El estatus y el devenir de la mujer musulmana

Por Zineb Badr

Habida cuenta de la confusión existente en la práctica religiosa, en particular, en cuanto al lugar que el Islam concede a la mujer, hemos decidido introducir en esta web una personalidad femenina que habla de religión con la autoridad que la concede haber aprendido de su padre, un sabio conocedor de todas las ciencias del Islam, y haber dado cumplimiento de diversos ciclos de conferencias en las ciudades de Bruselas y París entre otras. Una mujer erudita y educada en todas las ciencias del Islam, incluídas la Filosofía y el Tasawwuf.

El Islam es siempre el camino de en medio; del equilibrio, de la moderación, independiente de todo tipo de extremismos.

La figura de la mujer ha sido manipulada por unos y otros. La mujer ha sido tradicionalmente rebajada y desprovista del estatus que le da el Islam en la mayoría de los países árabes, donde en ocasiones ha sido relegada a sirviente del hombre y de la familia de éste. Por otra parte, la versión moderna de la mujer que algunos quieren ofrecer, según la cual se la priva de su papel de madre y educadora de los hijos, constituye asimismo un posicionamiento que a veces deriva en consignas extremas, que no son solamente anti naturales, sino que a veces llegan a enfrentar a ambos sexos de manera intencionada y planificada.

Frente a todo esto, el Islam concede a la mujer, no solamente el papel de esposa y madre, sino el de sabia, trabajadora, provista de una intelectualidad natural; aspectos estos, que añadidos a los propios del hombre, hacen de los dos un equipo capaz de realizar y alcanzar las más altas cimas del conocimiento y de la perfección. – La redacción de Esislam

Sobre la mujer musulmana – Zineb Badr


Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Voy a escribir, con el permiso, el conocimiento y la ayuda de Allah, tomando como base las palabras del Qur’an y de la Sunna, una serie de consejos los cuales ayudarán a las hermanas a comprender el Islam en su profunda verdad. Con ello podrán guiarse y conocer lo que Allah quiere de ellas y cuál de las  maneras es la mejor para servirle. Consejos referentes al comportamiento de la mujer con Allah – exaltado sea – , Rasul  – sobre él la plegaria y la paz – su esposo, sus padres, sus hijos, el resto de su familia y la Umma de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz.. Ello con el fin de darla seguridad y paz  en su vida personal y espiritual.  Todo aquello que a partir de ahora voy a decir lo hago con la plena conciencia de que cuanto diga va a ser testimonio en mi favor si digo la verdad, o en mi contra sino lo hago, el Día del Juicio Final. Es pues con el conocimiento de que cuanto digo lo veré y será evaluado ese día, con el cual os transmito esas palabras, fruto de un conocimiento tan legítimo como verdadero.

Ahora la mujer va a hablar a la mujer:

Al Hamdu li-l-Lah que El ha iluminado el cerebro del ser humano con el ‘ilm (la Ciencia).

Allah – exaltado – cuando ha impartido el ‘ilm no ha hecho distinción alguna entre el hombre y la mujer. En dicho ‘ilm hay grados dependiendo del conocimiento que  de él tienen los seres humanos, así como de la capacidad de asimilarlo. Con todo esto, al primer ser humano a quien ha sido dado el ‘ilm fue sayyidina Adam (sobre él la paz):


Wa ‘allama Adama asma’a kullaha (y mostramos a Adam los nombres de todos los seres) – Qur’an


Es por ello que a los ángeles les fue ordenado postrarse ante Adam. Antes de esto ningún ángel había realizado suyyud alguno ante criatura otra que Allah; sin embargo, les fue ordenado postrarse ante Adam a causa del ‘ilm que Allah le había otorgado. He aquí pues como el primer ser humano de la creación, fue Adam, y Adam era hombre.

Después de este episodio con los ángeles, fue creada la mujer. La mujer ha sido creada del hombre, como dice el hadiz:

La mujer ha sido creada de la costilla de Adam

Allah pues, no ha creado a la mujer de la tierra, como a sayyidina Adam (sobre él la paz), pues El es Hakim (Sabio). Ha creado a la mujer del hombre para que de esta manera ambos tengan necesidad el uno del otro, y de esta forma puedan comenzar y realizar su trabajo en la Dunya apoyándose el uno al otro.

Es pues el acontecimiento de haber sido creada en segundo lugar designio de Allah para hacer comprender a la mujer tiene cuál es su origen. Esto significa que ella necesita del hombre, y al estar con él, codo con codo, puede participar del ‘ilm al mismo nivel que él.

En virtud de ello, todos los profetas han sido hombres. Ninguna mujer ha conocido nunca el ‘ilm como lalla ‘Aisha – que Allah esté satisfecho de ella – , y ella aprendió de Rasul, así como Fatima Sahra. De la misma manera, Asiah, aprendió de sayyidina Musa (sobre él la paz), Rabbi’a-l-Adawiyya aprendió de Sufyan a-t-Tsawri, lalla Maryam aprendió de Zakariyya (sobre él la paz).

La religión de Allah nos da esta Sunna como guía para la mujer quien tiene la religión. El Din tiene límites que le dan consistencia. La mujer que acepta la religión los respeta. Aquella quien no la acepta, estoy segura que hará y dirá cuanto su nafs y el Chaytan la inspiren.

Omo acaba de ser dicho sayyidina Adam – sobre él la paz – fue creado antes que la mujer. Cuando ambos descendieron a la tierra, lo hicieron al mismo tiempo. Incluso el pecado cometido por ambos no tiene un autor especial, siendo los dos responsables del mismo.

Allah, desde ese preciso momento, ha dado al hombre una fuerza física que no ha sido concedida a la mujer, con el fin de ser capaz de efectuar tareas consecuentes con dicha fuerza. Al mismo tiempo, Allah ha concedido a la mujer un físico consecuente con otras clases de tareas. Vemos como es la mujer quien da a luz y durante el tiempo el cual la es posible amamanta a la criatura y en virtud de ello resulta claro comprender como es a ella a quien le ha sido destinada esta tarea con su descendencia.

Después que ha descendido a la tierra la mujer tiene una tarea especial concedida por la hikma de Allah.

El hombre no ha descendido a la tierra trayendo con él un proyecto diseñado por él mismo, sino que ha sido hecho descender por Allah para ser Su jalifa (representante) en la tierra. Es Allah, cuando le ha hecho descender que le ha mostrado aquello que debía realizar. Nos relata el Qur’an como antes de crear a la mujer, Allah manifestó a los ángeles Su decisión de crear un jalifa en la tierra.

Perdonad un inciso, aquí estamos hablando de un verdadero hombre, no de aquellos quienes se encuentran extraviados o aquellos quienes por el hecho de haber estado en la universidad piensan que conocen mucho. No estamos hablando del género masculino, sino de los hombre sólidos, responsables, quienes son conscientes de sus capacidades y obligaciones, quienes tienen temor de Allah por no estar a la altura de su tarea, y al mismo tiempo capaz de tomar la ‘Amana de Allah – exaltado sea – .

Este tipo de hombre es el más atento con la mujer. Ya que la mujer ha salido de él, se convierte en su protector: tiene miedo por ella, se desvela por complacerla y porque se encuentre en el buen camino. Atiende a sus necesidades con diligencia y no pierde nunca su consciencia de la responsabilidad hacia ella.

Pero esta responsabilidad fue dejada de lado por el hombre, fundamentalmente después de la partida de sayyidina ‘Isa – sobre él la paz -, hasta el extremo en que dejó a la mujer condenada a su suerte. Una vez los verdaderos hombres desaparecieron casi por completo de la tierra, la mujer se vendió en los mercados, se la casaba por fuerza, se la enterraba viva, en resumen, se la trataba como un objeto.

Hasta que llegó el mejor de los seres creados, sayyidina Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -. Desde ese momento, la mujer ha encontrado un lugar el cual no había vislumbrado hasta entonces. Con él, la mujer ha subido hasta la cima del honor, cobrando una importancia inusitada. Con Rasul, la mujer estudia, va a la guerra, estudia medicina, trabaja con ellos y cobra una parcela de respeto como nunca lo habría soñado, hasta el extremo de que un hombre no puede aproximarse a ella sin tener su permiso y el de la familia de ella.

La mujer es la mitad complementaria del hombre.

Como dice el hadiz:

El matrimonio es la mitad de la religión

Inclusive para muchos asuntos, Rasul – sobre él la plegaria y la paz -, pedía en algunas ocasiones consejo a sus esposas o a las mujeres de la familia. Fijaos cuanto ha hecho por la mujer!! Con él hermanas, no tenemos necesidad de ninguna otra cosa.

Qué triste que después de la época de Rasul, la mujer en lugar de llegar a ser vendida en el mercado como antes de Rasul, ahora es ella la que sale a venderse por decisión propia en muchos mercados…

Y ahora veremos cómo podemos rescatar esta mujer de este agujero para que nuestras hijas y hermanas no caigan en la trampa en la cual ha caído en esta época. Con nuestros consejos y la ayuda de Allah, intentaremos devolverla el lugar que la corresponde.

Allah nos proteja a todas las mujeres musulmanas de la ignorancia. Amin

Para salvar a la mujer musulmana de su situación actual es necesario establecer un modelo de verdadera mujer musulmana a seguir, por ejemplo, como lalla ‘Aisha y las mujeres que han estado al lado de Rasul – sobre él la plegaria y la paz – .

Mujeres musulmanas quienes se asemejen, aunque fuere un poco, a ese modelo de mujer, existen en un número bien escaso en la actualidad. Sin embargo, la verdadera causa de esta ausencia es la escasez de hombres verdaderos en nuestra Umma. Los hay, pero muy muy pocos.

No obstante, para establecer el modelo de mujer, estamos obligados a determinar el modelo de hombre. Es necesario pues el hombre para edificar la mujer, y una vez esto hecho, ella es necesaria para edificar la sociedad. La sociedad está basada en la mujer, de tal manera que si la sociedad goza de buena salud es a causa de la pureza de la mujer y de que su modelo se encuentra bien establecido, mientras que, en caso contrario, cuando esto no ocurre, la sociedad se corrompe. Podemos así decir que la mujer hace el papel de pilar social y mismamente de fundamento de la sociedad. Dice un Hikam:

La mujer perfecta equivale al mundo entero

Rasul – sobre él la plegaria y la paz- dijo:

“El Paraíso se encuentra a los pies de la madre”

Como sabéis hay cuatro mujeres establecidas como modelos para el mundo entero (Jadiyya, Fatima Sahra, Maryam y Asiah). Estas mujeres han dado ejemplo de cómo debe ser el trabajo de la mujer al lado de un hombre: Jadiyya con su esposo, Fatima Sahra con su padre, Maryam con sayyidina ‘Isa y Asiah con sayyidina Musa. Aún y cuando hayan pasado más de mil años, todavía continuamos hablando de estas mujeres, y ello a causa del trabajo ejemplar que hicieron al lado del hombre en el cual se apoyaron. Ellas trabajaron con un Iman firme y una completa veracidad.

La mujer en la actualidad pierde el tiempo pensando en los derechos y en la libertad que les concede una sociedad que no la representa. Sus referencias son la publicidad, los mensajes sociales, escuchar las mentiras interesadas de diversas proclamas de una “ciencia” y una “cultura”  tantas veces utilizadas con el único fin de ganar dinero. Basándonos sobre estas mentiras, la mujer en lugar de construirse marcha hacia la destrucción.

El problema que tiene la mujer actual es su falta de reflexión con respecto al modelo de las mujeres quienes han estado al lado del Profeta, apoyándole en toda situación y convirtiéndose en sahabats del Profeta. Ellas estuvieron con él en las dificultades y en las miserias, en los buenos y en los malos momentos. Es gracias a ellas, junto con los Compañeros, que podemos contar catorce siglos de Islam. Evidentemente no pretendemos ser iguales a ellas, aunque si deberíamos al menos, asemejarnos lo más posible al modelo que representan. Para tomar este ejemplo no es necesario primeramente dedicarnos a mirar los acontecimientos históricos que vivieron. Lo que sin embargo si debemos hacer es ir a la raíz de su comportamiento, para así poder asimilar el modelo que pretendían transmitirnos.

Permitidme recordaros una historia acaecida en aquellos tiempos:

En tiempos del Profeta, a la ocasión de una batalla, una vez terminadas las hostilidades, un sahaba invitó a Rasul a su tienda, pidiéndole por favor que aceptara y llevara consigo a algunos Compañeros. Rasul accedió y el hombre se apresuró a advertir a su esposa que debía hacer comida para los invitados. Una vez llegada la hora, el Profeta se presentó acompañado de todo su ejército. Asombrado y muy preocupado, el hombre acudió a su esposa a notificarla que se había presentado a comer algún que otro millar de personas.

La mujer dijo a su marido: Cuando Rasul se ha presentado con todos ellos, sabiendo lo humildes que somos y que no podemos atender a todos, debe tener una razón. Yo he hecho mi trabajo que es hacer de comer la cantidad de la cual disponíamos, deja ahora al Profeta de Allah hacer el suyo.

El Enviado de Allah llegó, pero no se dirigió al lugar destinado para comer, sino que se dirigió directamente a donde estaba la mujer con su marmita, introdujo su mano en esta y la comida comenzó a producirse en tal cantidad que todos los soldados quienes participaron en la batalla saciaron. La marmita siguió produciendo alimentos para aquella familia durante unos años más.

He aquí el ejemplo de una mujer de Iman.

Estáis conmigo que la mujer actual se encuentra lejos de la de este ejemplo.


Ahora vamos a hablar de la naturaleza del ser humano sin hacer separación alguna entre hombre y mujer. Cuando Allah ha creado el ser humano, lo ha hecho de una forma completa. Dice el Qur’an:

Es cierto que ofrecimos la responsabilidad (‘amana) a los cielos, la tierra y las montañas, pero no quisieron asumirla estremecidos por ello. Sin embargo, el hombre la aceptó. Realmente él es injusto consigo mismo e ignorante. (33-72).

Dicha ‘amana, queramos o no, se encuentra guardada dentro del ser humano. Nuestro deber es buscarla, y esa búsquda se trata de intentar conocer a Allah, para una vez después de ser conocido, adorarle. ¿Cómo podemos amar a alguien Quien no conocemos? ¿Cómo podríamos adorarle verdaderamente sino le conocemos?. Dice el Qur’an:

No he creado a los genios y a los hombres sino para que Me adoren.

Pero, para conocer a Allah es necesario el ‘ilm. Cuando sayyidina Yibril – sobre él la paz – vino por primera vez a Rasul  – sobre él la plegaria y la paz – para transmitirle el Qur’an, la primera palabra transmitida fue Iqra’. Ello ha sido así para que antes de comenzar la Risala, el Profeta aprendiera el ‘ilm. Recordemos un poco esta historia, es muy importante. Yibril dijo a Rasul: ‘Iqra – Rasul respondió: -No sé leer – y esto tres veces, hasta que Rasul habiendo aprendido el ‘ilm pudo comenzar a leer. Este corto espacio de tiempo necesario para que Rasul aprendiera el ‘ilm, es porque toda la ciencia se encontraba de él. Lo que hizo sayyidina Yibril es facilitar la apertura para que él mismo pudiera ser consciente de la Palabra que Allah ya había depositado antes en su corazón de Profeta.

El Profeta nació Rasul, nació con el Qur’an en su corazón, sin embargo, dicho libro se encontraba cerrado, era necesaria la presencia de Yibril, llegada la hora, para facilitar la expresión de ese Libro el cual ha cambiado la historia de la humanidad.

A aquello lo cual queremos llegar con esta explicación es que el ser humano está obligado a pasar por el tawhid para llegar al conocimiento de Allah. Es este tawhid la mejor manera para caminar hacia Su conocimiento, ya que dicho tawhid siempre te pone frente a Él, con el fin de llegar a tener la consciencia de Su Poder en toda situación. En todo lo bueno o malo que nos llegue debemos remitirnos a Él. Él es Quien Da y Quien Retiene. Es El Quien siempre está presente, mientras que nosotros no somos nada ante El. Él es el Exterior y El Interior, el Primero y El Ultimo. Fijémonos en nuestra propia debilidad y como siempre estamos rodeados por Su presencia.

Él es Quien ha escogido nuestro nombre, nuestros padres, nuestra familia, nuestra tierra. ¿Qué puede pues hacer un ser humano débil y limitado? Todo ha sido elegido para él y él piensa que puede realizar cosas por sí mismo. Qué iluso. Hasta dónde llega su ignorancia!

Mirad ese enorme Poder, el cual no ha olvidado absolutamente detalle alguno, qué capacidad! Qué grandeza!

Es por ello que Rasul, en una ocasión, debido a que sus rodillas estaban inflamadas de tanto rezo y preguntado porque rezaba tanto, él respondió: “Para agradecerle todo lo que me ha dado”.

Dónde están en este tawhid el hombre y la mujer? No hay distinción en el tawhid. El ser humano es uno.

Veamos una historia de la mujer cuando ha tomado junto al hombre el camino del tawhid.

Una mujer vivía en una humilde y pequeña casa hecha con leña y paja. Esta mujer seguía el camino del tawhid. Tuvo que salir a Makka y no teniendo nadie a quien dejar al cargo de su casa, la mujer dijo a Allah: – Oh Señor, a Tu guarda encomiendo mi casa – . La mujer dijo esto con una plena convicción de que Allah iba a guardarla su casa.

Poco tiempo después vino un ministro, compró toda la tierra y demolió la casa de la mujer, construyendo en aquella tierra un palacio y un gran jardín. Sin embargo, al lado de su palacio, construyó una pequeña casa completamente equipada. El ministro dijo a sus hombres: – Cuando llegue de Makka la propietaria de la casa que demolí hay que hacérmela venir sin excusa alguna -.

Llegó la mujer y no encontró su casa. No hizo pregunta alguna a nadie. Pero si preguntó a Allah: – Oh Allah, yo te dejé mi casa bajo tu vigilancia, ¿dónde está pues? – Antes que terminara de decir esta frase, un hombre del ministro llegó hasta ella, diciendo que su señor la llamaba. Cuando llegó hasta el ministro, éste le entregó la llave de su nueva casa. Entonces la mujer dijo: “Es así como yo he conocido hasta ahora el proceder de Allah. Antes de salir estaba segura que Él iba a proteger mi casa”. Inna-l-Laha Haqq.

Si dejamos todas nuestras cosas en las manos de Allah, tengamos seguridad que ninguna de ellas se perderá, siempre y cuando seamos justos.

Continuará…