Sentencias de sabiduría del maestro sufi Chayj al Alawi

En el Nombre de Allâh – el Todo Misericordioso – el Que Manifiesta Su Misericordia.

Y la plegaria y la paz sobre el Habib – Rasulu-l-Lâh – nuestro señor Muhammad, así como sobre su familia purificada y compañeros.

He aquí una parte de la traducción que he realizado sobre el libro de los Hikam del Šayj Al ˤAlawi -. Se trata de una publicación cuyo valor es EL DE provocar y enriquecer el conocimiento intuitivo haciendo elevarse a éste sobre mente e intelecto. Supongo que la mayoría de vosotros no comprenderéis de que habla el šayj, pero, in ša’a Allâh, si dispongo de tiempo trataré de comentarlos una vez traducidos.

He aquí la primera parte. Espero que os sea provechosa la lectura

Abdul Karim Mullor

Palabras de sabiduría del chayj Ahmad Ibn Mustafa al Alawi

Amigos, si comprendierais la realidad de mi estado, ahí se encuentra la Vía, ante vosotros. Seguid mis pasos, por Allah, que no se trata de cosas dudosas ni vagas que sean producto de la imaginación: conozco con un conocimiento secreto y manifiesto a la vez, he bebido la copa del amor y la he poseído, y ella se ha convertido en mí bien para siempre.

Has de saber que se ha establecido como costumbre entre los gnósticos transmitir sus conocimientos eligiendo palabras que componen sus “Plegaria sobre el profeta”. Ellas ayudan de esta manera a la ascensión de sus discípulos, permitiéndoles alcanzar el conocimiento de ciertos aspectos de la función Divina y a las realidades profundas de la función legisladora.

La Verdad no puede ser contemplada con la vista, siendo que Ella nos percibe. ¿Cómo entonces podríamos alcanzarla mientras que Ella se encuentra más cerca de nosotros que nosotros mismos. ¿Es posible al ojo verse a sí mismo?

Has de obligarte a considerar a tus hermanos, los sufís, como miembros de la comunidad  de los verdaderos creyentes, en la cual estamos obligados a respetarnos los unos a los otros. El profeta ha dicho: “Quienquiera reza siguiendo nuestra plegaria, utiliza nuestra orientación, y come alimentos sacrificados es musulmán; se encuentra entonces bajo la protección de un pacto con Allah y Su enviado. No seáis pues de los que violan el pacto de Allah” (Bujari y Muslim)

No se trata de saber si estáis en la Misericordia de Allah, sino antes bien de si la Misericordia de Allâh se encuentra en vosotros.

Allah es Aquel que contrae y despliega (2-245). Como el conocedor se encuentra con Aquel que contrae y no en la contracción en ella misma, así como con Aquel que despliega y no con el despliegue mismo, él es más activo que pasivo y es como si no le hubiera alcanzado nada. Esto, que para otros representaría el fuego del Infierno, será un Paraíso para ti, porque la mano de misericordia, de gracia y de atención te mece de lo uno a lo otro, velando para que no experimentes sufrimiento alguno y porque nada te falte. Vuélvete hacia Allah, acogiendo con satisfacción todo cuanto proviene de Él. No te preocupes de nada y deja que todo se ocupe de ti.

En lo que te concierne, ocúpate de proclamar el infinito diciendo; “No hay más dios que Allâh”, siendo así completamente liberado de toda cosa, hasta que llegues a encontrarte igual en un estado que en el otro, ya estés en Safa’ o en Marwa, y que la Perfección que es beatitud, a la vez en la majestad y en la belleza, sea tu atributo.

Si no encontráis a Allâh entre los humanos, no lo encontraréis en parte alguna.

El recuerdo de Allah es la regla más grande de la religión. La ley no nos ha sido impuesta, ni los ritos nos han sido ordenados si no es para afirmar el recuerdo de Allâh.

La extinción (al-fana) es también uno de tus atributos. Antes de aniquilarte y desaparecer, hermano, tú ya estás aniquilado, extinguido y borrado. Eres ilusión dentro de la ilusión, una nada en una nada. ¿Desde cuándo existes tu para que puedas extinguirte alguna vez?

Dicho de otra manera, en lugar de encontrar tu alma, le encuentras a Él. Así no queda de ti sino un nombre sin forma, pues la existencia pertenece a Allâh, no a ti.

Si llegas a realizar esto y a reconocer lo que es de Allâh, es decir, despojar tu alma de lo que no es ella, te apercibirás que ella es como una cebolla hecha completamente de peladuras. Queriendo pelarla completamente, comenzarás por quitar la primera capa, después la segunda, la tercera, y así seguidamente hasta que no quede nada de esta cebolla. Tal es el servidor en referencia a Allâh.

La cuestión no es conocer a Allâh cuando el velo cae. La cuestión es conocer a Allâh en el velo mismo. Hay una puerta interior en la que reside la Misericordia, cuyo exterior se encuentra recubierto de dolor.

Vale más una plegaria sin postración que una postración sin alma. Siendo el fin muy superior a los medios, lloremos por aquellos que no traspasan estos.

Si el intelecto puede resultar un medio para conocer el mundo sensible, es, al contrario, incapaz de conocer su propia esencia; no puede uno basarse en él para percibir las realidades del Más Allá. Este último no puede ser percibido que por el método del “Dawq” (conocimiento intuitivo); Si el intelecto tiene un papel importante a desempeñar, este debe ser encuadrado por la Ley religiosa a fin de evitar toda desviación.

El conocimiento de la Unicidad no es lo que explican los libros o lo que expresa la lengua, sino las huellas que dejan los Amantes cuyas luces centellean en el espacio.

Soy un alma desnuda, y un alma necesita un cuerpo; necesita una lengua, oídos, ojos, pies y manos. Busco un cuerpo.

Si encontrara un grupo que fuera mi intérprete en el mundo Europeo, estaríamos asombrados de comprender que nada divide Occidente del Islam.

El conocimiento de la Unidad es semejante el fuego; él hace arder todo lo que toca y por ello mismo, lo purifica.

Vuélvete a Allâh, acogiendo con satisfacción todo cuanto viene de Él. No te preocupes de nada, deja a toda cosa ocuparse de ti; en lo que te concierne ocúpate de proclamar el infinito diciendo que no hay otra divinidad que Allâh.

El buscador de la Verdad muere antes de morir para vivir en su Señor, ya que después de dicha muerte se hace la migración suprema. Él se llama a sí mismo a dar cuentas antes de ser llamado para ello.

Tú ya estás ya extinguido, hermano, antes de sufrir la extinción, y no eres nada ni siquiera antes de ser aniquilado. Eres una ilusión en una ilusión y una nada en la nada.

No tendrás más necesidad de negación ni de afirmación, pues Aquel cuyo ser es necesario se encuentra ya afirmado antes de que tú lo hagas, y aquel cuyo ser es imposible se encuentra ya extinto antes de que tú lo niegues.

Las cosas se encuentran disimuladas en sus opuestos, y, sin la existencia de los opuestos, Aquel que opone no se habría manifestado.

El maestro es como una vela encendida que se consume iluminando a los otros hasta que otra vela viene a reemplazarle.

¿Cómo la Esencia de Allâh podría estar escondida bajo un velo? El solo velo es Su Luz.

Te desvaneces desde que el infinito aparece. Porque tú nunca fuiste, pues tu eres, pero no “tú”. Tú subsistes, pero no como tú mismo. No hay Poder sino en Allâh.

Si pudieras ver cuál es mi lugar en la santísima presencia, me verías solo y a ningún otro. Pero la Verdad me ha revestido con un velo y tus miradas no pueden alcanzarme. Me ves sin verme, con mirada negligente. Agudiza la vista de tu fe y mira mediante un acto de visión pura. Si tu fe se convierte en certeza, puede que me descubras.

Los gnósticos se clasifican siguiendo una jerarquía; el conocedor de su Señor y el conocedor de sí mismo; el conocedor de sí mismo es más fuerte en su gnosis que el conocedor de su Señor.

Los que se encuentran velados se clasifican siguiendo una jerarquía; aquel que se encuentra velado respecto a su Señor y aquel que está velado con respecto a sí mismo. Y aquel que se encuentra velado al respecto de sí mismo se encuentra velado con más opacidad que aquel que lo está con respecto a su Señor.

Aquel quien busca a Allah a través de otra cosa que sí mismo no alcanzará nunca a Allâh.

La «ta» de la segunda persona significa retribución; el “ha” (él) de la tercera persona significa prueba, el “nun” de la primera dualidad. La verdad se encuentra más allá.

Aquel que ha realizado la infinita plenitud (A-s-Samadaniyyah) no encuentra ya lugar para la alteridad.

La perfección de la cortesía exige el mantenimiento del velo.

Aquel que esconde el secreto se encuentra velado y quien lo divulga está vencido.

Aquel en quien la estación es igual a su estado explica involuntariamente el secreto Divino.

Aquel quien pone en escena el conocimiento antes de tiempo es desposeído de este saber. No te precipites por recitar el Qur’an hasta que su revelación sea completada y di: “Señor mío, acrecienta mi conocimiento”

Pedir acrecentamiento manifiesta la ignorancia en un discípulo.

El conocimiento que no se apoya en soporte alguno puede ser causa de regresión.

Aquel que parte a la búsqueda de Allâh no le alcanzará, pero aquel quien Le toma por soporte no es ignorante de Él.

Quien busca a Allâh en otra parte que en sí mismo dirige sus pasos fuera de su objetivo.

De todos los hombres, los más alejados de su Señor son aquellos que se exceden en sus afirmaciones sobre Su incomparabilidad. No se trata de afirmar Su incomparabilidad más allá de toda medida, sino de conocerle por analogía. Las comparaciones fundamentadas sobre la certeza de Su unidad valen más que las abstracciones de aquel que se encuentra velado de Su unidad.

No te inclines demasiado sobre el conocimiento de la verdad, pues podrías ser velado por ella de los secretos de la creación.

No abandones tu alma ni te opongas a ella, antes bien síguela, escudríñala a fin de ver que hay en ella.

Aniquila, oh discípulo, lo que has dejado de tu alma, si no serás alejado de tu Señor.