A través del Islam – Los cuatro califas bien guiados

A-s-salamu alaykum – La paz sobre vosotros

Una vez fallecido el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – llega el periodo de los cuatro califas bien guiados (rashidin): Abu Bakr, Umar, Uzman y Ali. Dejaremos a un lado las cuestiones históricas relativas a estos mandatos, dignas de ser relatadas, pero no en este texto, ya que aquí tratamos casi exclusivamente de la historia de la práctica y de las doctrinas del Islam.

La característica propia de esta época única, la de los cuatro califas, es que ellos, siendo compañeros del Profeta, y habiendo aprendido directamente de él, no necesitaban de sabios religiosos que les dieran directrices doctrinales, ya que esa función la cumplían ellos con creces, aglutinando en la misma persona los poderes político y religioso; aunque hay que decir, en honor a la verdad, que se trataba de gente humilde que se dejaban aconsejar por las personas de su entorno directo. De esos cuatro califas, tres: Abu Bakr, Umar y Ali han sido, casi con completa seguridad, las personas más sabias del Islam de todos los tiempos.

El Profeta – sobre él la plegaria y la paz – habló de ellos grandes cosas y delegó en ellos, junto con otros compañeros, como Abu Hurayra, Salman Farisi, Sa’ad Ibn Abi Waqqas, Bilal al Habashi, Abdu-l-Lah Ibn Mas’ud, Aisha (la esposa del Profeta), Fatima Sahra (la hija del Profeta), Jabir Ibn Abdi-l-Lah y otros de insigne conocimiento, una ciencia inmensa que abarcaba todas y cada una de las ramas del saber.

dijo el santo Profeta – sobre él la plegaria y la paz – :

“De todos mis compañeros Abu Bakr es el único que es a la vez mi compañero y mi amigo”.

Por su parte, Abu Hurayra relató que el Mensajero de Allâh – sobre él la plegaria y la paz – dijo: «Nada me ha sido tan útil como la fortuna de Abu Bakr”. Oyendo esto, Abu Bakr se puso a llorar diciendo: “Mensajero de Allâh, yo y mi fortuna somos para ti”

Ibn Abbas relató que el Profeta de Allâh – sobre él la plegaria y la paz – dijo: “Nadie me ha rendido tanto servicio como Abu Bakr, me ha reconfortado con su persona y sus bienes y me ha dado a su hija en matrimonio”

En otro hadiz, el Profeta dice de Abu Bakr:

Abu Bakr es el mejor hombre sobre el cual sale el sol por una cosa que él guarda en su corazón

Hudayfa Ibn al Yaman – que Allâh esté satisfecho de él – ha dicho que oyó decir al Profeta – sobre él la plegaria y la paz – decir:

Tomad ejemplo de aquellos quienes vendrán después de mí: Abu Bakr y ‘Umar” (Tirmidi y al Hakîm)

Hudayfa Ibn al Yaman – que Allâh esté satisfecho de él – ha dicho asimismo que oyó decir al Profeta – sobre él la plegaria y la paz – decir:

“Si debiera haber un Profeta después de mí, ese hubiera sido ‘Umar” (A-t-Tirmidi y Ahmad)

En cuanto a Ali el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – dijo:

Yo soy la ciudad del conocimiento y Ali es la puerta

De los hijos de Ali y Fatima Sahra (Hassan y Hussain) él dijo que serían los príncipes de los jóvenes en el Paraíso.

La práctica del Islam entonces fue seguida por los cuatro califas bien guiados de la misma forma en la que las Gentes de Madina lo hacían en los últimos años de vida del Profeta. Aunque hay que decir que fue Umar quien realizó algunos ajustes en la práctica instituyendo el salat del Tarawih, a la que él mismo llamó “excelente innovación”.

Otro ajuste fue la edición del Corán en un libro comenzada por Abu Bakr y culminada por Uzman en cuya época fue vocalizado a fin de que no hubiera diferencias en su lectura dependiendo de las regiones y dialectos.

Pero estos ajustes no implicaban cambios, sino que se trataba antes bien de decisiones en orden a facilitar y estandarizar la práctica islámica en todas las regiones del incipiente imperio islámico.

En cuanto a la doctrina en ellas misma se dividió en dos vertientes que nacieron del mismo Profeta. El las llamó Ilmu-z-Zahir e Ilmu-l-Batin (La Ciencia del Exterior y la Ciencia del Interior). Una, la primera, obligatoria para todos los musulmanes; estando la otra consagrada a la búsqueda de la virtud y la purificación del alma, y aunque no obligatoria para todo musulmán, sí de un rango elevado y excelente.

Los testimonios del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – son claros, como así lo son al respecto las palabras de Ali, Abu Hurayra y Salman Farisi.

Estas dos ciencias son citadas por el Enviado en el siguiente hadiz:

El saber, en tanto que ciencia organizada, es de dos clases; el que es adquirido por el corazón es el más útil, mientras que aquel que se adquiere de boca en boca es una prueba contra el hijo de Adam.

(Transmitido por Ŷabir Ibn ˤAbdi-l-Lah, recopilado por Al-Jatib)

Podemos encontrar una mayor información sobre estas dos ciencias repertoriadas tanto en el Corán como en la Sunna, en este escrito que realizamos recientemente.

En cuanto a Ali – que Allah ennoblezca su rostro – dijo:

He aprendido del Profeta dos ciencias; si os revelara una de ella separaríais esto de esto (señalando la cabeza y los hombros)

Palabras muy parecidas (como relata Bujari) dijo Abu Hurayra – que Allah esté satisfecho de él -.

En cuanto a Salman Farisi – que Allah esté satisfecho de él – dijo:

He aprendido dos ciencias del Profeta; si os revelara una de ellas llegaríais a decir: “Que Allah bendiga al asesino de Salmán”

Este hadiz y otros, junto a numerosas aleyas del Corán y junto con estos testimonios repetidos por tres sahaba a quienes el profeta prometió el Paraíso son suficientes para comprender que existe una ciencia organizada que no se encuentra al alcance de la comprensión de todos los musulmanes.

Que Allah bendiga a los cuatro califas rashidin, que derrote a sus detractores y eleve las ciencias del Islam al grado de la excelencia que se merece.