A través del Islam II – Los tiempos del Profeta

En el Nombre de Allah, el Todo Misericordioso (Rahman);  el que Manifiesta Su Misericordia (Rahim).

Y la plegaria (salat) y la paz perfecta (salamu taslima) sobre el Profeta, su familia y compañeros

Como hicimos ver en nuestro escrito titulado “A través de Islam” vamos a comenzar a presentar la práctica y doctrina islámicas siguiendo la línea de la Historia, que es asimismo la de la lógica, puesto que tanto la una como la otra se dirimieron y consolidaron en los dos o tres primeros siglos del Islam. Vayamos primeramente al origen, es decir, a la época del Profeta – sobre él la plegaria y la paz-.

El Corán descendió íntegramente de la Tabla bien guardada (A-l-Lauhu-l-Mahfuz) en la Noche del Decreto (Laylatu-l-Qadr). Es así que el corazón de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – se convirtió en su depositario y Yibril (Gabriel) – sobre él la paz – le ayudaba a transmitirlo al exterior. Por eso motivo, y no por otro, la primera aleya revelada comienza por la palabra “Lee” (Iqra); es decir, lee lo que tienes dentro de ti; sácalo al exterior y comunícalo.

El Corán iba siendo comunicado a medida que trascurría el tiempo y los acontecimientos. En cuanto al tiempo porque, aunque descendido, no podía ser revelado de una sola vez, dadas las circunstancias que concurrían alrededor del Profeta y para que la Revelación no se circunscribiera a un momento determinado localizable en el tiempo de una sola vez. Por otra parte, muchas aleyas se revelaron para responder a situaciones específicas y a hechos que iban aconteciendo durante la vida del Profeta. Es así que La Revelación comenzó en La Noche del Decreto y terminó, por decirlo de alguna manera, en el monte Arafa, el día de Arafa del Peregrinaje del Adios.

En cuanto a los dichos y hechos del Profeta tenidos en cuenta para formar el cuerpo de la Sunna podemos decir que comenzaron a contar desde Laylatul Qadr (La Noche del Decreto) hasta el día exacto de su muerte.

En toda evidencia, aunque el cuerpo de la Revelación, que es el Libro de Allah y la Sunna (costumbre del Profeta), ya se encontraba en su integridad entre los musulmanes en los últimos días de su vida, no habían podido ser recopilados por escrito de manera que permaneciera accesible para el estudio de todos, ya que como recordaremos el Corán no tomó forma de libro hasta el califato de Uzman – que Allah esté satisfecho de él -, y los hadices, que constituyen el cuerpo de la Sunna, no fueron recopilados sino después del Corán, ya que éste, al ser la Palabra increada de Allah, tenía prioridad.

Los actos de los musulmanes de Madina en la vida del Profeta evolucionaban según iba siendo revelado el Corán y se iba constituyendo la Sunna. Esto es fácil de entender y creemos que no necesitan de ninguna explicación complementaria.

Los musulmanes de tiempos del Profeta sabían que la Religión se iba cumpliendo a medida que el Corán se iba revelando y el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – iba comunicando las Palabras de Allah y enseñando su cumplimiento mediante su Sunna o costumbre, tanto en actos como en palabras.

El mismo Libro de Allah en sus aleyas avala este método cuando en muchas aleyas nos ordena obedecer al Profeta, y cuando, entre otras cosas, nos prohíbe interpretar las aleyas equívocas cuya interpretación correspondía a Muhammad mediante la Sunna.

Es así que el mismo Libro de Allah, al prohibir su interpretación y ordenar obedecer al Profeta, pasa a éste la carga y la misión de su minuciosa interpretación. De ahí que el cuerpo de la Sunna del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – llegue a formar más de 60.000 tradiciones en algunas obras como los compendios del Imam egipcio Yalaluddin Suyuti.

 Él es Quien te ha revelado la Escritura. Algunas de sus aleyas son unívocas y constituyen la Escritura Matriz, otras son equívocas. Los de corazón extraviado siguen las equívocas, por espíritu de discordia y por deseo de dar la interpretación de ello. Pero nadie sino Alá conoce la interpretación de ello. Los arraigados en la Ciencia dicen:» Creemos en ello. Todo procede de nuestro Señor»». Pero no se dejan amonestar sino los dotados de intelecto. » ¡Señor! ¡No hagas que nuestros corazones se desvíen, después de habernos Tú dirigido! ¡Gratifícanos con una Misericordia procedente de Tí! Tú eres el Munífico. (3 – 7,8)

Di; Si amáis a Allâh seguidme, que Allâh os amará y perdonará vuestras faltas. Allâh es Perdonador y Compasivo” (3-31)

“Di: Obedeced a Allâh y al Mensajero pero si os apartáis… Ciertamente Allâh no ama a los que reniegan” (3-32)

“¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allâh, obedeced al Mensajero y a aquellos de vosotros que tengan autoridad. Y si disputáis sobre algo, remitidlo a Allâh y al Mensajero, si creéis en Allâh y en el Ultimo Día” (4-58)

“Quien obedece al Mensajero está obedeciendo a Allâh. Y quien le da la espalda…No te hemos enviado a ellos para que seas su guardián” (4-79)

“¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allâh y a Su Mensajero y, puesto que podéis oír no os desatendáis de él”(8-20)

“Lo que dicen los creyentes cuando se les llama a Allâh y a Su Mensajero para que juzgue entre ellos es: “oímos y obedecemos”. Y ellos son los que cosechan el éxito” (24-49)

“Di: Obedeced a Allâh y obedeced al Mensajero. Pero si os apartáis, a él sólo se le pedirán cuentas sobre aquello que le ha sido encomendado, así como a vosotros se os pedirán sobre lo que os he encomendado. Y si le obedecéis seréis guiados. Al Mensajero no le corresponde sino transmitir con claridad” (24-52)

“Y estableced el salat, entregad el zakat y obedeced al Mensajero para que os pueda dar misericordia” (24-54)

“No corresponde a ningún creyente ni a ninguna creyente elegir cuando Allâh y Su Mensajero han decidido algún asunto. Quien desobedezca a Allâh y a Su Mensajero, se habrá extraviado de una forma indudable” (33-36)

“Los que se han negado a creer; se han extraviado del camino de Allâh y se han opuesto al Mensajero después de haberles aclarado la guía; no perjudicarán a Allâh en nada. Y El hará inútiles sus obras” (47-33)

Como fácilmente se puede deducir a la vista de estas aleyas Allah prohíbe seguir el Corán con el propio criterio, pues al hombre no le ha sido dado sino un poco de ciencia tal y como dice el mismo Corán, y como dice en otra aleya de la Surat de Yussuf, el alma tiende al mal.

En toda evidencia Allah conoce que al interpretar el Corán al alma entra como protagonista y por eso prohíbela interpretación de las aleyas equívocas. Por ello nos ordena obedecer al Profeta de una manera tan clara que resultaría un atentado contra la sana razón y la lógica más elemental argumentar lo contrario.

Tenemos pues claramente establecido , según acabamos de explicar que en la época del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – quedaron establecidos los cuerpos del Corán y de la Sunna mediante la práctica cotidiana de los compañeros de Madina, no estando aún recopilados para el estudio de terceros.

Así pues, continuaremos con las dos generaciones posteriores en las que se comenzaron a establecer los cuerpos jurídicos de práctica y las doctrinas necesarias para adorar a Allah como le corresponde a un musulmán bien guiado…