Crónicas de una comunidad secuestrada
En el Nombre de Allâh – el Todo Misericordioso – el Que Manifiesta Su Misericordia; y la plegaria y la paz sean sobre nuestro señor Muḥammad, su familia y compañeros.
LA COMUNIDAD SECUESTRADA
Si hay, en el Islâm que se practica en España, una Comunidad secuestrada esta es precisamente la formada por los conversos españoles al ‘Islâm.

En realidad, no ha sido necesario un gran despliegue de medios para convencer a los musulmanes españoles en permanecer bajo el paraguas y el auspicio de sectas procedentes de todo el orbe musulmán, sectas estas a las cuales las podríamos calificar con éxito de tener toda clase de vocación, salvo la de ser propiamente islámicas. Política, economía, poder; son esas sus verdaderas vocaciones y su motus vivendi.
Bien es cierto, y el que aquí suscribe lo puede asegurar, que al principio de las conversiones al ‘Islâm, en el segundo quinquenio de los 70, hubimos de aprender de hombres de religión árabes, habida cuenta de que fuimos los primeros en dar el salto. Ahora bien, nada justifica que después de más de 40 años este panorama deba seguir existiendo. En este momento existen conversos los cuales pueden tomar las riendas de una comunidad en el caso en el que se presentara la oportunidad, si no fuera porque otros han visto en este revuelto panorama una oportunidad para «vivir del Islam». Es una realidad que algunos han visto en el desarrollo de un Islam del Golfo, y algo más al Nordeste (Irán) una oportunidad de «trabajo» mucho más fructífera que, por ejemplo, ir a recoger la fresa o emigrar para mejor ganar la vida. Si no fuera por los nuevos musulmanes que se han dejado acariciar por esta clase de avaricia, la comunidad musulmana de conversos seríamos un grupo potente y unido.
Por no hablar de otros elementos, incrustados ex profeso, de quién sabe dónde, para debilitarnos
No vamos a poner nombres y apellidos a lo que ya todos conocemos. No vamos a descubrir quienes son los que alientan a la desunión, pues sabemos quienes son, y ellos conocen que nosotros lo sabemos bien. Lo cierto es que el denominador común de todos ellos es «a donde se gane bien».
Por otra parte, y volviendo al asunto de los árabes; ¿quién nos asegura que los árabes saben más de ‘Islâm que nosotros? ¿Dónde se encuentra escrito semejante axioma o teorema, fantástico donde los haya y desprovisto de toda realidad?
Dijo el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -:
Las personas desde Adán hasta hoy en día son iguales como los dientes de un peine; no hay superioridad para el árabe sobre el no árabe, ni para el rojo sobre el negro, sino en conciencia de Allâh.
En otro hadiz se nos muestra cómo los musulmanes de Al Andalus lucharán un día contra los árabes.
Transmitió Nafi’ Ibn ‘Utayba:
Nos encontrábamos en campaña militar con el Enviado de Allâh – sobre él la plegaria y la paz – cuando gentes venidas del Magreb, vestidos con prendas de lana, salieron a su encuentro y se le acercaron al lado de una loma. Permanecieron de pie, mientras que el Enviado de Allâh estaba sentado. Entonces me dije a mí mismo: “Voy a colocarme entre ellos a fin de que no intenten atentar contra su vida” Después, me dije: “Seguramente desea hablar con ellos en secreto”. Aun así, me coloqué entre ellos y el Profeta y he retenido cuatro cosas que el Profeta dijo durante este encuentro, las cuales me encuentro en disposición de enumerar: “Combatiréis la Península Arábiga y Allâh os dará la victoria, después Persia y Allâh os dará la victoria, después a Roma y Allâh os dará la victoria, en fin combatiréis al Daŷŷal y Allâh os dará la victoria. Recopilado por Muslim
En este hadiz, el Magreb debe ser entendido como una región geográfica, la cual engloba sin duda las actuales España, Portugal y Marruecos. Nada indica que se refiera únicamente al Marruecos actual, salvo que alguien, en un ejercicio de irresponsabilidad, quiera atribuírselo. En él se manifiesta que los musulmanes de la región lucharán contra los árabes y obtendrán la victoria sobre ellos; todo indica que dichos árabes son aquellos quienes representen el espíritu de rebeldía contra el Islâm, hecho este que, como ya hemos demostrado en algunos escritos y demostraremos ahora, ya ha comenzado a tener lugar desde hace 300 años, cuando la Masonería inglesa y la Francmasonería comenzaron a pervertir y comprar voluntades de árabes corruptos, formando sectas las cuales han sobrevivido hasta nuestros días.
Hay otro hadiz que demuestra cómo un grupo de árabes sauditas de la región del Naŷd se levantarán contra el Mahdi y serán vencidos por él. Estos árabes incrédulos. Veamos:
Grandes diferencias estallarán a la muerte de un jalifa y un hombre huirá de Madina para refugiarse en Makka. Unas gentes vendrán a su encuentro y le tomarán, contra su voluntad, hasta llevarle entre el ángulo de la piedra negra y la estación de Ibrahim y harán con él un pacto de alianza. Una tropa será enviada contra él desde Siria, pero el desierto se los tragará entre Madina y Makka. Cuando las gentes hayan visto esto, los Abdal de Siria vendrán a prestarle alianza y otros grupos de Iraq harán un pacto de alianza con él. Después aparecerá un qurayšita cuyos tíos maternos pertenecerán a la tribu de Kalb, que enviará una tropa contra ese hombre, la cual será derrotada por sus partidarios; he aquí lo que llegará de parte de la tribu de Kalb. Las gentes practicarán nuevamente la Sunna del Profeta. Desde sus camellos este hombre extenderá el Islam por la tierra; se quedará siete años entre los musulmanes, después morirá y las gentes harán la plegaria mortuoria por él. (Recopilado por el Imam Ibn Hanbal)
Por si estos hadices, por ellos mismos, no fueran suficientemente convincentes, tenemos otros cuatro en el Saḥiḥ Bujari en los cuales el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – anatemiza a la región central de Arabia Saudita (llamada Naŷd), asegurando que por ella saldrán los cuernos del Diablo, y que los componentes de la secta wahabita saldrán del ‘Islâm con la misma facilidad que la flecha sale disparada de su arco. El Santo Profeta llega a compararlos con los Aditas de Irama dati-l-‘Imad.
Sahih Bujari 3344
Abu Sa’id – que Allâh esté satisfecho de él – transmitió:
Ali – que Allâh ennoblezca su rostro – había enviado al Profeta –sobre él la plegaria y la paz– una pequeña pieza de oro que éste había repartido entre las cuatro personas siguientes: Al-Aqra’ Ibn Habis al Ḥandaly, Uyayna Ibn Badr al-Fasary, Sayd a-t-Tay y Alqama Ibn Ulaza al-Amiri. Este reparto hizo entrar en cólera a los Qurayšies y a los Ansar, ellos dijeron: “Da a los señores del Naŷd y a nosotros nos da de lado” . Pero el Profeta dijo: “He actuado así únicamente para ganar su corazón”. Entonces se adelantó un hombre con los ojos perdidos en el fondo de su órbita, con las mejillas abombadas, la frente protuberante y la barba larga, pero la cabeza afeitada: “Teme a Allâh, Muhammad” – exclamó -. – ¿Quién obedecería a Allâh si yo no lo hiciera? – le respondió – Allâh me hace confianza cuando se trata de hombres de toda la tierra ¿y vosotros no tendríais confianza en mí? – . Un hombre, creo que era Jalid Ibn Walid, pidió al Profeta autorización para matar a ese hombre, pero el Profeta rehusó. Y cuando el hombre partió, él dijo: “De la descendencia de ese hombre – o según otra variante de la posteridad de ese hombre – saldrá un pueblo de gentes cuya recitación del Qur’an no pasará de sus gargantas, que saldrán de la religión tan fácilmente como la flecha sale de su funda; que mataran a las gentes del Islam y dejarán a los adoradores de ídolos. Si yo viviera en su época, les haría perecer como perecieron las gentes de ‘Ad.
A la vista de las pruebas, parece demostrado que el hecho de ser “árabe” no habilita a nadie, ni para conocer el Islâm, ni mucho menos para enseñarlo.
De la misma manera, el tener dinero, no habilita a converso ninguno para hablar del islam, y más, habida cuenta de si ese dinero se ha obtenido con subterfugios y de fuentes dudosas o directamente prohibidas.
Ahora nos queda, pues, y por razones de espacio y brevedad no podemos extendernos todo cuanto hubiéramos deseado, localizar aquellos grupos corruptos los cuales han secuestrado a los inocentes conversos españoles y de América Latina.
Ya el célebre historiador Ibn Jaldun en su Muqaddima nos informa de que el orgullo era el defecto de los árabes, cosa que por otra parte queda reflejada en un hadiz. Con respecto al mando, Ibn Jaldun dice:
«Como la soberbia y el orgullo son de la naturaleza animal que persiste en la especie humana, el jefe, como tal, jamás consentiría en compartir su poder con los demás, ni permitirles la participación en la mano o la administración.»
Decidme sinceramente: ¿No es esto lo que estáis acostumbrados a ver en todas y cada una de las mezquitas regidas por árabes?
EL CASO DE AMERICA LATINA
Poco difiere la situación en América de la de España, salvo en un aspecto, y es el hecho de que en aquella región se tiene un total desconocimiento de los que se ha llamado desde siempre el Islâm de Ahlu-s-Sunna wa-l-Ŷamaˤa (el Islam de la Gente de la Sunna y del Consenso).
Efectivamente, en América Latina solamente han predicado el Islâm los salafistas, los wahabitas, el tabligh, los ši’as y los haqqani, no dejando traza alguna del Islâm practicado por el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – y sus compañeros – que Allâh esté satisfecho de ellos -.
¿ES POSIBLE UNA COMUNIDAD ESPAÑOLA Y POR EXTENSION LATINOAMERICANA?
Por supuesto que lo es, pero habremos de saber que en el momento en el cual ella se comenzara a formar, ciertos grupos crearían un sucedáneo de ella comprando a algunos españoles para el caso. Eso ha sido tradición. Ahora bien, la experiencia vivida nos deja ya sobre aviso para que este escenario no se reproduzca de nuevo.
Esto ya se ha hecho en América Latina con Isa García – el adulterador del Corán -.
Efectivamente, en España aún existe un Islâm de la Gente de la Sunna y del Consenso, es decir: un Islâm ortodoxo, correcto con las fuentes y plenamente original; cosa la cual, todo hay que decirlo, ha desaparecido de la gran mayoría de los países árabes. Este Islâm es detentado por aquellos quienes fuimos los primeros en convertirnos, aprendimos de las fuentes y no estuvimos adscritos a secta alguna. De alguna manera, lo quiera así Allâh, somos esos extraños de los que habla el hadiz, aquellos que guardamos en su integridad lo sagrado y lo verdadero.
Es, sin duda, sobre estos pilares que se puede edificar una Umma sólida, sabia y sin fisuras. Estamos aquí para ayudar, siempre que encontremos las personas que nos animen a iniciar un movimiento en ese sentido. Y os aseguro que el día que echemos a andar el tren, este irá tomando velocidad y nada ni nadie lo podrá detener.
Nos queda un largo camino; no hay prisas; pero sepamos que hemos de formar a las generaciones presentes y venideras; es una responsabilidad de todos que no podemos eludir.
¡Cuántas veces un pequeño grupo ha vencido a otro mucho más numeroso con el permiso de Allâh! La Victoria no puede estar sino del lado de la Verdad.
No hay poder ni victoria ni apertura sino en Allâh – el Excelso.
Abdul Karim Mullor