedentes de países muy específicos, como son fundamentalmente:

Arabia Saudita – Qatar – Pakistán

La dawa (prédica del Islâm) propuesta por estas multinacionales masonizadas de la religión no es la dawa del Islâm. Y es esta proclama la que encuentran por todas partes los nuevos musulmanes y aquellos que no se toman la suficiente molestia en estudiar adecuadamente su religión.

Sea como sea, este Islâm correcto, esta práctica bendita, se enseña en un país como es Marruecos, el que, por desgracia, y a pesar de contar con la Universidad Qarawiyyin en Fez, no dispone de medios económicos suficientes para extenderlo en los países de habla hispana.

Por otra parte, una cosa es que se enseñe el buen Islâm y otra es que se practique, siendo la realidad demasiado poco halagüeña al respecto. A pesar de que las doctrinas impartidas en Marruecos son las correctas desde el punto de vista de la religión, el comportamiento de muchos de aquellos que las aprenden y enseñan se encuentra bien lejos de lo que proponen. El dinero y la codicia lo han invadido casi todo.

Sea como sea, aquí está Esislam, contra viento y marea, para recordar que el verdadero Islâm, tanto en la doctrina como en la práctica, existe incólume sin tacha ni mengua. Y no solamente eso, sino que el Islâm verdadero permanece entero, tal y como Allâh lo reveló, auténtico y operativo.

Hay quien dice que el Islâm es perfecto pero los musulmanes no. Aquí no estamos de acuerdo con ese dicho, pues el Islâm no podría ser tal si no hubiera nadie que le diera cuerpo y vida. Más bien habría que decir: el Islâm se encuentra representado en el comportamiento de un verdadero musulmán, y es ahí donde asciende hasta la cima. No es una caja vacía, es una guía para el Ser humano.

El Islâm es una herramienta para acercarse a Allâh, pero quien se acerca es el Ser humano, en concreto, el que es realmente representante de Allâh en la tierra, y no cualquiera sin más. Sin esa herramienta no podemos prosperar. Es de sensatez reconocer que el fin es mejor que los medios, siempre. Ante la Presencia de Allâh todo se diluye, todo obtiene su propia Realidad.

Trabajo o indolencia

Siempre hemos manifestado que el trabajo es fundamental para aprender la religión. Todos los elementos de esta vida confluyen y se alinean en un orden perfecto siempre que dispensemos nuestro esfuerzo. Sin objetivos no hay vida alguna. Sin trabajo no hay resultados positivos.

Es así que, si en realidad queremos obtener los innumerables frutos que nos proporciona la práctica religiosa, habremos de dispensar en este orden un mayor esfuerzo que el que damos en afán para ganarnos la vida.

Siempre, si la vida del alma, del espíritu, es más valiosa para nosotros que la del cuerpo, podremos comprender, al menos algo del Mensaje de Allâh. En caso contrario, es mejor olvidarse y reconocer simplemente que se es una persona mundana, por muy cumplidor que se sea en las prescripciones de la Šaria. En este último caso, se cumple, pero no se comprende.

Si no tenemos consciencia de lo que somos jamás podremos evolucionar hacia el Bien. Si no somos lo que podemos ser estamos desperdiciando nuestra vida. Cada uno de nosotros albergamos unas posibilidades potenciales, y es el trabajo y el esfuerzo lo que nos puede llevar a desarrollarlas plenamente.

Los objetivos

Toda persona bien organizada ha de perseguir unos objetivos de vida. Dichas metas han de venir influenciadas por la sinceridad, la inteligencia y la ciencia que se ha de obtener. Si no somos sinceros no podremos fijar unos objetivos sólidos; si no tenemos ciencia desperdiciaremos nuestra inteligencia, que es un don de Allâh.

La Ciencia

Una gran fortuna tenemos los musulmanes de estos tiempos, siempre que sepamos reconocer que contamos con un elenco de sabios inigualable en toda la Historia del Islâm. Y aunque los del Islâm masonizado, promovido por esos esperpentos humanos, aliados del Šaytan, llamados Muhammad Ibn Abdul Wahhab y Albani, los hayan querido borrar de la memoria, ahí están para dar luz y esplendor a una religión que se caracteriza por la Sabiduría y al Amor.

Localizar al enemigo

El enemigo está dentro. No es el Kufr. Es el falso musulmán que se inventa cuanto puede para dañar a la doctrina del Islâm.

Ahora bien, si los musulmanes no son capaces de saber quién es el amigo y quién el enemigo, ahí tenemos un obstáculo creado por nosotros mismos. Nosotros hemos localizado el problema y le ponemos nombre: “La desidia, la indolencia y la codicia”.

Es imposible que Allâh no guíe a quien pida la guía y la busque sinceramente. No obstante, si uno pierde su honor, pierde su vida y pierde su alma. Con esto queremos decir que aquél que confíe todo lo valioso que hay en su interior en manos de otro, ese no merece la Gracia de Allâh. Y por lo tanto, tampoco merece la Guía y la Ciencia.

Este caerá en manos del enemigo que hará de él cuanto quiera porque él ya se ha puesto a sus pies. Dar a otro lo que nos conecta con Allâh, que es nuestra propia integridad, es propio de mendigos que van persiguiendo el mendrugo, tal y como hacen las gaviotas cuando llegan los barcos con el pescado. Si no tenemos honor, no somos nadie.

¡Allâh nos hizo erguidos, no rebajemos nuestra Humanidad!