Del misticismo islámico y de los sufis – Abdul Qadir Jilani

El nombre Sufi es una expresión que procede de la palabra árabe “lana”. La razón por la que los sufís son llamados así, es que su mundo interior se encuentra purificado e iluminado por la luz de la sabiduría, de la unidad y de la identidad.

Otra explicación de esta palabra es que ellos se encuentran espiritualmente ligados a los compañeros permanentes del Profeta a quienes se les llamaba los “compañeros vestidos de lana” (ahlu-s-sufa).

Es posible que ellos hayan usado, cuando comenzaron, el vestido habitual hecho de lana cruda de oveja. (suf), y que ellos hayan pasado su vida vestidos con viejos hábitos de lana remendados.

Al igual que su aspecto exterior es humilde y pobre, así lo es su vida terrenal. Ellos comen, beben y gozan de los placeres de este mundo con frugalidad. En el libro  titulado al Majma’, encontramos:

Lo que es conveniente para un asceta piadoso, es un vestido y una forma de vida ordinarios y humildes.

Aunque ellos puedan resultar poco atractivos para aquel que se encuentra apegado a la vida de este mundo, su sabiduría se manifiesta en sus modales amables y delicados, que les hace atrayentes por todo cuanto saben. En realidad ellos son un ejemplo para la Humanidad. Ellos, los sufís, respetan las leyes divinas. A los ojos de Allah se encuentran en el primer rango de la Humanidad; a los ojos de aquellos quienes buscan a su señor, ellos son magníficos, a despecho de su humilde apariencia. Es necesario discernir, y es necesario que se les pueda distinguir, y todos y cada uno de ellos, deben ser de esta manera, pues ellos se encuentran al nivel de la unidad y de la identidad y deben aparecer como uno solo.

En árabe, la palabra tasawwuf, “misticismo islámico”, se compone de cuatro letras: t, s, w y f. La primera letra, t (ta), representa la palabra “tawba” (arrepentimiento). Es la primera etapa que debe ser franqueada en la Vía del Tasawwuf. Ella es como si fuera una doble etapa: una exterior y otra interior. La etapa exterior del arrepentimiento, se recorre mediante palabras, actos, sentimientos: poniendo la vida al abrigo de las faltas y las malas acciones y volviéndose hacia la obediencia; huyendo de la rebeldía y el conflicto para buscar el equilibrio y la armonía. La etapa del arrepentimiento interior es hecha a través del corazón. Es la limpieza del corazón de deseos materiales conflictivos y la afirmación total del corazón en los deseos de lo divino. El arrepentimiento, ser consciente de lo que se tiene de mal y abstenerse de ello, ser consciente de lo que se tiene de bien y esforzarse, conduce al ser humano a la segunda etapa.

La segunda etapa es el estado de paz y de entusiasmo (safa’). La letra “sad” es su símbolo. En este estado, hay igualmente dos etapas que franquear: la primera es hacia la pureza de corazón, y la segunda hacia el centro secreto.

La paz del corazón nace de un corazón exento de ansiedad. La ansiedad es causada por el peso de todo cuanto es material: el peso de la comida, de la bebida, del sueño, de la conversación ociosa. Todo esto, actuando como la gravedad de la tierra, tira del corazón etéreo hacia lo bajo, y liberarse de este peso es fatigoso para el corazón. Existen asimismo algunos lazos, como los deseos, las posesiones, al amor de la familia y de los hijos, que adhieren el corazón etéreo a la tierra y le impiden elevarse.

La vía para liberar el corazón, para purificarlo, es el recuerdo de Allah. Al comienzo este recuerdo no puede hacerse que de forma exterior, repitiendo los Nombres divinos, pronunciándolos en voz alta, a fin de que vosotros mismos y otros podáis escucharlos, facilitando así la consciencia del recuerdo. Cuando el recuerdo de Allah se vuelve permanente, la llamada se sumerge en el corazón y se transforma en interior y silenciosa. Allah dice:

Los verdaderos creyentes son aquellos cuyos corazones se estremecen cuando se les menciona a Allah. Y cuando Sus aleyas les son recitadas, esto no hace sino aumentar su fe. (8-2)

“Estremecerse” significa experimentar el temor reverencial, el miedo, el amor de Allah. Con el recuerdo y la recitación de los Nombres de Allah, el corazón se despierta del sueño de la indiferencia, se limpia, brilla. Las formas y las figuras del reino escondido e invisible se reflejan en un corazón tal. El Profeta –  sobre él la plegaria y la paz – ha dicho:

Los hombres de conocimiento examinan minuciosamente las cosas con sus cerebros, mientras que los sabios se encuentran enteramente ocupados a limpiar y hacer brillar sus corazones.

La paz del centro secreto del corazón se instala una vez que se limpia el corazón de toda cosa, y preparándoles para recibir únicamente la Esencia de Allah, que penetra en el corazón cuando éste se encuentra embellecido por el amor divino. Los medios para esta limpieza son el constante recuerdo interior y la recitación por la lengua secreta del Testimonio divino de la Unidad “La ‘ilaha ‘illa Allah” – no hay otra divinidad que Allah -. Cuando el corazón y su centro se encuentran en un estado de paz y de entusiasmo, entonces la segunda etapa,  representada por la letra “sad” ha sido terminada.

La tercera letra “w” (waw) representa “wilaya”, que es el estado de santidad de los amantes y de los amigos de Allah. Este estado depende de la pureza interior. Allah menciona a Sus amigos en el santo Corán:

En verdad los bien amados de Allah estarán al abrigo de todo temor; y no serán afligidos. (10-62)

Hay para ellos una buena nueva en la vida de aquí abajo así como en la última. (10-64)

Aquel que se encuentra en este estado de santidad es totalmente consciente de Allah, se encuentra en el amor de Allah, en relación con Allah. La consecuencia de ello es que se encuentra embellecido con la mejor de las personalidades, de las actitudes morales y comportamientos. Es un don divino que se propaga en él. Nuestro Maestro, el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho:

Observad las reglas morales divinas y comportaos conformemente a ellas.

A este nivel el hombre consciente se deshace de sus características materiales y temporales, y aparece revestido de atributos divinos. Allah dice, por medio de Su Profeta – sobre él la plegaria y la paz – :

Cuando Yo amo a Mi servidor, Me convierto en sus ojos, sus oídos, su lengua, sus manos y sus pies. El ve por Mí, oye por Mí, habla en Mi Nombre, sus Manos se vuelven Mías y él anda conmigo.

Purificaos de todo y no conservad en vosotros otra cosa que la Esencia de Allah, pues:

La Verdad ha venido y el error ha desaparecido. Pues el error está destinado a desaparecer. (17-81)

Cuando llega la Verdad y se desvanece la mentira, entonces el estado de la wilaya ha sido alcanzado.

La cuarta letra, la “f” (fa), representa al fana’ (la aniquilación de sí mismo), el estado de vacío. El yo engañoso se disuelve y se desvanece cuando los atributos divinos entran en el ser. Y cuando la multiplicidad de los atributos y de los rasgos de la personalidad de este mundo se van, su lugar ha sido reemplazado por el solo atributo de la unidad.

 En realidad, la verdad se encuentra siempre presente. Ella no desaparece ni se debilita nunca. Lo que ocurre es que el creyente se vuelve consciente y no hace más que uno con Quien le ha creado. Estando con El, el creyente recibe Su agrado; el ser temporal encuentra su verdadera existencia volviéndose consciente del secreto eterno.

Todo perece, salvo Su Faz. (28-88)

El camino para realizar Su verdad pasa por Su agrado, Su acuerdo. Cuando se hacen buenas obras por amor a Él, obras que resultan de Su aprobación, os aproximáis a Su verdad y a Su esencia. Entonces todo desaparece salvo El que está satisfecho y aquél de quien Él está satisfecho y se encuentra unido a Él. Las buenas obras son la madre que lleva el hijo de la verdad: la vida consciente de un verdadero ser humano.

Hacia El remonta la buena palabra, y se eleva en altura la buena acción. (35-10)

Quienquiera que actúa y existe por algo distinto que el amor de Allah, le da asociados a Allah, poniéndose a sí mismo o a otros en el lugar de Allah; el pecado imperdonable que pronto o tarde le destruirá. Pero cuando el yo y el egoísmo son aniquilados, se alcanza el estado de la unión a Allah. El nivel de la unión es el reino de la proximidad de Allah. Allah describe así este reino:

Estarán recostados en divanes tapizados de brocado. Los frutos de ambos jardines estarán al alcance de la mano. (55 – 54)

Este lugar es el lugar de la verdad esencial, la verdad de verdades, el lugar de la unidad y de la identidad. Es el lugar reservado a los profetas, a aquellos que son amados por Allah, a Sus amigos (‘awliya). Allah está con los verídicos. Cuando una existencia creada se une a la existencia eterna, no se la puede concebir desde entonces como una existencia separada. Cuando todos los lazos terrenales se cortan y que se está en unión con Allah, con la verdad divina, uno recibe una pureza eterna que no puede ser contaminada y se convierte en alguien entre:

Las gentes del Paraíso, ellos vivirán en el eternamente. (7-42)

Ellos son:

Aquellos que creen y hacen buenas obras. (7-42)

Sin embargo:

Nos no imponemos a nadie una carga sino en medida de su capacidad. (7-42)

Pero uno tiene necesidad de una buena dosis de paciencia:

Y Allah está con los pacientes. (8-669)