De Allah somos y a el hemos de volver

A-s-salamu ‘alaykum – La paz sobre vosotros

Surat al Baqara, aleya 156

En verdad somos de Allâh y a El hemos de volver – ‘Inna li-l-Lâhi wa ‘inna ‘ilayhi raŷiˤûn

Todos los musulmanes estamos de acuerdo en el hecho de que esta aleya se recita cuando recibimos el anuncio de la muerte de una persona, la mayor parte de las veces allegada, o conocida.

Es curioso, observar como casi nadie ofrece explicaciones sobre esta aleya fuera del contexto de lo que es un fallecimiento. Y, no obstante, si existen aleyas del Corán que son susceptibles de mostrar un universo que reside detrás de ellas, una de esas aleyas es esta.

Comencemos primeramente explicando su sentido popular, es decir, el ser recitada cuando recibimos la noticia del fallecimiento de una persona. Todo el mundo está de acuerdo en que cuando venimos a este mundo es por la Gracia de Allâh que nacemos y nos presentamos en él. Por esto decimos: “Ciertamente somos de Allâh”; de la misma manera que cuando morimos es porque Él lo ha decidido así; de ahí “a El hemos de volver”. Lo que es llamativo es que nadie escudriñe sobre el texto y lo “atrevido” de él.

¿Por qué decimos “atrevido” cuando hablamos del contenido del texto?

Pues precisamente porque la aleya no dice: “volvemos al Barzaj”; o, “volvemos al otro mundo”, o “volvemos a la tumba”, o “volvemos para el juicio”, o al Paraíso, etc. En absoluto, hermanos/as; la aleya dice “a El hemos de volver”. Hemos de volver a Allâh y a ninguna otra parte.

¿Alguna vez nos hemos dispuesto a considerar estas palabras? Sinceramente, nunca se lo escuchamos a nadie; de nadie escuchamos la explicación de estas palabras divinas “A El hemos de volver”.

Hermanos/as, antes de la Creación Allâh estaba Solo. ¿Habéis considerado alguna vez de qué material El creó, siendo que no había nada, ninguna otra cosa fuera de Él? Evidentemente, nadie puede responder a esta pregunta, habida cuenta de que no hay respuesta alguna que pueda ser considerada, salvo aquello que la Sabiduría divina conoce, y nadie más. Por eso dice el Corán:

Allâh sabe y vosotros no sabéis – Allâh yaˤlamu wa antum la taˤlamun.

Este enigma que acabamos de exponer es resuelto mediante un hadiz en el cual se explica que Allâh tomó de El un puñado de Su luz, y lo eyectó diciendo:

Kun Muḥammadan – Se Muḥammad

Este, y no otro es el significado de “Innâ li-l-Lâhi– en verdad somos de Allâh”, pues es mediante esa luz que Allâh creó todo lo demás.

Ahora bien, ¿cómo podemos entender “a El hemos de volver – wa ‘innâ ‘ilayhi raŷiˤûn”?

Quizás las Palabras divinas

Allí donde vuelvas tu rostro, está el rostro de Dios (2-115)

Todo perece salvo Su Rostro (28-88).

Ahora estamos transitando por un buen camino, por ese camino recto, camino de aquellos a quienes has favorecido.

¡Basta entonces de divagaciones insostenibles salvo el lugar en el cual Allâh se encuentra!, ya que El es el Dueño del lugar, del tiempo y de todo lo creado.

Aquí, con estas pocas palabras, hemos derribado todas las calumnias que se han vertido sobre Muhiyyuddin Ibn ˤArabi y su tesis real “Wahdatu-l-wuŷud”, que algunos no comprendieron, y animados por su espíritu de disputa ignorante acabaron por calumniarle de la más obscena de las maneras.

Sigamos adelante: Hemos de volver a Allâh; y esto supone unas implicaciones tan grandiosas, tan sublimes que nuestros débiles espíritus no pueden llegar a imaginar, mucho menos a comprender.

En toda evidencia, debemos decir que si volvemos a Allâh, sin duda, Le veremos y Le sentiremos en la Otra vida, ya que, como dice el hadiz transmitido por ˤAlî – que Allah ennoblezca su rostro – :

Los hombres están dormidos y cuando mueren despiertan

Ahora bien, ¿qué ocurre con la muerte de aquellos de quiénes habla este hadiz?:

Morid antes de que os llegue la muerte

En toda evidencia, esa gente despierta cuando aún su cuerpo no ha sido transportado al otro mundo a causa de la muerte material.

De esto testimonian al menos dos hadices, uno qudsi que termina por:

y cuando yo les amo Me convierto en la mano con la que toman, el pie con el que caminan, la lengua con la que hablan, y el oído con el que escuchan.

Y este otro que dice:

Tened cuidado con la mirada (firasa) del verdadero creyente (mu’min), porque él mira con la luz de Allâh

Y para terminar, os preguntamos desde aquí:

¿No es esto volver a Allâh?