El negro del campo y el negro de la casa

En una ocasión nuestro difunto hermano Malcolm X – que Allâh le haga misericordia – en una entrevista televisada, contraponía dos figuras o clases de negros: el negro del campo y el negro de la casa.

El negro del campo era rebelde y conservaba sus sentimientos de libertad, aun siendo esclavo, detestando al amo por haberle esclavizado. Sin embargo, el negro de la casa, quien dormía en el desván y comía de las sobras del amo, quería a su amo y le consideraba como un pariente de autoridad. Era tal su sumisión, que si había una desgracia en la casa, él mismo se consideraba desgraciado.

¡Amo, que desgracia la nuestra!

Evidentemente nuestro hermano Malcom ironizaba sobre el servilismo de gentes de la comunidad negra, quienes carentes de personalidad, estaban en cuerpo y alma al servicio del amo.

A ningún musulmán se le escapa que nosotros somos los negros de América, en esta época, en un país como el nuestro.

Sabemos y experimentamos, que por el mero hecho de ser musulmanes, estamos desfavorecidos, tanto en el aspecto laboral, como en el social. Y ello es así para los musulmanes españoles, quienes hemos tenido que luchar contra el apartheid social y en nuestros puestos de trabajo. Podría relataros decenas de ejemplos, pero ¿para qué? ¡Nada va a cambiar!

¿Existen excepciones a la regla? ¡Por supuesto! Y puedo ofrecer de ello algunos ejemplos, recientes, por cierto. Estoy hablando de la generalidad, de la costumbre.

Pues, aunque aparentemente la ley de igualdad existe, ella no se cumple, ya que dicha ley no va tan lejos como para regular cualquier tipo de preferencia puntual al escoger. Como todos sabemos, absolutamente todo depende de la palabra de quien escoge, gozando éste de la inmunidad que le proporciona la «presunción de imparcialidad». De hecho, la imparcialidad es una entelequia. Existen, en gran parte de las ocasiones, las consignas dadas entre bastidores.


Y ahora los negros del campo seguimos detestando al «amo», criticando su hipocresía. Pero ¿qué hacen los negros de la casa?:

Os lo diré: recoger las sobras del amo, y considerarse parte de la familia.

Y, como decía el hermano Malcolm:

– Hay muchos negros de la casa correteando por ahí –

«Responded a vuestro Señor antes que os llegue un día en el que no haya vuelta atrás de parte de Allâh.
En ese día no tendréis ningún refugio ni podréis negar nada»  (42-44)

Los negros de la casa utilizan las herramientas del amo, es cierto. Pero lo hacen solamente para servirle a él. Y si en ese uso se tercia derribar unos cuantos negros del campo y hacerlos pasar por rebeldes, lo harán sin duda. Porque para eso el amo tiene previsto regalos y estímulos.

Y ahora hermanos/as ya tenéis datos para distinguir entre el musulmán del campo y el de la granja.