Comentarios sobre los Hikam del Chayj Al Alawi

Abdul Karim Mullor

Comentarios sobre los Ḥikam del Šayj Al ˤAlawi

Se conocen por Ḥikam unos aforismos cortos en los que se ofrecen sentencias de Sabiduría. Mediante ellos se consigue presentar en unas pocas palabras unas realidades sobre las que es necesario reflexionar, extrayendo, consecuentemente un buen número de nuevos conocimientos. Asimismo, todo hay que decirlo, estas sentencias pueden servirnos para reflexionar sobre los conocimientos que ya tenemos y perfeccionarlos.

Voy a comenzar a esclarecer los significados de las sentencias de un libro titulado “Ḥikam” (Sentencias de Sabiduría), cuyo autor es el Šayj Aḥmad Ibn Mustafâ Al ˤAlawi. En estos comentarios aludiré cuando sea necesario a las aleyas del Corán y a la Sunna del Santo Profeta – sobre él la plegaria y la paz -.

Es preciso aclarar que las palabras del sabio tienen oficio y beneficio para la época en la que han sido escritas. No obstante, se encuentran en ellas principios de orden universal que coexisten en todo momento con la realidad del tiempo que corre, así como con la de la de los buscadores de la Verdad universal. Verdad ésta que hoy, solamente encontramos en el ‘Islâm.

Y significo esto último a fin de dejar bien clara la evidencia en primera instancia. Porque cualquier sufí que lo sea realmente sabe y dice que la única religión válida ante Allâh en estos últimos catorce siglos es el Islâm.

Soy consciente que con estas palabras estoy perdiendo potenciales clientes que puedan editar y/o comprar mi libro. Pero también es cierto que no voy a vender mi alma acariciando la de otros para causarles regocijo.

Aléjense pues los vendedores de palabras huecas, los traficantes de sentencias, los oportunistas que buscan y rebuscan aquí y allá palabras con las que llenar sus bocas para rumiar a su manera sus peculiares pensamientos abigarrados.

Cuando estos comentarios los convierta en el libro incluiré una breve biografía del autor, ya que he constatado que en estos tiempos muchos musulmanes no han escuchado nunca hablar de él.

Soy consciente de que hay personas que me plagian y que utilizan mis palabras para arrogárselas ellos. A veces las utilizan como ingredientes para elaborar sus “menús del día”.

Pero esta vez, advierto, que quien quiera que intente plagiar este libro que ahora estoy comenzando a escribir habrá de encontrarse con la correspondiente denuncia y con su nombre flameando en todos los rincones de este mundo virtual.

Vayamos pues con los comentarios de esta joya de libro que acabamos de anunciar:

Ḥikam 1

Las gentes del Conocimiento son de dos grados:

El conocedor de Allâh – El conocedor de sí mismo

No obstante, el conocedor de sí mismo es de un conocimiento más profundo que el conocedor de Allâh

Comentario

Si alguien conoce a Allâh desde otro punto de partida que desde él mismo no realiza completamente la Verdad. La razón de ello es que el lazo que nos une con Allâh procede de ese soplo Divino con el que El – Alabado sea –  dio vida a Adam – la paz sobre él – mientras éste era una mole de barro de arcilla.

Y cuando lo haya completado y le haya insuflado parte de Mi espíritu, caeréis postrados ante él. (15-29)

Un Ser humano como tal, ha de conocer a Allâh a través de él mismo, ya que ha sido constituido como representante de Allâh (jalifa) en la tierra, según El – Alabado sea – comunicó a los ángeles.

Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra a un representante Mío. (2-30)

En cuanto a los conocedores de Allâh son de dos clases:

Aquellos quienes conocen por medio de la lógica y de la razón Sus Nombres y Atributos. Y por otra parte aquellos quienes Le han conocido de tal manera que ese conocimiento les ha arrebatado sus propias personas. Estos últimos reciben el nombre de “maŷdub”. Ellos han sido elevados de tal manera que ha surgido un desequilibrio entre su espíritu y el resto de facultades humanas que Allâh les concedió.

En cuanto al conocimiento de uno mismo se refiere, se trata del culmen del conocimiento y de la sabiduría. Pues conociéndose a uno mismo se llega al punto de inflexión, que es ese soplo Divino mediante el cual Allâh dio la vida a Adam.

El que se conoce a sí mismo conoce a su Señor (hadiz)

Ni los cielos ni la tierra pueden contenerme; pero el corazón del verdadero creyente sí puede contenerme (hadiz qudsi)

Es conociéndose a uno mismo que se puede localizar, tanto dicho soplo de una parte del espíritu de Allâh y se puede descubrir consiguientemente la relación que nos une con nuestro Señor. Ascendiendo a través de este soplo, regresamos a la Fuente con la que nunca dejamos de estar comunicados.

Así pues, retengamos esto:

Dentro de nosotros mismos se encuentra una parte del espíritu de Allâh (como dice el Corán), mediante el cual nos fue dada la vida. En consecuencia, esta parte de Su espíritu es la que nos ilumina sobre nosotros mismos y sobre el lazo sagrado que tenemos con Allâh.

Y este conocimiento es privativo de aquellos quienes han purificado su alma hasta hacerla aceptable y aceptada por Allâh. En cuanto a todos los demás, como dice el hadiz:

Que quien de vosotros crea en Allâh y en el Ultimo Día se abstenga de lo que no le conviene.