¿Cómo pasar el Ramadán durante el confinamiento?

Hermanos/as

Que la paz sea con vosotros

Hoy, este año, estamos viviendo unos acontecimientos tan inesperados como desconcertantes. No hermanos, nadie nos había preparado para esto; ni lo esperábamos  ni habíamos previsto la posibilidad de que ello nos ocurriera.

Ahora se nos acerca el Ramadán; el mes  de los encuentros, de las plegarias en común, de acumular buenas obras abandonando malos hábitos y retomando los buenos.

Un mes para cenas familiares o con los amigos; para compartir las penalidades del ayuno en compañía de otros.  Las plegarias del Tarawih en la mezquita, cumplidas bajo los efectos del  agotamiento producido por el cambio de costumbres tanto de comida como de sueño.

Algunos podréis llegar a pensar que no cumpliréis con el mes del Ramadán como se debe; otros estaréis desorientados sin saber qué hacer además de ayunar como está prescrito. Seguramente las consignas que habéis recibido hasta hoy para el cumplimiento del Ramadán no son todo lo completas que debieran ser a fin de que podáis comprender el sentido verdadero y el alcance del ayuno. Porque hermanos/as, el Ramadán no es como lo vive la mayoría de los musulmanes; su alcance va mucho más lejos que el de privarse de comida y bebida e ir a rezar el Tarawih a las mezquitas.

El Ramadán es el mes del ayuno, de privarse de comer, beber, fumar y tener relaciones durante el tiempo previsto para ello; pero es también el mes de la purificación. El Siyam es para cumplir la Charia lo cual es uno de los cinco pilares del Islam. Es obligatorio, no hay discusión. Ahora bien, el Sawm (la privación) consiste en privar a nuestros sentidos y nuestras mentes; privarnos de nuestros caprichos, y todo eso para dejar penetrar en nuestros corazones las luces de la ciencia y del amor Divinos. Cada uno a su nivel, cada uno para lo que esté preparado; pero debemos aprovechar este Ramadán para reflexionar sobre nuestras vidas, nuestros pensamientos, nuestras convicciones, porque es Allah Quien así lo ha querido; es Allah Quien nos ha confinado, Quien nos ha dicho: “Entra en casa siervo mío, entra en casa”. Y esto, hermanos/as es mucho más que hacer el Tarawih en las mezquitas; porque Allah nos lo ha cambiado, nos lo ha impedido. Y sin duda, El, en Su Sabiduría Infinita lo ha hecho bien. El, el Artista Consumado, que sabe hacer todo a su tiempo y en su justa medida.

No os agobiéis hermanos/as, no está sucediendo nada malo. Al contrario, Allah nos está mostrando Su Poder y Su Arte.

No olvidemos que es en Ramadán cuando nuestro amado Profeta –  sobre él la plegaria y la paz – recibió la Revelación, después de haberse confinado previamente en esa cueva de Hira con solamente un poco de comida y de bebida.

Algunos me preguntaréis que todo eso está muy bien, pero ¿qué podemos hacer a cambio del Tarawih?

En ningún momento hemos dicho que el salat del Tarawih, rezado después del Fard del Icha’, carezca de importancia; pero para comprender su origen y su forma primaria debemos ir a los tiempos del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – los compañeros y las gentes solían rezar diez raka’ en las mezquitas cada día de Ramadán. En tiempos de Omar – que Allah esté satisfecho de él- se estableció el Tarawih en su forma actual para evitar que cada uno de los fieles rezara por su cuenta molestando al compañero de al lado por hacerlo en voz alta.

Por eso hermanos/as, quien pueda leer el Corán en árabe puede hacer el Tarawih en casa. Y puede hacerlo durante la noche, en los mismos horarios que solía hacerse en la mezquita, o en cualquier hora del día mientras cumpla con la Sunna de no rezar nafila después del Asr hasta el Magreb.

Esta puede ser una ‘ibada, pero hay otras posibilidades para aquellos quienes no pueden leer con vivacidad suficiente el Corán en árabe.

Y una de las mejores nafila u obras superogatorias que podemos hacer es la plegaria sobre el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – siguiendo esta fórmula muy extendida, procedente de los compañeros del profeta, tal y como ha pasado a través de las generaciones.

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin abdika wa rasulika nabiyyi-l-umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima.

Oh Allah haz la plegaria sobre Muhammad, Tu servidor y enviado, el profeta iletrado, y sobre su familia, sus compañeros, y para todos el saludo perfecto.

Esta fórmula dicha de 10 a 100 veces diaria tranquiliza el espíritu, refuerza la mente y atrae las gracias Divinas hacia nosotros, tal y como lo dijo el profeta, 1000 x 100; es decir 10 veces por cada vez.

También, como hacía el Profeta podemos pedir perdón a Allah 100 veces por día.

Y asimismo podemos proclamar la Unicidad de Allah siguiendo esta fórmula precisa:

La ilaha illa Allah wahdahu la sharika lah, lahu-l-mulku wa lahu-l-hamdu wa huwa ‘ala kulli shay’ in qadir.

No hay más divinidad que Allah, Unico y sin asociados, a El el Reino, a El la alabanza y El es Poderoso sobre toda cosa.

Esto lo podéis decir de 10 a 100 veces, y os aseguro que sus efectos no tardarán en hacer se sentir. Os dará fuerzas, paciencia, animosidad y apertura de espíritu para llegar a comprender qué es lo que quiere Allah de nosotros en este confinamiento; porque si llegamos a saber esto, que no nos quepa la menor duda que estaremos en el camino de comprender Sus mensajes.

Que Allah nos de la apertura en este mes bendito; que El resuelva nuestros problemas, purifique nuestras intenciones y agudice nuestra inteligencia para así mejor conocerle y servirle. Amin