El Islam en Bélgica – Un expositor del Islam europeo
A-s-salamu ‘alaykum – La paz sobre vosotros
Por Abdul Karim Mullor
Suelo escribir de todo lo referente al Islam en español, y quizás por eso nunca en mis escritos he relatado todo lo que viví en mi periplo de 15 años en Bélgica. No soy de los que gustan de relatar experiencias personales, que a algunos les pueden parecer interesantes y a otros sin importancia. Sin embargo, he decidido hacerlo hoy, y es por una razón, a saber: El mundo islámico en Bélgica es como un laboratorio donde se presentan todas y cada una de las tendencias del Islam de esta época; sus interacciones entre ellas; sus postulados; sus intereses y sus patrocinadores. Un país acogedor, acostumbrado a los extranjeros, en el cual algunos nombres musulmanes pueden observarse en la composición del parlamento federal, así como en cualquiera de los cuatro regionales que posee el país. Es como una Europa en pequeño; y su experiencia en el mundo islámico es extrapolable a cualquier país europeo, incluido España
Bélgica es un pequeño país con más de 11 millones de habitantes, de los cuales 1 millón son musulmanes; la mayor parte de ascendencia marroquí y un buen número de turcos, así como un pequeño núcleo de albaneses. Su densidad de población es de aproximadamente 350 h/Km2, lo cual provoca que, de alguna manera, todos cuantos actuamos en la vida pública nos conozcamos y sepamos unos de otros.
Puse los pies en Bélgica por vez primera en 1997; al año siguiente retorné otra vez, y por un encargo de Mansur Escudero – que Allah le tenga misericordia – me personé en el centro islámico que es llamado del Cincuentenario, pues se encuentra en el mismo parque donde se sitúa el monumento que conmemora el Cincuentenario de la fundación de Bélgica como país. Me personé en dicho centro para traer información de cómo estaba organizado el Instituto Halal en Bélgica. Allí encontré, al que años después habrá de convertirse en un buen amigo, Qaysi Benjellun. En aquél tiempo él era el responsable del Instituto Halal y me recibió con los brazos abiertos. Una presentación amistosa; desde el primer día congeniamos, y esto pocas veces se puede decir que ocurra con dos personas que antes no se conocían. Me dio toda la información requerida, y más aún; información esta que traduje del francés y envié a Mansur Escudero en ese mismo año; meses antes de la muerte desgraciada de nuestra querida hermana Sabora Uribe.
Por los avatares del Destino recalé en Bélgica de manera definitiva en Octubre de 1999, y cinco años después pude contar con la presencia de mi suegro y maestro Sidi Salah Badr.
Durante los primeros cinco años mi contacto con los musulmanes se limitaba a las pocas veces que podía asistir a la Yumua y a las relaciones con los musulmanes de Anderlecht a la ocasión de algún festejo o celebración.
Pero desde que llegó mi maestro, todo cambio, y a pesar de que había días que trabajaba hasta 10 horas, me impliqué de lleno en el mundo musulmán. El detonante fue que mi suegro comenzó a dar jutbas y clases en las mezquitas, tanto, que resultó ser conocido en todo el mundo musulmán del país.
Mi amigo Qaisi Benjellun fue expulsado de la mezquita del Cincuentenario desde que entraron los sauditas a hacerse cargo de dicho centro, sobornando a musulmanes de ascendencia marroquí con suculentos sueldos y privilegios. Qaisi sobraba porque no era wahabita, antes bien, denostaba dicha doctrina. He conocido a gente que vivía en el barrio humilde de Molenbeek que después de trabajar en dicho centro, a los pocos años, se compró una casa en Tervurem, comuna de las más caras de Bélgica.
Aun así, Qaisi Benjellun y algunos conocidos abrieron una mezquita llamada Al Muhsinin, cuya sala de rezos era tan grande como la del Cincuentenario, aunque bastante más humilde en cuanto a ubicación y equipamiento. Allí, se hicieron con los servicios de un chayj egipcio que había estudiado en Al Azhar, llamado Zayn al Abidin. Pronto mi suegro y él comenzaron una larga amistad. Mi suegro, con ya más de 75 años por aquel entonces, comenzó un periplo de dar clases junto a su amigo; y poco a poco fue pasando por varias mezquitas de Bruselas y otras ciudades belgas, llegando incluso a dirigir una mezquita en una ciudad alemana cercana a Achem. Como yo iba a recogerle todos los fines de semana para traerle a casa tuve la ocasión de conocer el pensamiento y las vicisitudes del mundo islámico en Bélgica, dado que, en diversas ocasiones, personas de cualquier ideología nos reuníamos a la ocasión de una boda, una lila u otras ocasiones.
De tal manera se sucedieron las cosas que en 2008 podría hacer una fotografía del Islam belga y consecuentemente del Islam europeo.
Una mezquita saudita que desde que llegaron los de Ryad comenzó a dar directrices contrarias a las de antes; un centro salafi llamado “La Maison du Hadiz”, tan grade y suntuoso que visitándolo con mi suegro nos quedamos maravillados de la cantidad de Euros que habían sido invertido en él. El director ni siquiera sospechó que nosotros no éramos salafis. Se sintió cautivado por la presencia de mi suegro, y maravillado de la presencia de un musulmán español. Seguramente nos quería para la causa porque cuando yo le pregunté de dónde habían salido los fondos para la creación de ese suntuoso palacio salafi, sin cortarse me dijo: “Esto lo ha financiado y lo financia Turquía”.
No se percató este hombre del desliz que había cometido ni con quien estaba hablando; pues, el que aquí escribe, en ese momento, sin grandes esfuerzos, pudo fijar la alianza siniestra que existe entre los Hermanos Musulmanes y los salafis. Las búsquedas exhaustivas del hermano Yasin Trigo, que concluían en que ambas doctrinas habían nacido de la Masonería cobraban vida en ese momento con la confesión de aquél confiado director.
Traduje cuatro libros para un librero editor tunecino (Editorial et librairie Al Imane, Bvd. Lemonier), aliado con la Maison del Hadiz; traducción que nunca me pagó. Siempre lo dije: “El puritanismo es la antesala de los más vergonzosos de los vicios”. No me quiso pagar, y aun quería que yo le tradujera el Riyad Salihin validado por Albani. Para esta gente robar es Halal y no dejarse la barba Haram. Como tengo aun su dirección email, algunos Aid al Adha le deseo que le aproveche el cordero que come con el dinero que me robó. Y puesto que de robos va la cosa, después de explicar lo que ocurrió con el ejecutivo musulmán, explicaré el expolio del que fuimos víctimas en la mezquita que abrimos en 2008 (Mosquée Al Andalouse – Rue Birmingham 35 – 1080 Bruxelles).
Creo que fue exactamente en 2006 que la ministra belga del Partido Socialista, Laurette Onckelinx, inauguró el Ejecutivo Musulmán de Bélgica. Madame Onckelinx invitó a los imames a regularizarse y ofreció a cada uno de ellos alrededor de 1500 Euros netos/mes pagados por el Estado belga, siempre y cuando los musulmanes creáramos al efecto un Ejecutivo Musulmán que se dedicara a esos pagos, así como a validar la abertura de las mezquitas y ordenar el devenir de la comunidad musulmana belga. Las elecciones fueron libres; podía presentarse quien quisiera, y aunque fueron boicoteadas por las tres mafias (Wahabis, Salafis y Hermanos Musulmanes), se celebraron y dieron como resultado que el presidente fue un turco y el vicepresidente mi amigo Qaisi Benjellun. Este me invitó a entrar en el Ejecutivo, pero yo no quise abandonar mi trabajo para entrar en un colectivo de alto riesgo.
Al no poder boicotear las elecciones las tres mafias se pusieron manos a la obra acusando a Qaisi Benjellun de haber traficado con el dinero que habían dado muchos musulmanes para que la mezquita Al Muhsinin comprara los corderos del Aid y los sacrificara para cada uno de ellos. Aprovechando una coyuntura legal pagaron a varios personajes para que le denunciaran, y en todo este barullo el Ejecutivo Musulmán se paralizó hasta que saliera el juicio. En este año que tardó en salir el juicio Qaisi Benjellun estuvo a punto de morir de un infarto debido a las presiones que se le acumulaban; y en este tiempo, al ser él el “alma mater” del ejecutivo, éste se paralizó. Llegó el juicio y Qaisi presentó una a una las piezas contables que demostraban el buen hacer contable y financiero. Salió absuelto, pero ya nadie o casi nadie quiso entrar en el Ejecutivo Musulmán que quedó regido por un amigo mío adscrito al Partido Socialista Belga. Las tres mafias se habían salido con la suya dejando minusválido el recién nacido Ejecutivo Musulmán. A esto Madame Onckelinx se desentendió expresando que nunca hubiera imaginado que entre los musulmanes pudiera haber tanta codicia y tanta mala práctica.
Nuestra mezquita – Al Andalus
Era 2006, no recuerdo bien la fecha exacta. Una noche soñé que me encontraba en un círculo de musulmanes recitando la surat AL Waqi’a (El acontecimiento) – 56ava surat del Corán. En un momento dado, bruscamente, los otros se levantan diciendo: “Nosotros no recitamos junto a un español”. Salieron rápidamente del círculo sin terminar la surat; yo solo me quedé y terminé la recitación.
A los meses dos personas llegan ofreciéndonos un local para una mezquita. El local estaba en bruto; eran 100 metros cada planta, y eran dos plantas. Quedamos con los dueños en acondicionar el local pagando entretanto 500 Euros mensuales, pasando a 2000 cuando se abriera la mezquita y comenzará a producir ingresos por las clases de árabe, las cuotas de los socios y los dones. Ellos nos dijeron que nunca nos harían pagar sino había ingresos, pues ellos mismos observaban todo cuanto podría entrar por un concepto o por otro. Yo pensé: “Estos, ya veremos como respiran cuando hayamos terminado de acondicionar el local”. Lo acondicionamos con mis ahorros y los de mi suegro. Mucha gente trabajó gratis: nosotros, un amigo mío Idrissi que hizo los baños, etc.
A 500 metros se encontraba la tercera mafia que no he nombrado aun: la mezquita Al Jalil de los Hermanos Musulmanes, financiada por vete a saber quién, pues los Hermanos Musulmanes siempre tienen muchísimo dinero y nunca se sabe de dónde lo obtienen. Un macrocentro que recibía dones de particulares y dinero de procedencia externa. El Imam se llama Toushgani; un señor que tiene una historia negra, tanto que da pudor mencionarla. Esta historia es conocida en toda Bélgica, y si alguno quiere conocerla debe preguntar por unas cintas de cassettes de las que los mñas mayores han oído hablar.
Pues bien, un día se encuentra Tushgani con mi suegro, y sin saludarle le dice: ¿Cómo te has atrevido a hacer una mezquita al lado de la mía? Mi suegro, conocedor del carácter de estos lobos de la religión, le dijo: “Si no estás conforme no puedo hacer nada por tí; ve a pedir perdón a Allah”.
Fue una guerra continua con estos lobos que venían a visitarnos para presionarnos, para tratar que fuéramos una mezquita adscrita a su grupo. El día del Aid al Kabir de 2008 llenamos el local. No pudieron soportarlo más, compraron a los propietarios para que nos echaran. Día tras día, una señora (la propietaria) entraba a gritos en la mezquita, subía por las escaleras y se enzarzaba con el Imam, que era egipcio. Una bronca detrás de otra, hasta que fueron a la comisaría a decir que el Imam no tenía papeles. Bien, una tarde después de regresar del trabajo, me encuentro a la policía esperándome. Nos llevaron a comisaría al Imam y a mí. Al final el Comisario se disculpó diciendo que el Imam estaba en regla. Por razones obvias debimos cerrar la mezquita y yo vi cumplido mi sueño de unos meses antes.
Cuando cerramos, el Concejal de Urbanismo de Molenbeek, así como os lo digo, me dijo: “Dios os ha protegido de esta gente; vosotros no sois como ellos; quedaos tranquilos en vuestra casa porque con ellos nunca podréis hacer nada”
Esta historia la he contado para que cualquier musulmán vea y sepa quiénes están detrás del Islam europeo; para que vean quienes rigen las escuelas y universidades islámicas en Europa. El dinero no se fabrica solo hermanos/as. Las ingentes cantidades de dinero que manejan esta gente que detenta lujosas y grandes mezquitas, centros, escuelas y universidades, vienen de países que tienen en el Islam una herramienta para controlar a los musulmanes en beneficio de sus intereses políticos y económicos.