El lenguaje del Corán

La paz sobre vosotros

Hoy vamos a concentrarnos en el lenguaje del Corán, en la expresión del Mensaje de Allâh. Con respecto a esto podríamos considerar varios aspectos diferentes, aunque podemos comenzar a remarcar tres de ellos, que podríamos decir son los más destacados:

A / El Corán está revelado en lengua árabe.

B / El Mensaje es transmitido en un estilo sin igual. No se trata de ni literatura, ni poesía, ni Filosofía, ni Historia, ni un manual de instrucciones. Es el Corán con un medio de expresión divina: rotundo, convincente, autoritario, preclaro, sorprendente, bello y elevado, sublime; por decir solamente algunas de las cualidades que se encuentran en este medio de expresión.

C / Allâh cambia de un sujeto a otro en unas líneas: sin guion establecido, a la manera de Allâh, Quien expresa lo que Él quiere, como Él quiere, en el momento que Él lo ha decidido.

Todo esto hace del Corán seguramente la única Revelación que procede de lo Divino con palabras específicamente divinas. Si bien la Torá y los Evangelios, así como los Salmos son libros revelados, el lenguaje utilizado tiene como intermediario un profeta; pero el Corán, tanto en su forma como en su contenido, procede de Allâh sin filtro alguno; por eso el Consenso de los Sabios del Islam de todos los tiempos han convenido en calificarle como la Palabra Increada de Allâh.

¿Qué sería del Libro divino si alguien quisiera alterar el modo de expresión de Allâh para hacer de él una lectura más sencilla pretendiendo que en ese momento dice lo mismo que decía antes de cambiarlo? Evidentemente, esto sería una obra monstruosa que haría temblar los cielos y la tierra. ¿No dice Allâh?

¡Ay de aquéllos que escriben la Escritura con sus manos y luego dicen: «Esto viene de Allâh», para, luego, malvenderlo! ¡Ay de ellos por lo que sus manos han escrito! (2-79)

Por eso nadie ha podido tocar ni una sola palabra del Libro en XIV siglos de Islam. Porque es la Palabra Divina Inviolable.

Esa Palabra, ese modo de expresión, vehiculan un Mensaje. No es un atrevimiento decir que el Mensaje es lo realmente importante, aunque el medio de expresión también lo sea. Si la Palabra no trasmite un Mensaje ¿entonces?

Es así que el Mensaje es sagrado y es íntegro si se respetan tanto las palabras, una por una, como el medio de expresión.

1. ¡Por los corceles jadeantes, 2. que hacen saltar chispas, 3. cargan el alba, 4. levantando, así, una nube de polvo 5. y rompen a través de una hueste! 6. El hombre, en verdad, es muy desagradecido con su Señor, 7. y él es, sí, testigo de ello. Surat 100

¡Por el alba! 2. ¡Por diez noches! 3. ¡Por el par y el impar! 4. ¡Por la noche cuando transcurre…! 5. ¿No es esto un juramento para el dotado de intelecto? 6 (100- 1 a 6)

Hay quien dice, ¡pobre!, que el Corán traducido no es el Corán. Si fuera así ¿por qué leerlo y seguirlo entonces?

Independientemente de la riqueza o ligereza de expresión en la lengua original, el Mensaje divino llega en cualquier idioma. Porque, como traductores que somos, sabemos que cualquier palabra en la lengua originaria que fuere se traduce a la lengua destino de una forma exacta y fidedigna.

Cuando un traductor sabe que se encuentra enfrente de lo Divino, primeramente debe estar impregnado de un temor reverencial tal que considere que aquello que está traduciendo debe representar fielmente el original. Si no lo hace, entonces está cometiendo un crimen sin par, al considerar la Palabra divina como cualquiera otra.

Si, en adición, cambia y añade palabras propias so excusa de que así se entiende mejor, hace exactamente lo mismo que alguien que las cambiara en árabe so excusa de que la lectura es dura y arcaica. Se hace entonces acreedor al tratamiento que merece cualquiera que modifique las Palabras de Allâh.

En un hadiz del Bujari el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dice:

Quien diga que ye he dicho algo que o que he hecho algo que no he hecho, que vaya preparando su lecho en el Infierno.

¡Si este es el tratamiento que se espera para alguien que cambie los hadices, entonces ¿cuál no será el de aquél que cambie las Palabras divinas en el Corán?

Es así que cambiar las Palabras de Allâh es cambiar el Mensaje. Cambiar el Mensaje de Allâh es adulterarlo, además de resultar ser una gran blasfemia que solamente gentes del corte de aquel Abu Amir el Monje, autor de la Mezquita del mal, pueden osar emprender.

Allâh con Su manera de expresión quiere despertarnos, sacudirnos, sorprendernos, amonestarnos, mostrar Su Poder, Su Singularidad, llegar a nosotros con contundencia, con autoridad. Esa es la belleza del Corán, Allâh habla contigo como el Señor que es, haciéndote comprender que tú eres Su siervo que El aceptará si cumples las condiciones impuestas por El con el mejor de los anhelos.

. ¡Por el cielo y el astro nocturno! 2. Y ¿cómo sabrás qué es el astro nocturno? 3. Es la estrella de penetrante luz. 4. No hay nadie que no tenga un guardián.  (86- 1 a 4)

¡Oh hombre desleal! Si quieres transformar el Libro de Allâh en una novela es mejor que te dediques a inspeccionarte para ver que locura ha penetrado en tu interior, y consultarte a ti mismo si es que el dios que adoras es o no tu propia pasión.